PRIMERA PLANA: FUE DIARIO, TELEVISION, RADIO, PERO EN TODOS LOS CASOS UN PERIODISTA MINUCIOSO, VALIENTE E INFORMADO. UN HOMBRE CULTO
El sitio web informativo pergaminense Primera Plana.com lo despide con estas palabras:
«La ciudad, la región, su otra patria, Junín y nosotros, sus discípulos y amigos, estamos de luto. Se nos fue una persona increíble, alguien que conocía claramente el significado de la palabra ética, el último gran periodista de Pergamino. Tuve la suerte de ser uno de sus discípulos, todos los días en la vieja redacción de La Opinión, en la que Roberto oficiaba de jefe y como jefe decidía, pero siempre tenía algunos intervalos para acercar el amigo.
Roberto Veros fue un periodista impresionante que muchos, quizás, no valoren en la medida de su estatura. Estábamos preparando los papeles para que fuera designado “Pergaminense Sobresaliente” o lo que fuera, un mimo en el Concejo Deliberantes y se nos apuró en la partida.
Roberto daba cátedra a quienes tuvimos el privilegio de trabajar bajo “sus órdenes”, pero, también nos recomendaba las mejores películas con el criterio de un amante del cine popular y conocedor de cada uno de los fotogramas que rodeaban sus sueños.
Era una enciclopedia abierta de música (un baterista y percusionista de aquellos que podemos llamar “grandes”) y era maravilloso escuchar sus anécdotas de los principios del rock nacional (había tratado a la mayoría de sus protagonistas) en aquellas giras con ese hito de la música Junin-Pergamino como fue Magia Negra.
Roberto fue el historietista más importante de Pergamino llegando a escribir una tira diaria para su querido diario que fue éxito absoluto durante muchísimo tiempo (con dibujos de Luis Contreras, “Nacho Quiroga”)).
Roberto fue un locutor “brillante”. Lo conocí cuando era un pibe; mi vieja pensando que yo era más prodigio de lo que nunca fui, me llevo a un programa de Publicidad Mas a cantar y él era el locutor con esa alegría que identificaba a los animadores de la época
Roberto fue diario, televisión, radio, pero en todos los casos, un periodista minucioso, valiente e informado, un hombre culto. Siempre recuerdo cuando le tocaba hacer las editoriales y se rodeaba de tantos libros que no le alcanzaban las mesitas de la redacción, para hacer una carilla y media que era lo que podía entrar en esa página (grandes enciclopedias, libros de todos los tamaños, todo era para cada una de las palabras que exponía en sus textos). Esos días me resultaba más atractivo mirarlo hacer, que hacer lo mío y así aprendí lo que después de él, ya no vi.
No la quiero hacer larga, pero Roberto Veros fue el periodista y un amigo compañero (con todo lo que significa esa palabra) que me valoró como pocos lo han hecho en lo que a periodismo se refiere. Cuando se multiplicaron los días de su licencia semanal a dos en vez de uno, me llamo y me dijo: “Vos vas a ser el Jefe de Redacción en mi ausencia, los días jueves…» Le dije un día, no hace tanto, que no leía Clarín ni La Nación porque había que pagar y no pensaba darles un solo mango, pero de él aprendí que se lee todo. Entonces encontró una manera de entrar sin pagar y, hasta hace muy pocos días, me enviaba artículos que sabía me interesaban.
Voy a sentir tu ausencia, “Rober” querido y perdóname que no te dije más veces lo mucho que te he admirado y te admiro; lo mucho que te agradezco tus enseñanzas, las charlas en el café y los abrazos.
Es un vacío inmenso que dejas en la base intelectual de esta ciudad y me animo a decir que en Junín (que tanto amabas) también.
Pasarán muchos años para que haya un periodista con tanta ética, solidaridad, docencia y generosidad como la tuya.
Me cuesta dejar de escribir porque te me estas yendo en cada letra, pero te despido.
Chau, amigo y maestro siempre»
Fuente: Primera Plana.com
El sentimiento le gana al oficio, y la traza personal se impone sobre el redactor a la hora de pergeñar estos desinspirados párrafos para resaltar, a la hora de su muerte, la vida -la pródiga vida- de Roberto Veros, un periodista. Un periodista, a secas, de una, desdeñando la facilidad de agregar el innecesario “de raza”; porque si muchos trabajan de periodistas, periodistas hay pocos. Y Roberto fue uno de ellos, de los mejores que trajinaron las redacciones locales, en esa arbitraria e inasible nómina que es hábito configurar en las circunstancias tristes del postrer adiós.
Lo admiré. Lo admiré con ojos infantiles, cuando aquella epopeya irrepetible que significó Pergamino entre Quince Días funcionaba en la casa de mis abuelos, y lo veía producir, destacándose no solo por juventud sino por creativo e inquieto en medio de esa pléyade de nombres gloriosos que esta profesión grabó en la historia lugareña.
Aquella relativa diferencia de edad desapareció con el paso de los años y ya como pares nos encontramos en el diario La Opinión: él como jefe de Redacción y este cronista como corresponsal desde la ciudad de Colón. Fue un vínculo de diez años, pródigo en el intercambio cotidiano de miradas y necesidades, en la coincidencia de miradas que no requerían de estatutos.
Roberto sabía de periodismo, no sé si alguna vez estudió, pero sabía. Y sabía que sabía; por eso, era modesto y generoso al compartir su saber; sin pedantería, con sencillez, pero no por ello menos maestro.
El querido Jorge Sharry lo definió en la hora aciaga del adiós, como el “mejor historietista” de Pergamino, y es justicia al recordar la certeza de sus estampas, tan universales y a la vez genuinamente locales; y fue un notable baterista, y lucía en los escenarios con la facilidad de los dotados de habilidades a las que quizá no les daba mucho valor.
Pero, por sobre todo lo demás, Roberto Veros fue periodista; íntegro, jugado, cabal periodista. Enriqueció nuestras vidas, y la de todos sus lectores, y también la de los colegas que supieron aprovechar el notable bagaje de sus conocimientos. Cordial y ocurrente, con agrado se disponía a la charla, y en temas diversos aportaba criteriosos conceptos que mezclaban la certeza de sus convicciones con toques de humor. Tal vez esa sea una conjunción definitoria de su modo de ser.
Roberto tuvo el privilegio de saberse valorado, por periodista de veras y por ser un buen tipo. Lo recordaremos con afecto y con una admiración que no desaparece.
*El autor es periodista y conductor de La Ventana, de RADIO MAS (FM 106.7)