El dirigente del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) y titular del Bloque Justicialista de la Cámara baja, Oscar Romero, aseguró que «el país sólo tendrá futuro si gobierna el peronismo».
El dirigente del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) y titular del Bloque Justicialista de la Cámara baja, Oscar Romero, criticó a la CGT y a la mayoría de los gobernadores justicialistas por haber dejado “en soledad” a aquellos 17 diputados y al Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa), que integra, y aseguró que “el país sólo tendrá futuro si gobierna el peronismo”.
Romero, quien integra el Masa que conducen el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, se preguntó al hacer un balance de gestión de ese espacio gremial y de ese bloque legislativo “cuál será el futuro del peronismo”, y subrayó que su “necesaria reconstrucción” de cara al futuro “pasará por el Masa”.
“¿Cuál es el futuro del peronismo? ¿El que se arrodilla ante la posibilidad de recortes? ¿El que tiene miedo a poner la cara porque puede haber una carpeta? ¿El que gira la cabeza cuando la sociedad demanda compromiso, poner la cara y hablar con los trabajadores? El Masa siempre la dio y ofreció muestras de fe respecto de sus convicciones y su absoluta coherencia”, afirmó.
Romero aseveró que “la reconstrucción del peronismo pasará de forma indefectible por el Masa” y sostuvo que en 2017 “no sólo se jugará una elección de renovación legislativa sino especialmente el futuro de la Patria, que no tendrá destino sin el peronismo”, por lo que reclamó de viva voz “un mayor compromiso y militancia”.
El legislador y sindicalista del gremio que lidera Ricardo Pignanelli repasó el trabajo realizado por el Bloque Justicialista (BJ) y el Masa en 2016 y puntualizó que “el objetivo desde la conformación de ese espacio legislativo -realizada en el gremio taxista junto con el Masa y los gobernadores- fue “la irrestricta defensa de los trabajadores y de las provincias argentinas”.
“Las tres premisas de los diputados del sector este año fueron las Leyes de Emergencia Laboral o Antidespidos, la de Autopartes y la del Impuesto a las Ganancias”, afirmó Romero, quien ratificó que “el Masa puso en su momento la cara y realizó todo el esfuerzo posible en campaña para que Mauricio Macri no fuese presidente”.
“Lo hizo cuando muchos se escondían, porque uno de los grandes riesgos era la pérdida de las fuentes de trabajo. Algunos políticos y diputados de extracción sindical se ocultaron en el Congreso y no dieron quórum cuando se analizó la Ley Antidespidos. La CGT se había comprometido a realizar un paro general con movilización si era vetada y también nos dejó en soledad”, dijo.
Romero reseñó que hubo más gente frente al Congreso cuando se aprobó una ley en rechazo de la organización de carreras de galgos que el día que se votó la norma Antidespidos, porque “los que se habían comprometido a dar todo por ello nos abandonaron, al igual que finalmente decidió hacerlo la CGT y no hubo huelga”.
El sindicalista reivindicó también el trabajo realizado por el bloque que encabeza en la aprobación final de la Ley de Autopartes, que “no sólo beneficiará al Smata sino a las industrias en general”, y reseñó que el proyecto de impuesto a las ganancias votado en Diputados fue redactado en el Masa y “era mucho más ambicioso, ya que el monto mínimo imponible era más elevado y preveía exenciones para el embarazo y los discapacitados”.
“Había 48 proyectos similares. Se hizo un enorme esfuerzo para reunir a la oposición. El Masa, a través de esos 17 diputados, fue artífice y garantía de esa unión en un dictamen. También se logró en soledad. El espacio gremial explicó en el Senado la iniciativa consensuada porque era el puntapié inicial para terminar definitivamente y alguna vez con el tributo al salario”, explicó.
Romero lamentó que muchos gobernadores peronistas -a quienes el bloque “les votó leyes que reclamaban”- hayan “torpedeado” ese proyecto aprobado en Diputados y que se hayan hecho eco del discurso de “la irresponsabilidad, del déficit, del presupuesto y de la obra pública, pero no de la realidad de los trabajadores”.