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Campeonas: Las Mini Celestinas se hicieron cargo del legado

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Rivadavia de Junín se impuso a Newbery en los penales, tras empatar sin goles en los 60 minutos de juego reglamentario, y se coronó por primera vez campeón en un torneo de fútbol femenino organizado por la Liga Deportiva del Oeste en la categoría Sub-17.

Primero hubo que reorganizarse. Tras el tercer puesto conseguido en el Clausura 2019, Las Mini Celestinas le abrieron las puertas a Yanella Tracchia, su capitana y figura, que pasó a integrar las filas de Sarmiento. Fue necesario, entonces, repartir responsabilidades.

La cinta fue entonces para Josefina Leonidas, a la que le sobra el carácter para hacerse cargo más allá de sus 13 años. La obligación de generar juego recayó sobre el desequilibrio que pueden generar Keila Espíndola, Sheila Villanueva y Brisa Mastrangelo; mientras que para hacer pesar en el arco rival todo aquello que se generara se alzó la figura de Catalina Leonidas.

Por otra parte, la lesión de la arquera Tatu Ledesma días antes del inicio del Nocturno ocasionó que se improvisara como arquera a Martina Alonso, que desde entonces asumió la responsabilidad de empezar a perfeccionarse, con el acompañamiento y el consejo de Poli Reichenshammer, en un puesto que hasta entonces desconocía.

La entrenadora Marisa Martínez fue encontrando, partido a partido, la forma de convertir todo aquello que podía ser considerado una debilidad en la previa del torneo en las fortalezas que llevaron a las Mini Celestinas a ganar el primer título para Rivadavia en la categoría Sub-17.

En la final, hubo que volver a resolver sobre la marcha. La gran cantidad de público que siempre esperamos se acerque a la cancha cuando hay fútbol femenino, más que darle color a la fiesta fueron los encargados de aumentar el nerviosismo a base de protestas, gritos y hasta indicaciones de entrenadores frustrados. Más de una vez, las pibas, que en la mayoría de los casos son también familia, les clavaron la mirada para pedirles un segundo de silencio.

El partido nació trabado, áspero, impreciso. El saldo de esa rigidez fue una lesión por lado: Milagros Silva, por el lado de Newbery, y Luján Suárez, por el de Rivadavia; tuvieron que dejar la final soñada mucho antes de lo que hubieran deseado.

Las ocasiones de gol fueron pocas. Un remate de Brisa Mastrangelo que se fue por arriba del travesaño. Otro de Alegra Lucci, con el mismo destino. Y la más clara llegó sobre el final, en favor de Las Mini Celestinas, con un tiro de Keila Espíndola que se metía pegadito al palo pero encontró el manotazo salvador de Nico López.

Había que definir el título en los penales, por si hiciera falta agregar una cuota de nerviosismo. Hubo aciertos y errores a la hora de definir; también una destacada intervención de las arqueras. Y un momento determinante, porque Nico López atajó un penal para Newbery que el árbitro obligó a repetir por considerar que se había adelantado y en esa reiteración finalmente fue gol para Las Celestinas.

La encargada de definir la tanda en favor de Rivadavia de Junín fue Sheila Villanueva, para dar lugar a los festejos, a la descarga emocional y al mensaje final de Martina Actis, que se comió la cancha: «Esto es para todos los que no creyeron en nosotras».

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