En un diálogo que mantuvo con la Liga Juninense, el entrenador Diego Carpinella comparó la realidad del fútbol femenino cuando aceptó el desafío de formar el plantel de la UNNOBA con la actualidad que tiene a Las Guerreras como uno de los equipos más importantes de la ciudad.
Recordó la propuesta que le hizo Gaspar Ciotta, para comenzar con las actividades en 2012, la ausencia de competencias oficiales en las cuales participar; así como las dificultades que supuso, ya habiéndose establecido el torneo bajo tutela de la Liga Deportiva del Oeste, pasar de jugar fútbol reducido a fútbol once. «Hubo que ponerse de acuerdo entre todos. Las chicas asumieron un gran compromiso porque muchas son de la zona y tenían que quedarse los fines de semana para jugar. Así empezamos a transitar todo esto», le contó a la periodista Fernanda Gonzáles, quien estuvo a cargo del live.
Como ya ha manifestado en ocasiones anteriores, Diego Carpinella destacó esa característica que, desde su propia conformación, hace de UNNOBA un equipo diferente a cualquier otro que compita en la LDO. «Hubo que hablar con las autoridades para ver si nos dejaban reclutar chicas de otro lado, pero nos pidieron por favor que no, por una cuestión de seguro y responsabilidad de la institución. Tenían que ser alumnas matriculadas que estuvieran cursando. No es que la Liga tenga esa exigencia, pero desde la universidad es algo que se mantiene hasta el día de hoy».
Precisamente por esta razón es que el entrenador cree que a Las Guerreras se les hace tan difícil poder encontrar recambio para su plantilla, aunque se ilusiona con que el crecimiento que fue teniendo el fútbol femenino en los últimos años permita que cada vez sean más las chicas que lleguen al equipo universitario con rodaje previo.
«Poco a poco se ha ido incentivando el fútbol femenino. En lo cotidiano uno nota el cambio. Cuando empecé a trabajar y decía que estaba con el femenino se sorprendían. Ahora es todo más natural. Entrenando a las chicas lo que uno se da cuenta es que lo que no cambia es la pasión que ellas sienten por el deporte«, dijo.
Y concluyó: «En poco tiempo hubo grandes cambios y los frutos se van a ver rápido. No tengo dudas que lo que falta es un éxito social. Si la Selección Argentina tiene un logro grande, con lo fanáticos que somos del fútbol, todos, hasta el más machista, se van a sentar a ver el partido. Algo de eso pasó con Las Leonas. Es una lástima, porque no debería ser así. Pero es como funciona».
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