El escenario fue la esquina de Alte. Brown y Edison. Los vehículos que participaron del choque fueron una camioneta y una moto. La reacción de los protagonistas, cuanto menos insólita. Y los testigos no daban crédito a lo que les estaba tocando ver. Presumiblemente –no hay ni habrá datos – en el lugar referido, colisionaron una camioneta y una moto.
Se cree que fue el conductor del rodado de mayor porte el que levantó la moto que había quedado caída sobre el pavimento y salió corriendo para dejarla en un taller mecánico ubicado en las inmediaciones. Mientras tanto en el lugar del choque habían quedado una mujer –que caminaba con dificultad- y dos o tres menores con algunos raspones.
Con el correr de los minutos llegó una segunda camioneta –podría haber sido una Oroch gris-, conducida por una mujer a la que se le escuchó decir “qué pasó” mientras se bajaba del rodado. Y lo insólito. Se intercambiaron los vehículos y se fueron. La mujer conduciendo la camioneta siniestrada y el hombre, con la mujer y los menores…a poca distancia había quedado la moto. Cuando la policía llegó…..ya no quedaba nada.
