El pasado miércoles hubo encuentro futbolero en la Unidad Penitenciaria 13. Fue un acontecimiento histórico, porque por primera vez se disputó un partido de fútbol femenino en la cárcel juninense. Del mismo participaron Jorge Newbery, Las Guerreras de General Arenales y Las Lobas, el flamante equipo que se formó en la UP 13.
Belén González, jugadora de Rivadavia y de la Selección de Junín, que se sumó como invitada al equipo de Arenales, dialogó con Junín 24 sobre la experiencia vivida.
«No sé cómo fue el inicio de todo esto. A mí me invitaron una semana antes a jugar, representando a un equipo de Arenales. Yo no sabía que era un encuentro, pensé que era un amistoso entre las chicas de la cárcel y nosotras. Cuando llegué me di cuenta que estaba Newbery también y se armó un triangular, todos contra todos, con partidos de dos tiempos de 15 minutos. Estuvo buenísimo. Se jugó 7 y 1″, relató la mediocampista de 20 años, que hasta el pasado torneo defendió la camiseta de Defensa Argentina.
El contacto entre las Gerreras de Arenales y Belén González se hizo a través de Yamila Vinci, jugadora de Independiente que trabaja con ella en la Escuelita de Jorge Newbery y que tiene amistades en el pueblo del partido vecino. «Me dijo que les faltaba una y yo me ofrecí. Ellas tienen un grupo muy nuevo, que se formó hace meses. Se sumaron muchas chicas que nunca habían jugado y ahora están practicando. A jugar a la cárcel habremos ido 15, pero ellas son como 30 practicando».
Para Belén, la experiencia vivida fue incomparable con cualquier otro partido que le haya tocado jugar y el encuentro en la UP 13 superó todas sus expectativas: «Me sorprendió la recepción. Yo no tenía ningún prejuicio a la hora de ir a jugar, pero no me imaginaba el recibimiento que nos dieron. Para entrar nos pidieron DNI. Las chicas re buena onda, nos contaban cómo viven ahí adentro, nos dijeron que era una de las primeras veces que salían al patio a jugar, ahí donde hay pasto. Tenían solo dos entrenamientos. Yo me sorprendí porque pensé que si nos invitaban a jugar era porque venían entrenando hace mucho tiempo», contó.
El encuentro tuvo al fútbol como nexo, pero no solo giró alrededor de la pelota. Las pibas de Las Lobas, y todos en la Unidad Penitenciaria, dieron a las invitadas un verdadero agasajo que Belén González se encargó de resaltar.
«La gente que trabaja ahí, los policías, también tuvieron muy buen trato con nosotras. Cuando terminamos de jugar se hizo una charla de RCP en el SUM y nos convidaron jugo y cosas que ellos elaboran ahí. Churros, pancitos, todo riquísimo. Y nos dieron para que nos llevemos. Fue una experiencia re linda y las chicas nos dijeron que les encantaría que volvamos a jugar porque la pasaron re bien».
LADO B: DE DEFENSA A RIVADAVIA
Para el campeonato de Primera División de la Liga Deportiva del Oeste que acaba de comenzar, Belén González decidió cambiar de equipo. Dejó Defensa para sumarse al plantel de Rivadavia de Junín, con el que debutó como titular en la primera fecha, con triunfo sobre Independiente.
«Más allá de que Defensa es el club en el que me inicié, porque fue donde tuve la verdadera oportunidad de jugar, después de dos años el grupo no tenía el mejor clima. Es una apreciación personal. Entonces decidí que era el momento de cambiar. Este año arranqué a estudiar, tengo la escuelita, trabajo animando fiestas y ahora entré a trabajar en un bar a la noche. Entonces no me queda tiempo para entrenar. Por eso me pasé a Rivadavia, que es un equipo en el que las jugadoras están hace mucho tiempo juntas y no tiene como exigencia estar en los entrenamientos para jugar. Y yo quiero jugar», contó sobre las circunstancias que motivaron su decisión.
A la vez, Belén se mostró consciente que lo que para ella hoy es una ventaja, por la posibilidad de jugar sin entrenarse, puede ser en el futuro una dificultad para el equipo: «La falta de entrenamiento puede jugar en contra, pero Rivadavia llegó a donde llegó porque tiene jugadoras muy buenas, que hace mucho juegan. Pero físicamente nos pueden superar. Yo en el primer partido lo jugué todo y cuando terminó tenía ganas de correr, porque ellas se pasan mucho la pelota y no corren tanto. Me quedé re manija, pero es algo que me va a servir adaptarme a esa forma de jugar».
Por Juani Portiglia – @JIPortiglia