La hipótesis se planteó en el corazón. Al problema lo tenían asumido de toda una vida y llevaban años poniéndole el cuerpo. El campo de acción, necesariamente, tenían que ser esas infancias capaces de transformar el mundo si se les acercan las herramientas. La investigación les llevó noches de desvelo, tardes de sorpresa, mañanas de descubrimiento. Hasta que se provocó la explosión de las entrañas hacia afuera que dio nacimiento a ¡JA!+: La nueva Fórmula de la Risa. Y como el arte será muchas cosas menos egoísta, Agustina Arregui y Eugenia Barderas están listas para revelarla este domingo, desde las 16 y en el patio del MUMA, personificando a las científicas Serotonina y Dopamina en una obra de teatro clown para toda la familia.
-¿Con qué propuesta se van a encontrar quienes se acerquen al MUMA este domingo?
-Agustina: Son dos personajas. Serotonina y Dopamina. Dos científicas que van a presentar la nueva fórmula de la risa que acaban de encontrar después de una larga investigación. Ellas creen que la felicidad es lo que va a salvar a la humanidad. A partir de ahí, lo que te puedas imaginar. Vale aclarar que entra el lenguaje del clown, entonces todos los problemas son posibles y material potencial de juego. Puede pasar de todo. Lo que quisimos trabajar también es la perspectiva de género. Tiene que ver con un mundo de mayor igualdad, mayor respeto, mayor empatía. Con visibilizar que hay distintas realidades, elecciones. Que no hay un grupo que tenga por qué tener más poder ni más nada frente a nadie.
-Eugenia: También se trata de conocer un poco la historia y a la mujer en la ciencia. Nos pasó que leyendo e investigando descubrimos a un montón de científicas que habían descubierto cosas re importantes que siempre creímos o dimos por sentado que habían sido descubiertas por hombres. O no se decía o se matriculaba con el nombre de un hombre. Y vos decís dale, una mujer fue co-creadora del wi-fi y ¿alguien lo sabe eso? Nosotras también estamos aprendiendo un montón en este proceso de búsqueda y de pararnos como mujeres frente a la vida diferente. Hay mucho para desaprender y seguir construyendo desde eso.
-¿Qué les genera poder destinar a las infancias el fruto de todo ese trabajo artístico?
-Eugenia: Creo que tiene que ver con lo que me atraviesa como profesora, como artista, como ser humana. Creo que todos tenemos una misión en este mundo y mi semillita tiene que ver con el arte y la educación. Si yo me pongo a pensar cuando yo era chiquitita lo feliz que era haciendo teatro, jugando a crear distintos universos, distintas identidades, creo que poder regalarle eso a los niñes es lo que a mí me llena el corazón y decir si yo soy feliz dando eso y el otro puede recibir esa felicidad que yo recibí cuando era chiquita jugando o viendo un espectáculo de teatro, creo que ya me puedo morir.
-Agustina: Siempre pienso que nos mandan a la escuela, que es muy importante, y ahí nos enseñan a pensar, a hacer cuentas… ¿Y nos enseñan a sentir? El arte está conectado con eso. A mí me pasa ahora que estoy trabajando con quinto, sexto grado, que tienen esa edad donde ya no quieren ser chicos y hay un apuro por ser grandes. Y yo digo ¡qué loco! El teatro abre la posibilidad de ver a un adulto seguir jugando y decir esto es válido, porque el lenguaje lo legitima. Te invita a ponerte en otros zapatos o en otros pies, en otro cuerpo, para comprender otras realidades y a partir de ahí poder actuarlas, representarlas. Hoy en día es muy necesario poder tener empatía. Post-pandemia a mí me preocupa muchísimo esto de perder el contacto, la cercanía.
-Planteada la obra con perspectiva de género y siendo los padres quienes en la mayoría de los casos deciden llevar o no sus hijos a verla. ¿Las preocupa que haya quienes por ese miedo ridículo a quién sabe qué no se permitan ir a descubrirlas?
-Eugenia: Es algo que hemos hablado. No nos preocupa, nos ocupa. Tiene que ser una estrategia, una elección. Tiene que ver con nuestra identidad como compañía, con nuestro contenido y es a lo que queremos abocarnos. Y a la vez creo que tenemos que ser estrategas. Me lo digo, es algo que vamos aprendiendo.
-¿Y no les molesta tener que ser estrategas?
-Eugenia: Creo que es parte del proceso del cambio. Podemos enojarnos o adaptarnos y tomarlo. Yo antes no bancaba el feminismo, pero porque no lo conocía. Cuando entendí de qué se trataba no me pude hacer la distraída. El tema está en conocer. Estamos en un proceso de quiebre y de cambio. Nuestra meta no es herir sensibilidades. Es meternos en el corazón para dar desde otro lado.
-Agustina: A mí me molesta ese planteo de tener que aclarar si es o no con perspectiva. Con todo lo que se vive hoy en día, lo que se ve, lo que es de consumo televisivo popular, me da bronca. Siento que hay un montón de contenido que es violento, que le falta el respeto a un montón de gente. Y sin embargo está. Vos después traés algo distinto, con ánimos de educar y de generar un cambio positivo, que no tiene que ver con ir en contra de nadie, me da bronca tener que pensar si digo o no digo que es con perspectiva de género.
-¿Cómo cruzaron sus caminos artísticos?
-Eugenia: Nos conocíamos hace años. De la Escuela de Teatro, de los pasillos. De la vida, del cotidiano del arte. De alguna manera, creo que siempre nos tuvimos presentes. Yo la seguía a ella que estaba de viaje. Cuando volvió y la vi en Chocha de la Vida en Dadá dije esta Agus es una linda… Y de alguna manera empezó el universo a ponernos en el camino. Me fui a México, desde ahí siempre tuve presente su energía. Después toda la situación me trajo de nuevo a Junín, no quería seguir viajando. Estaban todas las fronteras cerradas y fue como decir ¿qué vas a hacer, Eugenia? Volvete a casa. Cuando volví necesitaba una directora para la obra, alguien que me de una mano con una mirada así sensible. Yo había visto Chocha y sabía por el universo y la sensibilidad en que ella andaba. También me copó eso al convocarla. Ella me dijo que sí. Ahí fue el primer encuentro y nunca paramos esta máquina del amor.
-Agustina: Vamos a cumplir un año de estar trabajando juntas. Siempre hablamos que es difícil encontrar a alguien que esté en la misma sintonía y creo que a nosotras nos atraviesan mundos muy parecidos. El teatro, el viajar que es muy importante en nuestras vidas y la sensibilidad, los universos sensibles.
-Eugenia: Es esa misma mirada de querer crear una humanidad mejor, más sensible. Sobre todo con poder dejar nuestra semillita en las infancias. Y no renegar. Porque a veces tenés directora pero en el equipo de trabajo no son profesionales o lo son pero no se comprometen. Es muy complejo y muy difícil. Cuando una está vibrando en la que tiene que vibrar, las cosas caen. Y así pasó. Lo bueno es que sin querer nos encajamos y fluyó de una manera armoniosa. Así se creó la compañía Las Mundas.
-¿Y cómo es crear una compañía teatral?
-Agustina: Tiene que ver con cómo nos presentamos al mundo. También con vender, aunque renegamos mucho de esta palabra. En un mundo capitalista, el arte también es un mercado aunque una pueda tener un producto sensible. Nosotras hace años que nos dedicamos a esto. Nos formamos y vivimos de esto. Creo que la pandemia fue esa gota que rebasó el vaso a nivel artístico. Nos obligó a organizar algunas cuestiones.
-Eugenia: También nos hizo dejar de distraernos. Fue como decir mirá que hoy estamos y mañana quién sabe. ¿Vos estás realmente haciendo lo que querés hacer con el corazón?
-Agustina: Creamos esta compañía para decir ahora somos una grupalidad que se presenta frente al mundo y ya no más Euge con su trabajo, Agus con su trabajo. En esta compañía también está incorporado Nachito (Villamarín), que es el técnico y también nos ayudó con la parte de la música. Cuando el sonido y la técnica la ponen desde otro lado, dependés de otros tiempos. En esto de ser una compañía también jugó la necesidad de organizarnos para poder ocuparnos de lo que nos tenemos que ocupar. Somos mucho más que actrices. Somos diseñadoras sin haber estudiado, somos prensa, somos todo.
-¿Disfrutan de ser todo o quisieran poder repartir más esas tareas?
-Eugenia: Estamos tratando de batallar esa parte. Creo que haciéndonos cargo de lo que nos toca, que en el primer momento fue qué queremos contar, escribir el texto, ponernos a leer e investigar qué mundos queríamos contar a través de la risa. Todo fue en un mes. Armar la estructura, lo macro, para ir a lo micro. Después fue empezar a ver cómo con el no dinero podíamos incluir otra gente profesional que nos de una mano. Siempre tratando de valorar el laburo. Por ejemplo, Nacho (Villamarín) además de la técnica nos hizo el diseño sonoro. Liz Bracchi nos hizo el vestuario. Fue tratar de empezar a contratar gente para no depender siempre de lo que tenemos y recauchutar. Fue decir, bueno, si queremos que el producto sea lo más profesional posible no tiene que recaer todo sobre nosotras. De todas maneras nos tuvimos que poner a coser las pelucas, porque es un poco y un poco. Contar con el equipo de trabajo y a su vez trabajar en el detalle de lo que queríamos.
-Agustina: Hay tareas que aunque no tengan que ver directamente con mi profesión las disfruto más que otras. Abordar el arte independiente te hace aprender un montón de cosas que están re buenas. Ser autosuficiente para todo y rebuscártela. Pero cuando podés incluir a alguien se abre otro mundo.
-Eugenia: Hay cosas de ser productora que se agradecen, se disfrutan. Se aprende mucho, porque vos podés ir a donde quieras y sabés cómo venderte. Pero sí a veces decís qué bueno que tenemos la vestuarista, qué bueno que contratamos un fotógrafo, una diseñadora que va a ir a ver la obra para trabajar sobre eso. Está bueno empezar a delegar y trabajar en equipo, porque además una sigue aprendiendo. Está bueno el intercambio.
-Siendo que esta obra nace de una propuesta de la Dirección de Cultura de Junín, ¿cómo están las relaciones teniendo en cuenta que venimos de meses muy difíciles para el sector artístico y cultural independiente?
-Agustina: A nosotras se nos invitó a presentar una propuesta teatral de clown para vacaciones, que tuviera la temática de la risa y, particularmente, estamos muy agradecidas por haber tenido esta oportunidad. Pero no dejamos de ver que no es la realidad de todo el ámbito artístico. Creo que dentro de sus posibilidades el director de cultura algunas cosas está haciendo. Creo que la pandemia también potenció esto de que hay un sector que históricamente está precarizado y no es responsabilidad directa de un gobierno. Pero sí el gobierno tiene que hacer algo. Más con un sector que es potencialmente fuente de trabajo y potencial para el desarrollo cultural de la ciudad. Cualquier ciudad que tenga un desarrollo cultural va a estar en mejores condiciones para un montón de otras cosas.
-Eugenia: Hay escucha, hay apertura. Pero claro, somos dos. Hay un montón de compañeres que no están trabajando. Creo que tiene que ver con la apuesta que pueda hacer una mirada política sobre la educación y el arte. En qué apuesto, en qué invierto mi dinero. Si vos apoyás a los artistas estás apoyando a las infancias. A que crezcan con la posibilidad de ir al teatro de manera gratuita. Es un poco qué mirada tiene el Gobierno Municipal y qué objetivo tienen. También con cuánto dinero cuentan para hacerlo.
-Agustina: Lo que pedimos desde el sector artístico cultural son políticas culturales, no tapar baches. No ir respondiendo sobre el pucho.
–Eugenia: Y con continuidad. Porque hoy a nosotras nos contratan por dos meses. Y después qué. Dejás de comer. Creo que la continuidad es muy importante. Es apostar. Si vieras la cantidad de horas que le ponemos. Escribir un texto, ensayar, buscar presupuestos… Laburamos más de ocho horas por día a veces para hacer un producto de calidad. Y eso no lo cobramos. Entonces es ver en qué se apuesta. Cuál es la mirada sensible de un gobierno para apostar por el arte. Y también por la educación, porque el arte hace a la gente más hermosa, más amorosa, más humana, más sensible. Todo es posible a través del arte.
¡JA!+ La Nueva Fórmula // Ficha Técnica
Idea, Dirección y Actuación: Compañía «Las Mundas» Agustina Arregui y M. Eugenia Barderas
Vestuario: Liz Bracchi
Maquillaje: Taty Costales
Voz en Off: Susana Malizia
Música y técnica de sonido: Ignacio Villamarin
Función día de las infancias, invitaciones especiales:
Rocio Villegas (actriz y clown)
Patricia Cagliani (artista visual)
Tato Giannini (fotógrafo)
Agradecemos a la Dirección de Cultura de Junin por la apertura del patio del museo MUMA para realizar la función.
Por Juani Portiglia