Si bien el hecho se produjo hace unos días, trascendió en las últimas horas. Eran las primeras horas de la tarde del miércoles próximo pasado cuando un hombre de 75 que se encontraba descansado en su domicilio en medio de un calor sofocante, recibe un inesperado llamado telefónico.
Por cierto, creyó en quien decía ser su nieto y con un ardid –frecuente en estos hechos-, le decía que pusiera en una bolsa los dólares que tenía y los dejara en la vereda. Iba a actuar muy rápido, sin tiempo para detenerse a pensar que podía estar siendo víctima de una estafa. Obedeció las indicaciones, salió a la calle y dejó, a la altura de su casa de calle Moreno, pero en la vereda de enfrente, el paquete con el dinero. Ingresó en su casa y se quedó esperando a que alguien pasara a retirarlo.
Efectivamente, un individuo se acercó en un automóvil, se hizo del paquete y se escapó a velocidad tomando calle Comandante Ruiz en dirección a la Avenida Benito de Miguel. Una vez más, los estafadores alcanzaban su cometido apoderándose de una cantidad de dinero que si bien no trascendió, fue importante. Con el correr de los minutos, aún nervioso por el tiempo vivido y tras tomar contacto con personas allegadas, cayó en la cuenta de lo que había sucedido. Cayó víctima del cuento del tío.
La denuncia fue radicada en dependencia policial y la causa fue girada a la fiscalía 6, de turno y cuya titular es la Dra. Fernanda Sánchez. Trascendió que los investigadores ya contarían con alguna información respecto del automóvil en el que se movilizaba el desconocido. Terminan siendo prácticamente habituales las crónicas en las que se da cuenta de delitos perpetrados con un mismo modus operandi, en los que los estafados suelen ser adultos mayores.
Por veces que se repita, vale la pena remarcar que ante una llamada sospechosa, lo aconsejable es que el receptor del llamado cuelgue el teléfono y llame con presteza al 911. Y de seguir la conversación, debe evitar identificar a los familiares por sus nombres o apodos y menos aún mantener un diálogo en el que, casi sin darse cuenta, estará aportando información que el estafador aprovechará para hacerlo caer en el cuento del tío.
