Este miércoles, dio comienzo el juicio oral por el homicidio de Ludmila Bazán ocurrido a fines de diciembre de 2015. Se desarrolla en el cuarto piso, sala de audiencia del Juzgado Criminal Oral 1. El principal imputado es Gustavo Silvestre Nuñez Ibarra, de nacionalidad paraguaya, mientras que hay otros tres paraguayos acusados de encubrimiento: Luciano González Leith, Alberto Antonio Quiñones Chiñolis, Patrocinio Pérez Sanabria.
El fiscal de este juicio y que llevó adelante la investigación, el doctor Sergio Terrón, dijo que va a acreditar el brutal hecho donde fue asesinada Ludmila Bazán, con cuatro imputados en diferentes grados de responsabilidad. El principal hecho, número uno, imputado a Nuñez Ibarra, es el hecho ocurrido en Feliz de Azara (continuación) en el camino viejo a Agustín Roca que costea las vías del ferrocarril en cercanías del Parque Industrial, consistente en el asesinato Ludmila Ayelen Bazán. Gonzalez Leith está imputado por facilitar coartada falsa al imputado, Pérez Sanabria a su vez está imputado por descartar el teléfono celular en proximidades de la localidad de Cucha Cucha en el partido de Chacabuco y Quiñones Chiñolis se lo acusa de colaborar en la desaparición de las pruebas del delito.
Este último ayudó al imputado del homicidio a llevar el cuerpo de la joven asesinada al basural quien indicó que tratará de probar la inocencia de su defendido y especificó que existen declaraciones vagas y poco precisas sobre el momento de ejecución del hecho y la presencia o no de otras personas como partícipes secundarios.
El defensor oficial del imputado del asesinato de Ludmila Bazán es Silvio Acerbo, mientras que los imputados acusados de encubrimiento y colaboración son defendidos por los abogados Torrens y Mastropierro.
Silvia Elizabeth Ciccolini, madre de Ludmila, fue la primera testigo en subir al estrado para ser interrogada en este juicio. Ciccolini contó que el domingo 20 de diciembre de 2015 salió de su casa alrededor de las 21 y que se iba a dirigir a un kiosco, nunca regresando. «Ella salía y venía con las bolsitas de golosinas» rememoró.
Luego fue el tiempo del segundo testigo, quien subió al estrado. No conocía a la víctima pero sí a Quiñones Chiñolis quien trabajó en la construcción de su casa en un predio de Costa Verde, unos cinco o seis meses antes del homicidio de Ludmila, hecho que conoció por los medios digitales y le preguntó a Maidana -uno de los albañiles- sobre el hecho quien le contó que no sabía si había sido Quiñones o no pero le contó que en una rueda de amigos, tomando mate que él sabía dónde estaba el cuerpo y que lo iban a encontrar.
El tercer testigo en la primera audiencia del juicio oral por el crimen de Ludmila Bazán, ocurrido el 20 de diciembre de 2015, fue el licenciado doctor Alejandro Doro, perito que trabajó en la escena del crimen y participó también en la autopsia. Como soporte, para mejor comprensión del mecanismo del homicidio, el perito aportó fotografías del cuerpo y la autopsia realizada en el cuerpo de la joven asesinada.
El cuerpo fue encontrado en un basural ubicado en el camino a Agustín Roca, en cercanías de la ruta nacional 188. Antes de llegar al cuerpo fueron encontradas, separadas por dos metros, las alpargatas que calzaba Ludmila. Posteriormente llega al cuerpo que estaba tendido en posición cubito dorsal.
Se determinó que no solamente era el lugar de hallazgo del cuerpo, sino también donde se le terminó de dar muerte. Además había un reguero de sangre importante.
La doctora Carolina Pérez Mernes, es integrante del equipo de investigación forense del departamento judicial Junín y participó de la operación de autopsia en el cadáver de Ludmila Bazán que se extendió por dos horas y cuarenta y cinco minutos, entre las 21 y las 23.45 del lunes 21 de diciembre de 2015, fecha en que fue encontrado el cuerpo sin vida de la joven.
El cuerpo de la joven presentaba múltiples lesiones producidas por filos, por golpes con elementos contundentes, lesión en el ojo izquierdo producto de un golpe, lesiones cortantes en la región frontal izquierda y en la ceja, además de lesiones en la boca y «un gran complejo lesionar contuso cortante que ocupaba casi todo el hemirostro derecho y se superponía con lesiones perforante, una lesión en el ojo derecho, otro en la zona malar. Era un complejo lesionar» describió en su relato la doctora Pérez Mernes ante los jueces integrantes del Tribunal Oral Criminal 1 del Departamento Judicial Junín.
Todas las lesiones del cuerpo son de carácter vital, es decir ocurridas en vida de la víctima. La causa de la muerte es asfixia por sofocación.
Consultada sobre si hubo agonía, la profesional respondió que «hubo muchas lesiones. Hay un dato fundamental: las manos estaban completamente cubiertas de sangre. tenía las palmas llenas de sangre. Estaba viva», dijo la doctora Pérez Mernes.