Queremos compartir con ustedes una historia de amistad que lleva mas de cuatro décadas y tiene actualmente un hecho distintivo: cumplir el sueño de un amigo. Quienes nos van a contar de que se trata son Mario Rodriguez, Roberto Villalba y su hijo Adolfo.
«Nosotros somos oriundos de Gonzalez Chavez – comienzan relatando – Carlos «Pachi» Gándara es un amigo nuestro, y corríamos en bicicleta cuando teníamos 15 años, luego dejó de correr, se dedicó a trabajar para llevar adelante a su familia y viajó hacia el sur – Comodoro Rivadavia – donde había empleos con mejores salarios. Luego de 10 años de estar allá, desafortunadamente cayó desde una escalera y queda sin posibilidades de moverse, con su parte motriz paralizada. Tras haber pasado algún tiempo allá, se separó de su esposa y su hermano lo volvió a llevar a Gonzalez Chávez. Durante mucho tiempo la pasó muy mal, y se deprimió», relatan.
«Un colega – continúan – le fabricó una bicicleta, y pasó a tener un medio de transporte que le permitió moverse y eso sin dudas le cambió radicalmente la vida, y logró recuperarse emocionalmente. Cuando él se volvió a Gonzalez Chavez, un hijo suyo quedó allá y Pachi intentó ir a visitarlo un par de veces, aunque no quería ir en micro sino en un vehículo propio. Le habían regalado un vehículo adaptado a su discapacidad y se le prendió fuego, de bronca salió a pedalear y cuando volvió dijo: «Me voy a ir en bicicleta». Y ahí empezó su sueño», aseguran.
Tras la decisión de Carlos de viajar en bicicleta Rivadavia, los hermanos Villalba se enteraron y tomaron la firme decisión de acompañarlo porque aseguran que «es un viaje complicado, donde se necesita casilla rodante. Eso es lo único que nos falta una casilla rodante. La camioneta ya la tenemos. Y lo vamos a acompañar con nuestras familias, de a ratos maneja él, de a ratos manejo yo y Pachi va a ir en la bicicleta que le estamos armando», detallan.
¿Qué significa esto para ellos?, fue la pregunta: «A nosotros nos emociona, no por lo que estamos haciendo nosotros sino por lo que estamos haciendo por él, de viajar con mi hermano y acompañarlo a cumplir su sueño. Él era muy amigo nuestro, mas de mi hermano, corrían juntos, conmigo pedaleaba, eramos amigos de sus padres. Por eso nos motiva ayudarlo a cumplir su sueño, y que pueda ver a su hijo. Cuando le dije que lo acompañaba se largó a llorar como un chico. Imaginate todo lo que representa para él, que solo no puede viajar. Así que cuando me enteré se lo consulté a mi hermano y me dijo que me acompañaba. Sentimos una sensación única, no se como describirlo, pero te diría que es lo mejor que nos va a pasar en la vida»