Los argentinos tenemos la fama de ser ingeniosos y creativos, pero estas (¿virtudes o defectos?) abundaron a lo largo y lo ancho de nuestro país desde que el 20 de comenzó a regir el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
«Señor, no puedo fumar solo», le confesó un joven a un policía mientras fumaba un porro junto a un amigo. Ambos terminaron imputados.
En Misiones, un hombre argumentó que había salido en su camionete porque tenía que llevar a su caballo a una curandera: «Está deprimido», confesó con cara de tristeza. El hombre quedó detenido por violar la cuarentena y manejar en estado de ebriedad.
En San Genaro, Santa Fé, una mujer fue imputada por haber salido «a comprar una computadora de escritorio» y otro hombre fue detenido por «salir a comprar cigarrillos».
En Olavarría se registraron las excusas mas normales y que abundan en la mayoría de las ciudades argentinas: 1) Salí a pasear – 2) Vengo de visitar a un familiar – 3) Voy a visitar a un amigo.
En localidades mendocinas también hubo variantes de excusas, tales como «voy a comprar un celular», «Soy extranjero», aunque se sabe que el aislamiento es obligatorio para argentinos y ciudadanos que no sean de nuestro país.
En Capital Federal no se quedan atrás, un automovilistas aseguró que «no sabía que estábamos en cuarentena», otro confesó que sinceramente estaba «aburrido del encierro», mientras que otro que salió a correr dijo que «tenía alta la glucosa». En San Telmo, un hombre fue demorado por salir a «cazar pokemones» y en la 9 de Julio un hombre se excusó diciendo «mi mamá vive en Mar del Plata y tengo que ir a cuidarla», pero la policía no le creyó y tampoco tuvo forma de comprobarlo.
Dejamos para el final, el motivo por el cual un hombre fue noticia mientras paseaba insistentemente por el barrio porteño de Constitución, y cuya excusa no fue válida ante la policía: «Estoy buscando travestis».
