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Agustina Arregui: «En mi proceso feminista, la payasa fue quien soltó la voz»

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Hace ya unos cuantos años, no precisamente porque tenga tantos años, Agustina Arregui viajó por Sudamérica, echó raíces, hizo nuevas amistades, se sacudió de preconceptos. Descubrió el clown, aprendió, desaprendió, para volverse para Argentina Chocha de la Vida.

Nació Conchaparrón, entre La Plata y Junín. Nos invitó, junto a sus amigas de la vida, a ese Patio que nunca olvidaremos. Salió a escena, siguió dando voz a la payasa, a la mujer. A la chocha, a la concha. Y se fue para Europa empoderada, pero sabiendo que siempre hay que volver donde todo comenzó a gestarse.

El último sábado, la clown feminista salió a escena en el Festival Radigal que se realizó en la isla de Mallorca, España. Motivo, pero también excusa, para que nos diéramos el gusto de tener una charla sin fronteras cuando la tarde juninense ya era noche profunda para ella.

¿Hubo noche de festival?

-Sí, estuvo espectacular. Fue en el medio de la nada. Lo lindo era el motivo, porque lo organizaron mujeres. Esta es la quinta edición. Empezó hará dos años, cuando llegó una DJ acá a la isla y se encontró con que no había muchas movidas culturales y menos con presencia de mujeres en los escenarios. Ella se puso en contacto con unas pibas y empezaron a generar estos espacios, que se llaman Radigal por radical. La idea de que para conseguir una igualdad, primero hay que hacer un cambio radical y tiene que ser un momento de protagonismo y de reconocimiento de las mujeres. Otra cosa hermosa es que cada encuentro que hacen es a beneficio de alguna asociación que trabaje con mujeres. En este caso es una que se llama Flores de Kiskeya, que funciona en Haití y que trabaja con mujeres que sufrieron violencia de género, para acompañarlas en la reinserción laboral y procurar que el dinero que ganan sea para ellas, que siempre estuvieron sometidas a una pareja que las violentó. Fue un montón de gente y fue una fiesta. Hubo artesanas, comida, bebidas, baile, mucha música, DJ’s, bandas de rock, clases de afro. Entre esas mujeres estuvo Chocha de la Vida.

«Cada encuentro que se hace es a beneficio de alguna asociación que trabaja con mujeres»

¿Y qué es andar chocha por la vida?

-Me lo vengo preguntando, porque últimamente están pasando tantas cosas y hay una vibración a nivel social de tanto descreimiento y angustia, que lo que a mí me refiere cuando digo Chocha de la Vida no es cómo ando. Es mucho más que la expresión. De repente tomó un cuerpo y hoy es como un salvavidas. Un bosque lleno de árboles y de oxigeno para mí. Me pasa que la gente me dice ahí viene La Chochita, o cosas así. Me matan de amor. Que la palabra chocha esté tan presente, tan primera, me encanta. De alguna manera consigue el objetivo. Algo muy lindo es que la idea del nombre fue de mi abuela. Yo estaba dándole vueltas y vueltas, porque quería algún juego con alguna palabra que hiciera referencia a la vagina. Y mi abuela me dijo Chocha de la Vida. Fue como…guau.

«Que la palabra chocha esté tan presente, tan primera, me encanta»

-De las cosas que decís que están pasando, ¿cuáles son las que más te duelen?

-Se me vienen muchas imágenes a la cabeza. Algo que me duele y que está muy relacionado con la temática de la obra es el pisoteo machista, el maltrato que está naturalizado de muchos varones hacia las mujeres. No es por criticar, pero sí por ser una observadora crítica que veo que en Europa está muy presente. Estuve en Italia y sentí una cuestión muy machista. Desde volver a ver pitos pintados en la pared a fideitos con forma de pito, a un chabón gritándole a su esposa abajo de un colectivo, en una terminal, y la gente habilitandoló, sin reaccionar frente a eso. O ver en una reunión entre amigos desde dónde mira un varón a otro varón, el reconocimiento que le da a su palabra en relación a la presencia de la mujer. Eso me enoja. A veces me digo pará, aflojate, relajate. Pero se ve que es un tema que tengo muy presente y la primera reacción es que me enoja. Otra cosa que me duele, pero que por surte acá en los países que estoy recorriendo no me pasó tanto, es ver niños en la calle. Desde chica me pregunto en qué momento nos acostumbramos a esa realidad.

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ESTAMOS EN EMERGENCIA. No sólo nos matan, secuestran, violan, comercian y hacen desaparecer, sino que recién nos visualizan cuando nos manifestamos por nuestras vidas y derechos, y con toda impunidad nos increpan y criminalizan. Estoy llena de furia por este mundo desigual, feminicida, abusador y represivo. Mi apoyo y admiración a la furia mexicana✊ CHOCHA DE LA VIDA (unipersonal de clown feminista) ESPAÑA??? ?ISLAS BALEARES ?ONTINYENT ?SEVILLA A ver si sale en forma de poesía este dolor y tanta furia. CORRAN LA VOZ SI TIENEN CONOCIDES EN ESTOS DESTINOS! #chochadelavida #clownfeminista #clown #teatroindependiente #teatroautogestivo #feminismo #furiafeminista #mujerescreando #giraeuropea #europatour #mujeresenescenas #vulva #vagina #nonoscallamosmas

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-¿Te encontraste alguna vez naturalizando eso?

-Sí. Muchas veces vi niños en la calle y no tuve esa reacción que creo que deberíamos tener. He visto gente durmiendo en la calle y también pasé y seguí caminando hasta mi casa. Es terrible naturalizarlo.

-¿España es muy diferente a Italia respecto al movimiento feminista?

-Sí. Se ve y se siente. Me encontré con esas mujeres que están reunidas, encontré páginas en internet. Encontré más movidas reaccionarias. Justo nombré a Italia, pero todos los países tienen esta realidad. En todos los países está presente el machismo.

-Pero acá en Argentina ahora sí apareció una generación de pibes y pibas que entendieron todo de una manera más simple… ¿Lo notás cuando te toca volver?

-Sí, de una. Esa generación nació con ese espíritu. Vive así, es su realidad. No tiene esa carga que por ahí nosotros tenemos en la conciencia de buscar evolucionar como personas. Ellos parten desde ahí, entonces es más sencillo. Nosotros somos los que por ahí nos enroscamos, porque sabemos de dónde venimos y la carga que tenemos. Me encanta lo que está pasando con las generaciones más jóvenes.

«La payasa y la feminista nacieron un poco de la mano. En mi proceso feminista, la payasa fue quien soltó la voz»

-A vos qué te paso primero, ¿la payasa o la feminista?

-Nacieron un poco de la mano. En mi proceso feminista la payasa fue quien tomó la voz. O al contrario, quien soltó la voz. Siempre anuncio que Chocha de la Vida es un unipersonal de clown y teatro. Me encantaría que sea solo de clown, porque admiro mucho ese mundo y me parece mágico. Una magia que esta omnipresente, como supernatural. Pero yo me formé como actriz y descubrí el clown en un viaje que hice previo a vivir en La Plata, por Sudamérica. Con otra amiga juninense, Marita Caiazza. Chocha nace cuando yo regreso, me asiento en La Plata y de alguna manera la temática feminista es la de la obra. Pero yo estaba en formación. Hasta el día de hoy estoy en formación, porque el clown es desaprender un montón de cosas aprendidas. Es como un camino de retroceso hacia algo más esencial y puro.

Mirada fotocreativa: Julieta Bilbao.

-¿Qué fue pasando en ese camino?

-Hice un taller intensivo, con un maestro muy groso: Marcelo Katz. Le plantee esto y me dijo Agustina, si tu lenguaje es el teatro, ¿por qué no lo hacés desde el teatro? Me lo explicó diciendo cuando hay una nariz en escena, tiene que estar el payaso. Tal vez cuando sea muy viejita va a llegar un momento en que diga soy payasa y no queda nada más. Sigo formándome como payasa. Viajando se me complicó un poco más para entrenar, pero cada presentación es un desafío y poner todo en escena. Los consejos de los maestros que tuve y de mi director Andrés Caputo, para que aparezca la payasa, que está mucho más vulnerable y sabe mucho menos lo que tiene que hacer. Después está Agustina, que quiere tener controlada toda la escena, decir lo que quiere que se escuche. Y por ahí es la otra, Conchaparrón, la que habla con más verdad.

«Agustina quiere tener controlada toda la escena, decir lo que quiere que se escuche. Por ahí es Conchaparrón la que habla con más verdad»

-¿Entre tanto viaje hubo algo que te haya marcado especialmente a vos o a la payasa?

Creo que todos los lugares que visitas de alguna manera se te quedan en el cuerpo y eso ya hace que vos sigas diferente a como llegaste. Después, las maestras, los números de clowns. Me encanta colgarme en Youtube viendo payasos y payasas. Hoy en día estoy mucho con eso. Hay una chica, Zumapuma, que hace clown feminista. Me inspira mucho a eso, a crear. A parte yo soy medio lenta con las redes sociales, nunca sé qué poner. Y ella todo lo contrario. No es que la conozco, solo le pongo corazones en el Instagram. Después hay una maestra payasa de España que conocí hace poco. Virginia Imaz Quijera, que es docente de clown y me gustó mucho cómo trabaja con la perspectiva de género, porque yo quiero y de hecho voy a empezar a dar talleres. También me inspiró mucho una familia que conocí en Catamarca, en un show de marionetas en una plaza en 2016. Horacio y Lucía, que movían las marionetas, y su hija Sushai, que tocaba el violín. Hace menos de un mes estuvimos en su casa, en Stuttgart, colmada de marionetas. Recibí de regalo un títere que se llama Monazo, que ya voy a sacar a escena. Esa familia me inspiró mucho.

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-Quedó dando vueltas el deseo de dar talleres, ¿también con perspectiva de género?

-Es difícil pensar el clown con una perspectiva feminista, porque en realidad el payaso invita a romper con todo y que nazca lo que tenga que nacer. Más bien es dejar de decidir y que aparezca. Sin embargo, la persona que inicia a jugar trae todo un bagaje cultural y una historia que en alguna medida pesa.

-¿Qué te pasa con payaso como insulto o descalificación?

-No lo relaciono con este mundo cunado lo dicen así. Pero a partir de ahora me voy a enojar mucho cuando lo vuelva a escuchar. Pero en realidad pienso el qué payaso como un halago. No se metan con los payasos, que nos ponemos como locos.

-Mencionaste amistades en el camino y se da la particularidad de que muchas de esas amigas, que comparten la pasión por el arte, son las de la niñez. ¿Qué son ellas para vos?

-Somos un grupo que se acompañó, salvando las distancias, en todo el proceso de crecimiento y de arte que tuvo. Por suerte somos una generación a la que se le permitió meterse en este mundo. En el contexto más cercano nadie vino a decirnos no estudies esa estupidez. Hicimos teatro juntas mucho tiempo. Cuando cada una decidió qué estudiar, muchas eligieron teatro, otras diseño, periodismo, trabajo social. Carreras que de algún modo tenían algo que te atravesaba desde el arte. También una fuerte tendencia a trabajar la cultura, que de alguna u otra manera todos lo hacemos, pero el arte es una herramienta super transformadora. Para mí es un privilegio tener las amigas que tengo. Trabajé con varias. En la Plata estuve muy cerca de Marita, de Betu. Ahora ando con planes de ir para Junín un tiempo, así que ahí también habrá reencuentros. También algo que atravesó nuestro grupo fue el viajar. Andamos desperdigadas por el mundo, pero el contacto nunca lo perdimos.

-¿Entonces hay fecha de regreso?

El 12 de noviembre vuelvo a Argentina. Tengo una presentación con Chocha de la Vida el 14 de diciembre en Junín para la marcha del orgullo que se va a hacer allá, con unas locas divinas que son de la agrupación Yo Monstruo.
Estoy muy entusiasmada conociendo las movidas que se están dando en Junín y con mucho deseo de encontrarme con la gente que está llevando adelante lo que es la cultura independiente, autogestiva. También las movidas feministas, de género y de derechos humanos. Ahí voy con todas las pilas para compartir el bagaje que voy creando y recibir todo lo que ahí se está sembrando.

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Hoy me despertó doña Angustia y me recordó lo que ya sabía… En la «patria mia» se persigue a balazos a les niñes hasta asesinarles y se prostituye a las pibas hasta asesinarlas. Sin embargo aquí estamos, batallando con arte, lucha, colores, juventud y empatía la lacra humana que nos gobierna, y defendiendo con amor y coraje los derechos que nos corresponden. En el pañuelazo de Paris estaré presente junto a Conchaparrón, poniendo en juego la realidad -un poco ridícula- de haber nacido «mujer». Aquí el evento: https://m.facebook.com/events/473170056756654 #abortolegalya #chochadelavida #clownfeminista #justiciaxlxspibes #justiciaxjohana #elestadoesresponsable #banderadelorgullo

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Chocha de la Vida son: Agustina Arregui (actuación), Mel Valenti y Nacho Villamarín (música), Laura Fasano (audiovisuales), Romina Salerno (diseño gráfico), Liz Bracchi (vestuario), Victoria Alonso (asistencia) y Andrés Caputo (dirección).

Por Juani Portiglia – @JIPortiglia

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