11 de marzo 2019 – 11 de marzo 2021
Tras la caída de Sergio Denis. Un día así.
«Acabas de caer en mi cabeza» (Miguel de Gracia)
Acabas de caer en mi cabeza. Y tu caída que se repite este 11 de marzo, es como una granada dentro del corazón. Igual que un volcán que rompe la tierra y desborda las últimas flores alzadas al borde de los ríos y a las rutas que llevan a todos lados, llenas de tu ausencia.
La pequeña muchacha adolescente que sigue a tu lado donde ibas, y que viste crecer entre tus canciones en la fuerte sensación de abrazarte, cuando cantabas, hoy, se ha quedado callada, aunque a veces se le escucha cantar desde alguna ventana. O guardar las flores del jardín, y volver a besar tu foto en silencio, «en aquella fotografía que puede guardar de vos, con ella», en aquel lugar que ella sintió sagrado, entre la ilusión de tu mirada.
Acabas de caer en mi cabeza, y pienso. Tu caída que se repite este 11 de marzo.
De a ratos pienso que aquellos ángeles a los que cantabas. Inquietos habrán querido poder rescatarte, en la milésima del tiempo, y que al rozar del frío piso donde golpeaste, fuera una nube, una almohada, una red de luna blanca. Un sol volviendo después de tantas tormentas, a darte el color y la alegría que la caída te robó.
De a ratos pienso cuando quedaste dormido, sin saber de todos los que quedamos esperando. Y el silencio de los tuyos… y nosotros. Y esa canción que se apagó en tu voz.
Te fuiste entre otros este triste 2020. Sin poder despedirte, tu niña adolescente te encuentra entre sus recuerdos, y la caída de aquel día se repite, seguramente entre muñecas y tus discos, y sus fotos.
A veces conversamos vos y yo, no sé si me oyes, yo te escucho. Algo entre lo real y el sueño, parece que tiene un color, entonces junto a otras personas canto muchas de las canciones que dejaste, y agradezco a Dios, esto de vivir, que todos estamos unidos con todos, y que somos más porque nada termina tras la caída, tras el adiós a un hermano.
Quizás más allá brilla mejor el sol, quizás más allá encontramos nuevas alas con que andar en libertad.
Quizás aprendemos a pedir perdón a Dios por nuestras culpas, por no saber seguir mejor su camino… Quizás más allá sabemos mejor agradecerle la vida que vivimos…y nos abrazamos mejor a Dios, a él.
Entonces siento que él: Padre de todos, y yo, tan amigo de Cristo, te escuchamos cantar «La vida vale la pena» en este tiempo de vivir que todos tenemos para dar amor, para crecer, para sembrar, para tener fe. Entonces lo bueno que damos nos hace seguir vivos, y abrazarnos al hermano con amor verdadero.
Nota: al querido NEGRO. y a todos los que lo queremos siempre.
