Es sumamente importante la manera en que nos relacionamos con nosotros mismos para lograr una buena calidad; sobre todo en el plano emocional y la manera en que no interrelacionamos con los otros, no podemos amar sanamente a nadie, si primero no sabemos amarnos nosotros mismos, y, sin considerar el egoísmo, porque no se trata de no pensar en los demás, de mezquindades, de ausencia de empatía, sino de comprender y asumir que, cada uno de nosotros es una edición exclusiva y limitada, por lo que es sumamente importante y necesario llegar a esa comprensión de nosotros mismos. Buzear en lomas profundo de nuestro ser y tomar nota de lo desconocido internamente, es un ejercicio que ayuda al autoconocimiento
Por otra parte ; la honestidad y el reconocer la existencia de “subpersonalidades” aceptarlas y aprender a convivir con esa multiplicidad de “yoes” que conforman la totalidad del Ser, es saber convivir con el niño que fuimos, como nuestro adolescente interior, como también con aquella persona de ayer que, hoy, rechazamos, y, también los diferentes “yoes” actuales, cada personalidad adquirida en el trabajo, en el club, en el barrio diferentes conductas a las que solemos castigar inútilmente enemistándonos, e impidiendo que se genere amor propio
Querernos, nos hace una “persona íntegra”, una persona que asume al niño con la infancia que le tocó vivir sin arrastrar, ni intentar excusa con situaciones de aquella etapa, señalando con el dedo acusador a los padres , amigos, esposo/a, por lo que somos o hacemos.
Querernos es aceptar lo que fuimos, sin autoreproches, aceptarnos conduce por senderos de sanidad emocional, nos hace libres de cargas inútiles, cargas represivas que suelen generar conflictos de autoconcepto
Querernos nos saca de la “zona de autoderrota”, cambia el escenario mental, ayudando a construirnos y reconstruirnos cada día, sabiendo que somos libres y responsables de nosotros mismos.
Parafrasesando al filósofo existencialista Jean Paul Sartre “El hombre (y la mujer diría Simone) no es otra cosa que lo que él hace de sí mismo”, en ese sentido está condenado a la libertad de “elegir” que es lo que quiere para su vida, lo que se relaciona, si se quiere, con el “libre albedrío” religioso,libres deelegir lo que queremos ser o lo que no queremos ser, nada nos impide decidir
Querernos, implica configurar nuestros yoes integrados unos con otros, a modo de puzle, sin culpas viejas hacia sí mismos o hacia los demás , dentro de un universo de libertad irrenunciable, sin juicios que nos condenen a perderla y/o a condenarnos a una desdicha existencial
Debemos ser un tanto compasivos a la hora de valorarnos en nuestro pasado, teniendo en cuenta el contexto y las circunstancias de aquellas conductas así como las alternativas que percibíamos como accesibles, para esto, hay que rechazar la idea de autosacrifio y asumir que podemos ser honradamente egoístas, capaces de tener el coraje suficiente para asumir quienes somos sin necesidad de demostrarlo que NO somos en pos de agradar a los Otros Tenemos y debemos de tener el coraje de ser quienes somos y así poder lograr correspondencia entre como pensamos/sentimos/actuamos internamente y como lo hacemos en relación con el mundo externo
La autoconfianza y el autorrespeto solo pueden obtenerse a través de la autenticidad del Ser.
Y, autenticidad es ser fiel a un mismo, a nuestro sistema de creencias no inculcadas, sino validadas por la honestidad/humildad y en correlación positiva con la actitud cotidiana, sin falsos altruismos, sino autentica capacidad empática
Querernos, amarnos, no es sinónimo de egoísmo, sino de libertad
¿Cómo poder amar al prójimo, si primero no nos amamos a nosotros mismos?¿Qué clase de amor podemos dar, si no sabemos amarnos?
Tengamos en cuenta que:
“Desarrollar nuestra autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser feliz”.
Nathaniel Branden-
Muñoz Marcos Isabel
