Sarmiento se impuso 3-1 a San Martín de Tucumán en el Estadio Eva Perón, por la tercera jornada de la Primera Nacional. Magnin, Olivera y Quiróga marcaron para El Verde. Sergio González anotó el único tanto de la visita.
Ya no están las torres en ataque de la pasada temporada. Orsini y Miracco eligieron nuevos horizontes y en el mercado de pases no se apostó por reemplazarlos por futbolistas de sus mismas características.
El propio Iván Delfino había avisado, desde la primera fecha ante Santamarina, que por estas circunstancias su equipo iba a tener que cambiar la manera de jugar. Hasta aquí, ha salido bien.
Llegó un desfachatado como Pablo Magnin, que en los primeros amistosos ya prometió tener un inicio de temporada picante. Volvió Maxi Fornari, con todo ese talento que amaga explotar pero no siempre aparece. Este sábado, entre los dos, llenaron de preguntas que no pudieron contestar los tucumanos en el primer tiempo.
Bajitos, pero poderosos. A los 13′, Fornari metió un bochón para Graciani, que controló largo con el pecho y permitió que el arquero Arce llegara con su manotazo abajo para alejar el peligro. A los 22′, el platinado se metió en el área a pura gambeta y, entre centro y tiro al arco, encontró la llegada de Magnin por el segundo palo, para poner el 1-0.
Siguió llegando Sarmiento y pudo aumentar en esa primera mitad. A los 34′ peinó Graciani en el borde del área tras una muy mala salida de Arce y la pelota fue devuelta por el palo.
Antes del descanso, también Vicentini iba a tener protagonismo, mostrando toda su jerarquía en dos minutos. Primero, para tapar en el mano a mano con Pons; después, para descolgar del ángulo un furioso remate cruzado de Pier Barrios.
Apenas arrancó el complemento, el demente de Magnin vio adelantado a Arce y le pegó casi desde mitad de cancha, con tanta precisión que obligó al arquero a volver desesperado sobre sus pasos para sacar con un manotazo al corner. ¡Ovación para El Morocho!
Fornari se fue pinchando y lo advirtió Delfino, que mandó al terreno de juego a Quiróga en su lugar. Otro bajito y peligroso que sería el encargado de cerrar la tarde de fútbol en el Eva Perón.
Antes, a los 34′ Castelli, otro de los ingresados, llegó a tocar con la punta del botín un centro venenoso del Checho y el grito de gol se ahogó en el palo. Pero cuatro minutos más tarde apareció un gigante entre tanto petizo irreverente. Wilfredo Olivera, en su regreso, ganó de cabeza y puso el 2-0.
¿Basta de sufrir? Ni a palos, porque a los 42 descontó Sergio González y el Santo se le fue al humo a Sarmiento, poniendo en juego los corazones de la buena cantidad de hinchas que llevó El Verde en relación al debut contra Santamarina.
Quedaba, sin embargo, todavía un lugarcito para la magia. Gracias a Dios la puso Checho Quiróga, con una definición exquisita, pinchando la pelota por sobre el cuerpo de Arce para sellar el 3-1 en tiempo de edición y llamar a que cerraran el estadio.
Por Juani Portiglia – @JIPortiglia