El Fiscal Carlos Colimedaglia, del Departamento Judicial Junín lleva adelante una investigación en la que diez policias bonarenses que trabajan en Junín está siendo investigados por el delito de «»Vejaciones y/o Abuso de Autoridad».
La denuncia fue radicada el 25 de agosto de este año por Cintia Molina, y en la misma expresó que «la noche anterior, tipo 00 horas su hijo la llama por teléfono diciéndole que le querían sacar la moto» y que estaba en la casa de un amigo, a la vez que de fondo escuchaba ruidos como de balas (Luego supo que eran disparos de balas de goma). Cuando llegan al lugar con su esposo- prosigue la declaración – se encuentran con seis o siete patrulleros y ven a un policía salir de la casa con la moto. La denunciante le pregunta porque se lleva la moto y el policía le dice «porque es robada» a lo que ella le contesta que no, que la moto es de ella, que no la escucha, la empuja en dos oportunidades y la hace caer y cuando se levanta le recrimina. Vienen tres mujeres policías, quienes le empiezan a pegar a la denunciante, la patearon, le pegaron piñas y le tiraron el pelo mientras estaba tirada en el piso boca abajo y le decían términos que ella no entendía, como «gato», «piola».
En su declaración agrega que una vez ocurrido esto, «escuchó que una de las mujeres policía decía que trajeran los ganchos y que le iban a apresar por resistencia a la autoridad mientras planeaban acusarla de algo que no hizo para justificar su agresión. Mientras pasaba esto, la denunciante llamó a su marido y vio que estaba tirado en el piso mientras era apuntado con un arma por el mismo policía que la empujó a ella. Nos quedamos ahí, con todos los vecinos mirando.
De ahí fuimos hasta la Comisaría Segunda, donde me dijeron que la moto estaba en el Comando. Ahí estaba el jefe de guardia, que me dijo que él creía en su gente y respondía por ellos; no quiso ni darme el nombre, así que nos retiramos.
Cómo siguió
Con eso, la historia recién arrancaba. “A las 8 de la mañana siguiente, nos entregaron la moto en la Comisaría Segunda, con un papel que decía que había estado en depósito judicial, algo totalmente falso. Además de las roturas, cuando llegamos a casa creímos que hacía ruido, y el mecánico que fue nos dijo que tenía arena en el motor”, cuenta Cintia Alonso a Semanario.
“Por todo esto, con mi marido fuimos a la Fiscalía e hicimos la denuncia ante el fiscal Carlos Colimedaglia que estaba de guardia. Nos hizo revisar los golpes que teníamos por una médica, y ahí empezó todo el proceso judicial”, relata.
Y hay más: “En septiembre recibimos en mi casa la visita del jefe policial de calle Facundo Mantegazza, que nos dijo que quería arreglar por la vía más rápida: ver cuáles habían sido los daños y pagar los gastos”.
“Mi marido quería aceptar, porque era una moto que todavía estábamos pagando y los arreglos eran costosos, arriba de 60 mil pesos. Nada más que el tambor y llaves originales eran 11 mil pesos. Pero los once policías involucrados no quisieron arreglar de esta manera, y por eso siguió la causa”, subraya Cintia.
La política
La mujer remarca que “para esto yo le envié una carta al intendente Pablo Petrecca contando lo que había pasado y la posibilidad de solamente recuperar lo que nos habían destrozado. Le puse que yo quería que supiera lo que estaba pasando en la policía, porque él era responsable”.
“Pero me mandó a mi casa al señor Luis Chami, que decía que se había comunicado con el fiscal, algo que no fue así sino que en Fiscalía había dicho que pararan un poco porque él iba a tratar de arreglar todo”, agrega.
El funcionario en Seguridad “quedó en llamarnos, pero no lo hizo, así que se comunicó mi marido y entonces Chami le dijo que no iban a pagar nada, que todo quedaba en manos de la Justicia”.
El reclamo
No es difícil entender qué pretende la familia de Cintia: “Teníamos una moto casi 0 km, queremos que la paguen”.
Pasado el tiempo, Cintia asegura que “ahora dejamos de sufrir el asedio que siguieron haciéndole a mi hijo, después que hablamos con los jefes”.
Y recuerda: “En otra oportunidad, el mismo oficial que nos rompió la moto había acusado a mi hijo de ingresar a un domicilio, cuando era la casa del abuelo del amigo que tuvo que ir a declarar después. Ahí me perdieron documentación de la moto que después apareció; son siempre las mismas personas”.
“Creemos que en estos casos la responsabilidad total es del Intendente, porque él deja que la policía actúe de esta forma. Y nuestra seguridad depende de él”, concluye. El tiempo tiene la palabra.
Fuente: Agencia Nova