Hay ciertas modalidades delictivas – como ser el escruche-, que no pierden, lamentablemente, vigencia y son de las que con mayor frecuencia se cometen desde hace muchas semanas.Y podrían tener que ver con una sumatoria de factores.
Siempre se está frente a hurtos o robos, que de ser descubiertos, las penas que se imponen a los delincuentes son bajas y además, por ser delitos excarcelables, aparece la no mal llamada “puerta giratoria”.
Si a ello se suma que por lo general hay un “mercado” dispuesto a adquirir objetos robados, transforman muy rápido lo sustraído por dinero cantante y sonante.Pero mientras tanto están las víctimas. Aquellas que compraron un plasma en cuotas, la play Station de los chicos, los pocos o muchos pesos ahorrados y hasta la garrafa que por menor que parezca, tiene un elevado costo.
A ello sumarle la reparación de la puerta barreteada, el vidrio de una ventana hecho añicos, la cerradura a reemplazar, los destrozos en las propiedades.Y ni hablar de la sensación de “violación” que relatan las víctimas cuando al ingresar a las dependencias de sus hogares ven cómo han sido invadidos en su intimidad. Como si no fuera suficiente, después llegará el tiempo de la denuncia, peritos recorriendo y tomando rastros.
Todo, para que, si son descubiertos los autores, horas después, circulen libremente por las calles buscando otra casa, otra víctima, para repetir historias.Y como para los ejemplos diarios son suficientes, basta con sintetizar con los “escruches” de las últimas horas.
Padre Respuela al 350, Lavalle al 50, Chile al 250.En esas viviendas hubo aberturas violentadas, sustracción de elementos tales como una play station, perfumes, electrodomésticos y hasta dinero en efectivo.
Algunas de las víctimas se habían ausentado unas horas, otras hasta una semana, la sorpresa e indignación fue la misma. Mientras tanto, hay alguien tratando de vender lo robado y otros dispuestos a adquirir por unos pocos pesos.
Foto ilustrativa
