Este martes por la madrugada, cerca de las 2.30, efectivos del Comando Patrulla que se encontraban en recorrida, fueron alertados por un vecino de que en calle Irlanda y Paso se encontraba estacionado un Peugeot 307 con las puertas abiertas, con signos de haber sufrido un ilícito y que en la zona se había visto a tres sujetos merodeando en actitud sospechosa.
Al llegar al lugar indicado, los policías observaron que en calle Irlanda y Necochea, donde se encuentra el taller mecánico Ale, estaba estacionado un Fiat Uno propiedad de un mujer policía, el cual también estaba con las puertas abiertas y con signos de haber sufrido también un ilícito, y posteriormente se comprobó que le faltaban stereos y otros elementos.
Utilizando las cámaras del Centro de Monitoreo, se pudo conocer que los tres sujetos seguían merodeando en la zona y que luego circulaban por calles Suiza y República, hacia donde concurrió el móvil policial pero al ser divisado por los individuos estos escapan a pie llegando a ingresar al predio del natatorio conocido como «Lo de Pipo». Hacía allí concurrieron los móviles policiales y al observarlos, los individuos escapan a pie pero finalmente pudieron ser interceptados y aprehendidos en calle Azcuénaga y Suiza, en el interior de la pileta natatorio «Lo de Pipo».
Allí se comprobó que se trataba de tres menores, de 14 años, 15 años y de 16 años de edad los que tenían en su poder un cúter color amarillo, llaves y un llavero color negro con forma de esqueleto de pescado, propiedad esto último de la mujer policía.
Cuando llevaban los menores a la sede policial, los policías se encontraron conque un camión estacionado en calle Alvear y Robio también tenía las puertas abiertas. El propietario del transporte comprobó que faltaban mil pesos y un equipo de mate.
En sede policial se cumplimentaron los recaudos legales para con los menores, dando conocimiento de lo sucedido con los precoces delincuentes al doctor Marcos Cornaglia, juez de garantías del menor quien avaló el procedimiento, mientras que el fiscal del fuero de responsabilidad penal juvenil dispuso que la entrega a sus padres de los dos menores de 14 y 15 años y la comparecencia en sede tribunalicia del adolescente de 16 años.
La causa quedó caratulada como hurto.