La secretaria de Acción Social y Educación del Gobierno de Junín, Marisa Ferrari, despejó dudas respecto de la situación actual de los cooperativistas del programa «Argentina Trabaja», que desde este año pasó a llamarse «Hacemos Futuro», con un perfil basado en lo educativo.
La funcionaria aseguró que con el giro del eje productivo hacia el educativo se busca brindar herramientas para que los titulares del programa se capaciten y puedan ejercer su real derecho al trabajo.
Además, aseguró que todos siguen percibiendo el subsidio de $4.750 mensuales y explicó el funcionamiento del programa «Empalme».
«En Argentina Trabaja la estructura de las cooperativas era un instrumento más de los titulares del programa para poder ingresar al mundo del trabajo. Tenía un eje productivo, por lo cual los titulares estaban todas las mañanas, de 8 a 12 hs, en el predio», comenzó Ferrari.
«Desde que nosotros tomamos la gestión, empezaron a trabajar en todo lo que tiene que ver con colaboración en jardines maternales, las plazas y otros espacios públicos que después la comunidad podía disfrutar de mejor manera», agregó y recordó que «antes, siempre habían hecho un trabajo dentro del predio y un trabajo muy interesante en el hospital».
«A partir de este año, el programa Argentina Trabaja y el programa Ellas Hacen, que no está instalado como tal en Junín, pasó a llamarse ‘Hacemos futuro’ y, de tener un eje de productividad, pasó a tener un eje educativo. Es decir, ellos continúan percibiendo el subsidio por el programa, pero lo que tienen que hacer es la terminalidad educativa obligatoria: primaria y secundaria. Esa es la reconversión más importante que tiene el programa», dijo la funcionaria.
«Además, las personas que están haciendo primaria y secundaria, tienen que sumarle talleres de formación de 64 horas anuales y las personas que ya tienen terminadas el primario y el secundario, tienen que hacer capacitaciones por 120 horas anuales», indicó.
«Otro cambio importante es el tema de la co-responsabilidad y acompañarlos a ellos en este proceso de empoderarlos y que puedan encontrar distintos caminos para ingresar al mundo del trabajo. Argentina Trabaja era un programa bastante ‘paternalista’: ellos ingresaban al predio, se les decía qué era lo que tenían que hacer y cómo; la asistencia era del personal que estaba en el programa. Ahora, como el eje tiene que ver con lo educativo y con que ellos desarrollen sus mejores potencialidades, dependen mucho de ellos. Por eso es un proceso importante de acompañamiento, porque ellos tienen que acreditar que están haciendo las distintas escolaridades”, afirmó Ferrari.
“Tenemos 27 personas que están haciendo la terminalidad de primaria; 98 que están haciendo la terminalidad de secundaria; 50 que ya tienen completos los estudios obligatorios; y encontramos 11 personas que están haciendo estudios terciarios. Estas personas acreditan el programa acreditando que son alumnos regulares de las distintas carreras”, agregó.
“Esto generó un cambio importante, fue un cambio para todos, pero en lo que más se puso la mirada es en brindarles herramientas que les posibiliten a ellos poder dejar de ser titulares de programas para poder ejercer su derecho real al trabajo. Entonces ese es el cambio más importante que tiene el programa en este momento”, destacó la funcionaria y aclaró: “Ellos siguen recibiendo el subsidio, cuyo nombre técnico en realidad es Transferencia Condicionada de Ingresos. Es un subsidio que reciben para capacitarse. Todos siguen cobrando los $4.750, aunque ahora los cobran para poder terminar sus estudios”.
“Sus estudios los pueden terminar en cualquier oferta educativa de Junín, pero como la mayoría de ellos hace tiempo que está en el programa, tienen una pertenencia y tienen vínculo entre ellos, nosotros sostuvimos la oferta educativa también dentro del predio, para que pudieran seguir con los grupos que ya tenían conformados y con el lugar que les era conocido. Y por eso también hacemos la oferta de los talleres dentro del predio, con los capacitadores que ya estaban trabajando”, comentó.
Respecto del futuro de los beneficiarios del programa, en tanto, la abogada y trabajadora social indicó: “Una vez que ya todos arrancaron y sostienen todo el tema de educación formal obligatoria y de capacitación, viene una segunda etapa que tiene que ver con acompañarlos de distintas maneras para que ellos puedan incrementar sus ingresos, además de este programa. Porque ahora cuentan con mayor tiempo disponible y con distintas herramientas. Algunos podrán inscribirse como monotributistas como proveedores municipales; las cooperativas que están vigentes también podrán inscribirse; y van a venir distintas maneras en que los vamos a ir acompañando”.
“Y una cuestión muy importante tiene que ver con el programa que ahora se llama ‘Empalme’, que es lo que siempre les faltó a todos los programas de protección social. O sea: una persona tenía un programa, pero si entraba a trabajar en relación de dependencia o con un trabajo registrado, inmediatamente perdía el subsidio, lo cual generaba incertidumbre. Lo que permite el programa Empalme es que el programa se pueda mantener durante un año y parte del salario lo paga el programa. De esta manera, la persona tiene la certeza de que si en ese año hay alguna vicisitud que haga que el trabajo registrado no se sostenga, vuelva a tener el acompañamiento y la protección del programa”, finalizó.
