Al conocerse ayer la noticia del fallecimiento del doctor Miguel Sainz, su deceso produjo una profunda consternación. Su dilatada participación en los ámbitos judicial, social y deportivo lo vincularon estrechamente con mucha gente.
Hasta el año pasado integró la Cámara de Apelaciones en lo Criminal del Departamento Judicial Junín, como culminación de una carrera judicial que había iniciado como secretario de Juzgado ocupando distintos roles dentro de la magistratura provincial. Su vocación por el ejercicio de la abogacía desde el rol de juez, fue una impronta que lo marcó en su dilatada trayectoria.
Con una visión pragmática, siempre priorizó al hombre, como ser humano, a la hora de la valoración ante la aplicación de la norma, postura que defendió en forma vehemente.
Como hombre inquieto, fue cultor de la actividad deportiva, donde el golf –que lo contó entre sus impulsores- y el fútbol, fueron dos de las disciplinas que lo apasionaron. La primera de ellas lo llevó a integrar la comisión del Junín Golf Club y desde la observación como periodista y difusor de la actividad, su acendrado fervor por el crecimiento de la disciplina, lo motivó en tal rol.
Por su carácter campechano fue habitué de numerosas mesas de café, donde hizo gala de su afición por las largas conversaciones desgranadas en ámbitos amicales.
En su juventud, sin ser periodista, siempre fue colaborador de los medios locales. Incluso llegó a integrar, en sus primeras épocas, el Departamento Informativo de LT 20 Radio Junín y luego, siempre colaboró con el diario La Verdad. También realizó la cobertura de partidos cuando el Club Jorge Newbery jugaba en primera división, para Radio Rivadavia, de la Capital Federal.
Lo atraía la música clásica y el tango, otra de sus pasiones ya que era un admirador de los valores más trascendentes de la música ciudadana, lo llevó a publicar numerosas columnas sobre el tema.
Había conformado su familia con la señora Rosa María Lanfranco, en el que nacieron sus hijos, a quienes se prodigó con todo su cariño y enseñanza.
Los restos del extinto son velados en la casa velatoria de calle Rivadavia 765 y serán inhumados este jueves, a las 16,30, en el cementerio Parque Rosedal, hasta donde un atribulado cortejo acompañará sus restos para darle un postrer adiós .