Si bien nunca desaparecieron del todo, en un contexto inflacionario alto, con falta de empleo y tarifas que golpean duramente a las pequeñas pymes, cada vez más comunas bonaerenses comenzaron a organizar eventos en los que se realizan intercambios de bienes y servicios, modalidad conocida como Club del Trueque y que se popularizó en el país entre los años 2001 y 2002.
En muchas localidades del conurbano, como José C. Paz, Moreno o La Matanza, o bien en otras del interior como Ramallo, Olavarría o Mar del Plata, los vecinos empezaron a organizarse para intercambiar alimentos no perecederos, ropa y calzado. Hasta en algunos casos, el truque de comida se hace por servicios, como es el caso de trabajos de pintura o albañilería.
Al respecto, Alejandra Aguirre, coordinadora del grupo de madres bonaerenses Todas Unidas, que organiza encuentros de trueque en San Miguel y José C. Paz, explicó que en los últimos dos años creció considerablemente el movimiento de intercambio. «Comenzamos el 2 de agosto de 2016 en San Miguel a raíz de la necesidad, nos juntamos un par de mamás con la misma problemática. Empezó con siete mamás hoy tiene 32 mil miembros», sostuvo Aguirre. Y aclaró: «Las mamás ya no piensan en cambiar los muebles, sino en comer día a día y llevar un plato de comida, una vestimenta o un calzado. Intercambiamos ropa usada o mercadería; no es una actividad que fomenta el lucro».
En José C. Paz, puntualmente, la feria ubicada al costado de la ruta 24 creció de modo exponencial en el último año. Por limitar con Moreno, gente de esta localidad también se acerca a participar. También en La Matanza, en Lanús, en Florencio Varela e Ituzaingó se repite la postal: canje de artículos de primera necesidad como leche o pañales y alimentos de todo tipo.
A diferencia de lo ocurrido a principios de la década pasada, en muchas de estas ferias se convocan a través de las redes sociales donde la gente comienza a negociar el canje de sus productos y después van a los espacios públicos de los municipios para concretar el trueque. También hay otras localidades como La Plata, donde proliferan el comercio de «usados»: ferias de venta de ropa, sobre todo de chicos, que se expone sobre mantas en plazas y parques.
Mientras que en Ramallo están organizando el club del trueque que supo funcionar hace veinte años para ayudar a familias que han perdido su trabajo, en algunos barrios de Olavarría ya está en marcha este «círculo de intercambio». También hay espacios en Chacabuco, Zárate y Pilar, ciudad que durante la crisis de fines de la década del 90 supo tener una feria por la que pasaban unas 5 mil personas por fin de semana, intentando canjear productos de todo tipo.
En Ensenada, entretanto, se inauguró días atrás el Mercado de Trueque en el club Belgrano, con el objetivo de intercambiar mercaderías, ropa, artículos de limpieza. Hay más de 60 puestos y funciona todos los sábados.