El equipo de psicólogas de la secretaría de Salud del Gobierno de Junín y personal del CPA llevaron a cabo una charla sobre alcoholismo para los alumnos de sexto año de la escuela Santa Unión.
El objetivo fue reflexionar sobre los problemas asociados al consumo de alcohol y sensibilazarlos a prevenir conductas de riesgo.
Al ser una etapa de profundos cambios, la adolescencia está marcada por la inestabilidad y, en la mayoría de las ocasiones, el desconcierto y la confusión de los propios jóvenes ante sus cambios.
Durante esta fase de desarrollo, los jóvenes se muestran mucho más vulnerables a riesgos, como el consumo de alcohol y drogas.
¿Por qué los adolescentes empiezan a beber?
En las etapas inicial y media de la adolescencia (desde los 11 a los 17 años), los jóvenes desarrollan una imagen propia, un rol que buscan proyectar y potenciar ante los demás. El desarrollo de la personalidad provoca en el adolescente la necesidad de independencia frente al núcleo familiar y la búsqueda de integración en grupos sociales. Esta necesidad de pertenecer a un grupo puede llevar a los jóvenes a desarrollar comportamientos de riesgo, como el consumo de alcohol. Los hábitos llevados a cabo dentro del entorno de familia y amigos son cruciales a la hora de prevenir o fomentar el consumo de alcohol.
El adolescente también desarrolla en este tiempo una sensación de fortaleza e invulnerabilidad, lo que puede acarrear que el joven desarrolle comportamientos de riesgo y comience a consumir alcohol y drogas.
Los adolescentes son más vulnerables al alcohol. Esto se debe a que todavía no se ha alcanzado la etapa adulta y el joven se encuentra en una fase de formación y desarrollo, por lo que las consecuencias para la salud son mayores que para un adulto maduro. Además de los riesgos derivados de la ingesta de alcohol en la salud física, los daños más perjudiciales a estas edades se producen en la salud mental.
El cerebro del adolescente se encuentra en constante desarrollo y crecimiento; durante la adolescencia el joven va a adquirir todas las capacidades de razonamiento, planificación, procesamiento de la información, capacidad discursiva y todas las propiedades del pensamiento abstracto. El consumo de alcohol durante esta etapa de adquisición y desarrollo de estas habilidades puede estancar el proceso y dar como resultado un adulto que presente importantes carencias en el pensamiento maduro.
El alcohol también perjudica las zonas del cerebro responsables de la memoria y del aprendizaje, que también se encuentran en desarrollo y que dificultan sobremanera y perjudican la capacidad de crear y almacenar recuerdos, la atención y la concentración, habilidades imprescindibles para el desarrollo cognitivo y el aprendizaje, por lo que, a la larga, su carencia o su desarrollo incompleto pueden traer graves consecuencias.
Además de afectar la capacidad cognitiva, el consumo de alcohol en adolescentes afecta a la conducta pudiendo provocar el desarrollo de un comportamiento agresivo que altere las relaciones sociales.
Otros riesgos del consumo de alcohol en adolescentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece una serie de perjuicios derivados del consumo de alcohol, entre los que destacan:
Fomento de las relaciones sexuales sin protección, lo que acarrea el contagio de enfermedades de transmisión sexual y otros riesgos como el embarazo precoz.
Accidentes de tránsito, que representan una de las mayores causas de muerte prematura entre los jóvenes.
Proliferación y desarrollo de la violencia, especialmente de la violencia de género.
Prevención
Es importante fomentar la relación y el diálogo entre padres y adolescentes: la influencia del entorno familiar es crucial para que el joven siga unos hábitos saludables y evite el consumo de alcohol, como también fomentar, mediante encuentros con los jóvenes , la concientización acerca de los graves riesgos que acarrea el consumo de alcohol a cualquier edad, pero especialmente entre los jóvenes.