Amenazas de bomba en colegios: Mientras en la provincia toman medidas contra «los bromistas», en Junín hubo dos llamados seguidos en el ex Comercial

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En dos días seguidos se registraron dos amenazas telefónicas por bomba contra la ex Escuela de Comercio.

Ayer jueves el personal de Comando Patrullas junto a sus pares de bicipolicías locales concurrieron a la escuela media 7 (ex Comercial) luego de que se recibió en el servicio de emergencias 911 un llamado telefónico alertando sobre una amenaza de bomba.

Arribados al lugar, y tras realizar personal de bicipolicía los cortes en calle Alemania y Ramón Falcón y en calle Lopez y Planes e Int Borchex, los policías mantuvieron una entrevista con la directora del establecimiento, Paula Pedrozo, quien tomó conocimiento de lo ocurrido y colabora con el resto de los docentes a la evacuación de los alumnos y personal de la escuela.

Tras esto personal de la Delegación de Explosivos inspeccionaron el lugar dando resultados negativos.

A su vez, el fiscal federal Norberto Varas inició una causa por intimidación pública y se tomó declaración a la directora del establecimiento a la vez que se solicitaron las pericias de rigor a la delegación de explosivos y al servicio de emergencias 911 para obtener datos del llamante.

HOY VIERNES

La amenaza del viernes fue a las 9.40 y también se llamó al 911 sobre la supuesta amenaza de bomba y se cumplió con el mismo protocolo de la jornada anterior mientars que el fiscal Varas inició una nueva causa por intimidación pública.


Un colegio dejó libres a tres alumnos por hacer amenazas de bomba

Hubo advertencias, allanamientos, intervención de la Justicia y apertura de causas penales. Pero ahora la interminable seguidilla de llamados amenazantes contra escuelas tiene las primeras sanciones efectivas: tres alumnos del Liceo “Víctor Mercante”, de La Plata, recibieron 25 amonestaciones, quedaron libres y no pueden ingresar hasta 2019 a ese establecimiento -que pertenece a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Fue luego de que se registraran cuatro episodios en poco más de una semana. Todas las advertencias fueron en el turno mañana. Y las llamadas llegaron a través del 911, cerca de las 9. Con los dos primeros casos, la dirección del Liceo presentó denuncias en la Fiscalía platense. A las 48 horas, los investigadores consiguieron identificar a uno de los autores a través de la información aportada por las compañías telefónicas. Hubo un procedimiento en el domicilio del titular de la línea y allí vivía uno de los estudiantes, de 17 años. Es un chico que cursa el 5° año y fue imputado por “intimidación pública”. Conocida esa situación, otros dos menores, de la misma edad pero que transitan el 6° (uno de 17 años y otro de 16) y último curso admitieron ante las autoridades educativas la responsabilidad en por lo menos tres de las comunicaciones.

ICon esa información, en la UNLP comenzaron a analizar posibles sanciones. Según confirmó a Clarín el Asesor Letrado de la UNLP, Julio Mazzotta, se evaluó la “expulsión”, pero se determinó aplicar el máximo de amonestaciones. Por primera vez, un establecimiento adopta una medida “ejemplar” en un intento de detener el fenómeno extendido en la Provincia y reiterado en las últimas semanas.

Cada intimidación implica el traslado de centenares de estudiantes (adolescentes y niños, algunos con sólo 3 años) hacia espacios públicos, en horarios de gran movimiento. Además, la interrupción del dictado de clases y la movilización de fuerzas de seguridad.

La medida disciplinaria está contemplada en la Ordenanza 187/87 de “Régimen disciplinario para alumnos de la UNLP”. El artículo 3 de la norma establece que “los alumnos podrán ser objeto de apercibimiento, suspensión de hasta cinco años y expulsión” por “participar en desórdenes dentro del ámbito universitario”.

En la capital bonaerense la casa de estudios tiene cuatro: el Liceo, el Colegio Nacional, la escuela Graduada Joaquín V. González (jardín y primaria) y el Bachillerato de Bellas Artes.

Otros Colegios de la UNLP también resultaron afectados por la ola de amenazas. Se registraron varios en el Nacional. Pero en este caso, hubo una actuación sumarísima. “Decidimos adoptar una sanción prevista en los reglamentos internos y por eso quedaron libres. Podrán rendir las materias a partir de marzo del año que viene o pedir el pase a otro establecimiento”, explicó Mazzotta.

Todas las divisiones del último curso del Liceo salen esta tarde hacia Bariloche, por el viaje de fin de curso. Los tres alumnos sancionados no eran parte de la delegación. “No tenían buen trato con el resto de los chicos. Se habían excluido de los grupos”, reconoció un estudiante que habló con Clarín. Los padres de los menores sancionados fueron notificados en las últimas horas. Y ayer a la mañana, desde el Centro de Estudiantes de esa secundaria platense decidieron realizar una “sentada” en repudio a la decisión de los directivos. No tuvieron demasiada convocatoria. La protesta se hizo en uno de los pasillos del edificio ubicado en diagonal 77 entre 4 y 5. Clarín quiso hablar con representantes del Centro, pero se negaron a hablar.

“Representa un riesgo altísimo. Cada vez que hacen una amenaza se deben trasladar 450 menores por pleno centro de la capital de la provincia, por cinco cuadras, hasta llegar al patio del Rectorado. Allí tienen que permanecer más de dos horas hasta que revisan el edificio. Hay malestar de padres, docentes y hasta de los propios pibes”, reconocen los funcionarios de la UNLP.

Junio fue el mes pico para las amenazas en este año. Aunque no hay un registro centralizado, existen escuelas que tuvieron más de 20 comunicaciones y además se extendió a otras ciudades. Una de ellas fue el Normal 1, situado en 14 y 53, frente a la plaza Moreno y a 50 metros de la Catedral. En Berisso también los arrastró la epidemia y se hicieron protestas de padres y reclamos a las autoridades municipales. Ayer, el secretario de seguridad de ese distrito informó que hubo 7 incidentes.

Hasta la Policía impulsó charlas de “concientización”: expertos en explosivos y oficiales de la Bonaerense fueron a varias de las instituciones más afectadas. “No es una broma, es un delito”, era el mensaje que intentaron llevar a los participantes.

El mes pasado hubo por lo menos 6 operativos en los que identificaron a presuntos autores: en Quilmes, detuvieron a un profesor que tenía varias líneas de celulares y chips. En Los Hornos, identificaron a un joven y le secuestraron aparatos de telefonía. En Berisso, llegaron hasta el domicilio de una auxiliar docente. Y en el centro de La Plata, a un padre (trabajador no docente) y a un alumno, también del Normal 1, que terminaron con expedientes penales. Las derivaciones incluso alcanzan otros niveles. Ayer, un grupo de estudiantes de la Técnica “Albert Tohmas”, fue atacado por ladrones mientras esperaba en el Bosque platense que la policía revisara el edificio.

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