Cansados de los robos, una familia que se encuentra construyendo su casa, decidió tapar las ventanas con chapas y sacar de la obra todo elemento que pudiera desaparecer en manos de los delincuentes.
Cuatro robos en seis días en una vivienda en construcción
La seguidilla de ilícitos comenzó con el inicio de la semana que termina en inmediaciones de las calles Ricardo Rojas y Gandini. Primero les llevaron un alambrado perimetral, luego los alargues de los albañiles, continuaron con bolsas de cemento, cuatro puertas placas y este mediodía, dos cajas de porcelanato.
A ello se suma que a medida que ingresan a robar –relata Vanesa–, ocasionan daños tanto en la estructura edilicia como en los pisos. “Los albañiles trabajan, dejan la carpeta para que se seque y cuando vienen a robar termina todo pisoteado y hay que volver sobre lo hecho”.
En la mañana de hoy domingo, concurrió la Policía Científica a levantar rastros, estando presentes los propietarios de la obra. Apenas habían alcanzado a irse dispuestos a regresar en las primeras horas de la tarde a llevarse y poner a resguardo los elementos que con tanto sacrificio compran, que vecinos les avisan que les estaban robando por cuarta vez.
Un individuo –hasta ese momento desconocido–, había llegado en bicicleta y tras cargar cajas de porcelanato se dio a la fuga.
Alertado personal policial, concurrieron varios móviles e iniciaron la búsqueda del desconocido contando con el apoyo del personal del COM.
“Recuperamos las cajas de porcelanato pero lo increíble es que ya las habría vendido y creemos que el ‘comprador’ también tiene que estar identificado. Quiero creer que con él también van a tener que actuar”, agrega en medio de la bronca y tristeza que le produce a la familia ser testigos de lo que les está ocurriendo”.
Cabe destacar que no son las únicas víctimas de robos en obras en construcción en ese sector del barrio Ricardo Rojas. “Esto le está pasando a otras familias que están en las mismas condiciones que nosotros, haciéndose sus casas. Necesitamos que alguien haga algo, que los patrulleros recorran. No se puede vivir así”, concluye Vanesa.