Tras el incremento del 60 al 148% en la tarifa eléctrica anunciado recientemente por el ministro de Energía la diputada por el Frente Renovador Valeria Arata cuestionó la medida y afirmó que «la política recesiva del gobierno parece una película de terror para los argentinos; cuando parecía que nada podía ser peor que el 2016, comenzamos 2017 con este aumento drástico a un servicio vital y esencial como es la energía eléctrica.»
Como se dijo, la tarifa eléctrica comenzará a registrar aumentos en las facturas que van del 60 al 148 por ciento para usuarios de Edenor y Edesur, y será variable y ascendente, de acuerdo al nivel de consumo registrado por cada usuario. A su vez, desde el Ministerio confirmaron que el ajuste en la tarifa se concretará en dos tramos (en febrero y en marzo).
«Es irrisorio que el gobierno justifique los dos tramos diciendo que el bolsillo de los vecinos se va a ver menos afectado, cuando la verdad es que el bolsillo de la mayoría de los trabajadores no aguanta ni un aumento más», afirmó la legisladora por la Cuarta Sección electoral.
Y agregó: «Este anuncio se suma a los aumentos del combustible, las prepagas, los peajes y a la tramposa resolución que exige la diferenciación del precio contado del precio en cuotas con las tarjetas de créditos que provocó un aumento de más del 10 por ciento en el precio de los productos. La clase media está soportando todo el peso de la economía argentina, a costa de perder el poder adquisitivo de su salario y disminuir su calidad de vida».
En la Provincia
Además, la dirigente massista criticó que, en consonancia con la decisión adoptada por el Gobierno nacional, el Ejecutivo bonaerense autorizará nuevos aumentos en las tarifas eléctricas a partir del mes de marzo, aunque el número final de la suba aún es objeto de estudio.
«Si bien desde la Provincia la gobernadora aún no ha hecho ningún anuncio al respecto, sabemos que habrá un aumento a partir de marzo también para el interior de la provincia», señaló.
«Nos preocupa el impacto que tendrá esta medida no sólo en la economía familiar de forma directa, sino además en las pequeñas y medianas empresas que ya están al límite de su rentabilidad, habiendo terminado el año pasado ahogados por la presión impositiva y la caída del consumo. Un aumento en los costos de producción y comercialización en un contexto de ausencia de consumo lamentablemente terminará desembocando en una caída del empleo», afirmó.
«Hay una gran diferencia entre el optimismo que publicita y asegura el oficialismo y lo que percibimos de los vecinos en la calle. Creo que los funcionarios deberían salir de la comodidad que les provee el Estado y generar más roce con el argentino promedio que la está pasando mal», cerró Arata.