La docente desarrolló un taller en la Casa del Pueblo, aspirando a generar herramientas que ayuden a modificar «en la medida de nuestras posibilidades, esta actitud negadora de mujeres y otros géneros de elecciones sexuales que no condicen con el masculino ni con el femenino», destacó.
Tal como estaba previsto, se llevó a cabo en la Casa del Pueblo, un taller de técnicas básicas para desarrollar una oralidad y una escritura no discriminatoria, denominado «Género y lenguaje. Hacia una dinámica incluyente». El mismo estuvo a cargo de la profesora Fabiana Petraglia, activista por los derechos de la mujer.
Precisamente Petraglia explicó que «en 1973, recién iniciada la segunda ola del feminismo, el artículo “Language and Woman’s Place” [“El lenguaje y el lugar de la mujer”] de la lingüista norteamericana Robin Lakoff , planteó por primera vez una reflexión académica en torno a la relación de hombres y mujeres con el lenguaje y sus usos. Desde entonces, mucho se ha hecho en términos de investigación y análisis, pero no tanto en el orden de la práctica».
Detalló la docente que «el lenguaje es, como ha sido siempre, androcéntrista. O al menos su uso así lo es. La Real Academia Española se excusa de no modificar su diccionario hacia un lenguaje menos sexista en el planteo de que “si la sociedad cambiara su manera de expresarse, ellos tomarían nota de ello y cambiarían el diccionario. Digo ellos porque el 93% de los y las integrantes de la RAE son hombres, sólo participan tres mujeres y no admiten nuevas miembras».
La propuesta de la charla sobre género y lenguaje fue, en primer lugar, reflexionar acerca del uso machista «que hacemos del lenguaje y la invisibilización de la mujer como su inevitable consecuencia. En segundo lugar, sugerir algunas prácticas simples para empezar a adquirir un entrenamiento del lenguaje inclusivo, o no sexista y modificar, en la medida de nuestras posibilidades, esta actitud negadora de mujeres y otros géneros de elecciones sexuales que no condicen con el masculino ni con el femenino», resaltó Fabiana.
Por último puso de relieve que «desde la filosofía sabemos que “Lo que no se nombra, no existe”, empezar a nombrarnos es tomar la decisión consciente de incluirnos», concluyó.