Núñez, Buenos Aires, 18 de agosto de 2021
Estimado Hospital Abraham Félix Piñeyro:
El motivo de estas palabras, es para expresar lo feliz que hoy me siento estando atravesando mi tratamiento contra la obesidad en la Clínica Cormillot, y todo gracias a la ayuda y atención que en un primer momento me brindaron el personal de salud del área de urgencias del Hospital Abraham Félix Piñeyro. Ya se cumple hoy 18 de agosto del año 2021 un año desde que mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, es muy difícil a la vez para mi contar esto, tengo sentimientos encontrados porque volver atrás me da tristeza, mi 2020 no fue bueno, estaba muy mal tanto físicamente, como anímicamente, no quería vivir más, mi obesidad había llegado al extremo, pesaba más de 350 kilos, no me importaba nada, no hacía caso a nada, ni a mi familia, ni a los médicos; en pocas palabras estaba entregando, aunque no me daba cuenta de lo contraproducente que era.
Cuando llegue a internarme el día 18 de agosto del 2020, porque en verdad ya no daba más, mi cuadro había llegado al extremo no me podía mover, estaba paralizado de las piernas para abajo. Yo no estaba convencido de internarme, no quería saber nada, estaba totalmente devastado. Los médicos y enfermeras/ros del área de urgencias del hospital, se encontraron con un cuadro desastroso, era así en verdad, estaba devastado, totalmente deprimido, sin ganas de nada, me había tirado al abandono total. Al no poder moverme, y como debía quedar internado porque si no me iba a morir, tanto el director y la subdirectora del hospital, accedieron a que quede internado en el área de urgencias, iban a ser unos días y pasaron dos meses. En todo ese tiempo atravesé varios altibajos emocionales y físicos, las enfermeras/ros hacían lo que podían, me atendieron como si fuera más que un paciente, para algunas era como un hijo, me aseaban, me alimentaban, subían mi ánimo cuando atravesaba mis crisis de nervios, me aguantaban cuando las trataba mal, porque en verdad me quería ir porque extrañaba a mi familia, a pesar de que iban a visitarme a diario, pese a la situación sanitaria. Verdaderamente conocí a más que unos profesionales de la salud, son extremadamente unas grandes personas, me atendían hasta fuera de su turno, aguantaban mis malestares, mis gritos, en pocas palabras me brindaron mucho afecto y cariño. Eso me alentó a ponerme las pilas y empezar a cambiar mi actitud, y con gran aliciente y las ganas que todos ponían en mí y la ayuda de las enfermeras que me ejercitaban para que mi rehabilitación fuera más rápida, me levante de la cama y empecé a dar unos pasos, eso fue gracias a estas hermosas personas que conocí y que me brindaron una gran atención. Empecé a escuchar lo que me decían, a hacer las cosas bien y hablar de todo con la psicóloga y los médicos y sobre todo con las enfermeras que fueron mi principal apoyo. Empecé a entender que tenía que cambiar porque me esperaba algo bueno, que era el seguir mi tratamiento contra la obesidad, en la Clínica Cormillot, algo totalmente nuevo para mí, pero que hoy me ha cambiado la vida.
Por ello quiero expresar de corazón, mi más sincero agradecimiento por el apoyo y contención brindadas, por cada profesional de la salud del área de urgencias del HIGA, por haber sido parte de mi rotundo cambio, me llevó amigos que aun hoy estoy en contacto y siempre están preocupados por mi salud y mis progresos. Gracias eternamente!!!
Saluda Atentamente
Silvio Santiago Carassai