Por Christián Rémoli
Periodista, realizador, guionista. Autor e impulsor de «Proyecto Haylli».
Este jueves 26 de agosto se emitió el último programa de “Alberto Haylli. Una memoria revelada”.
Esto -podría decirse- es cumplir un sueño de un sueño. El sueño con el que no pudo cumplir el Gordo, poner en valor y dar a conocer toda su obra. El nuestro, cumplir el sueño del Gordo.
Primeramente, queremos agradecer el acompañamiento durante todo este ciclo, realmente fue increíble la manera en que empujaron el libro, estos docus y todo lo que pudimos hacer.
Luego, aprovechamos darle infinitas gracias a los laburantes que atravesaron este largo camino, los que trabajaron en la recuperación del material, en la generación de los logos, luego en el mural, en el libro, en los flyers, en la serie. Todos lo hicieron por un dinero que no pasa ni cerca con el esfuerzo realizado y fueron sus manos las que hicieron posible que la obra del Gordo cobre vida. Además, nos interesa destacar a los vecinos que contribuyeron con sus recuerdos a identificar el material, ellos también son parte central en toda historia.
Si hay algo que dejan ver las fotos de Haylli es que amaba profundamente su ciudad y a sus habitantes; sus fotos le dieron rostro a muchos juninenses y esos juninenses son los principales protagonistas de su obra. Por esto, cada uno de los pasos que dimos estuvo atado a una idea central: la colección de este enorme artista debía llegar de manera accesible a la mayor cantidad de gente posible. Así, hicimos el mural en el Conde, la construcción de altura más antigua de la ciudad, que quedará a la vista de todos por los años que dure; editamos un libro a precio relativamente bajo -y es probable que editemos la segunda edición muy pronto- con ventas fueron a beneficio de una escuela pùblica, y no cualquier escuela, sino a la 2, la escuela a la que fue el Gordo. Además, compartimos el libro con las colegios que pudimos y con las bibliotecas públicas de Junín. Finalmente, tuvimos la oportunidad de generar una serie documental para un canal público, lo que asegura que quede alojada en las plataformas a las que podemos acceder sólo con tener una conexión a internet en casa o en el teléfono.
Consideramos la manera que elegimos como la más justa y eficaz para devolverle a la gente de Junín un artista propio. Y recalcamos este concepto porque estamos convencidos de que los artistas populares deben estar al alcance de todos. En definitiva, son parte y producto de su gente.
Además, nos gustaría contarles que para nosotros, lo que pensamos, desarrollamos y ejecutamos Proyecto Haylli la cultura también es una manifestación y un hecho colectivo. Todos los que fuimos parte, además de trabajar con mucho respeto y dedicación por la obra de este artista, somos una pieza irremplazable. Y aunque hay caras visibles, ningúna es más importante que otro en todo el ciclo.
Por otro lado, aspiramos a que este proyecto sea una primera puerta para abrir las que vienen. Ojalá que el mural no sea el primero que conmemore nuestra historia desde un edificio en altura, que aparezcan nuevos foto libros, y que se generen documentales que cuenten todas las historias. Talento y ganas es lo que sobra en la gente que hoy camina las veredas que caminaron Lebensohn, Eva, Firpo, Atahualpa, Eusebio o Germán García.
Finalmente, queremos agradecer a la familia Haylli por haber guardado y decido compartir esta colección. Si ese tesoro ahora es un poco parte de todos fue por la buena voluntad y la excelente predisposición de ellos.
Además, dar las gracias a las empresas, instituciones y amigos que nos acompañaron: Rocío Giaccone, el Museo Evita, Editorial de las 3 lagunas, Babilonia, Dorrego Libros, Mecenazgo de CABA, Cirigliano de Junín, Fundación OSDE, Nova Pinturerías, Gustavo Colimedaglia, Pablo Navone, Simón Jatip (el increíble muralista), El Boliche, Tío Lucas, los vecinos del Edificio Conde y a Canal Encuentro.
Para nosotros, este tiempo que pasó va a quedar atesorado. Tal vez nunca volvamos a enfrentarnos a un mundo fascinante como el del Gordo y al desafío de hacerlo visible con ideas y gestión propias.
Haber llegado fue un aprendizaje. Y una gran satisfacción.
Podés dormír en paz, Gordo. Tus sueños (y también los nuestros) están cumplidos.
Gracias a todos.
Proyecto Haylli