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Giovana Varales: «Antes del debut era un manojo de nervios, pero cuando empezás a jugar es otra cosa»

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Giovana Varales fue una de las cuatro futbolistas que el pasado sábado, ante San Miguel y en Ciudad Deportiva, hicieron su debut en Primera B con Sarmiento; además de una de las únicas dos, junto a la promovida Catalina Vila, que inició el partido como titular. Pese a jugar en una posición que no ha sido la habitual a lo largo de su carrera, la tandilense de 20 años completó una destacada actuación que ilusiona con todo lo que tiene para dar al equipo.

Convocada de muy chica a la Selección Argentina de futsal, pese a no haber jugado nunca tal disciplina en su ciudad natal, formó parte también de los seleccionados nacionales Sub-17 y Sub-20 de fútbol once, donde se dio el gusto de compartir concentración con Yamila Rodríguez. En su familia, cuenta con un tío famoso entre los futboleros, al que sin embargo nunca conoció.

Previo a la visita de este domingo a Talleres de Córdoba, una prueba de máxima exigencia que llegó demasiado pronto y para la que vuelve a perfilarse como titular, la exjugadora de Juventud Unida se refirió a la adaptación a un nuevo equipo y una nueva ciudad. Además, aseguró tener altas expectativas con lo que puedan brindar Las Maestras en una temporada que recién comienza.

-¿Qué evaluación personal hiciste de tu debut en relación a las expectativas que tenías y a lo que finalmente sucedió en cancha?

-La verdad me sentí re bien, más que nada porque sentí al equipo bien. Yo vine principalmente a adaptarme a un equipo que sé que estaba armado del año pasado. Adaptarme a Junín, al ambiente, a los entrenamientos y a esta competencia. Creo que anduve bien, porque también es un poco lo que me dijo Agustín (Lavagnino) y lo que me dijeron las chicas. Me sentí súper cómoda y adaptada al juego que ya tenían ellas.

-Por lo que había visto en el amistoso con River, te imaginaba cinco o jugando como interno. Me sorprendió la posición de extremo.

-Esa era mi posición, sí. Pero bueno, como te dije el equipo ya está afianzado y Agustín me quiso probar de ese lado, a ver si le podía rendir ahí. En los entrenamientos también me ponía de extremo como para ir probando. Es una posición nueva para mí

-A la vez, sentí que en ningún momento del partido se te notaron los nervios del debut…

-En realidad unos días antes era un manojo de nervios. La última noche estuve casi sin dormir. Fue muchísimo nervio por la cantidad de cosas que se te vienen a la cabeza en un debut así, por lo que es AFA, la competencia. Fue todo junto. La realidad es que en la previa estuve muy nerviosa y también ansiosa, porque quería jugar. Una vez que estás jugando el partido ya es otra cosa.

-¿Sintieron que fue un partido que se pudo haber resuelto con mayor comodidad?

-Yo la verdad que no tenía una determinada expectativa porque a San Miguel no lo conocía. Lo que sentí mientras se transitaba el partido fue que tranquilamente se podría haber sacado mucha más diferencia. Creo que tuvo que ver con esta ansiedad que teníamos todas, porque sí tuvimos la pelota, pero nos apurábamos mucho en la finalización. Creo que fue eso lo que no nos permitió sacar una diferencia mayor. Fue algo que después hablamos y trabajamos en la semana.

-¿Viste adentro la que buscaste el ángulo?

-No, jaja. La vi afuera. Pero muy cerca. Ya cuando le pegué y no bajaba dije ¡la pucha! Si entraba era un montón.

-Te quedaron dos o tres pelotas y ni dudaste en buscar el arco. ¿Sos de probar mucho?

-En realidad lo que más me gusta es armar juego, por eso mi posición siempre fue de cinco o en esa zona. Pero creo que por ese mismo deseo de finalizar, si no veo opción de pase y le tengo que dar al arco le voy a pegar en la que me quede. También creo que en algunas jugadas me apuré, por esas ganas de concretar. Fue algo que nos pasó, pero son cosas que se van trabajando.

-Por ser una competencia nueva para vos, ¿sos de mirar todo lo que pasa con el resto de los equipos o te enfocás solo en el tuyo?

-Obvio que miro, saco conclusiones. Con las chicas incluso son cosas que charlamos. Ellas conocen a muchos equipos, sabemos cómo han trabajado otros. Pero sí que vamos viendo, porque es importante.

-¿En qué aspectos se siente más el cambio de competencia?

-Diferencias hay. Principalmente en que hay muchos equipos que son fuertes porque se trabaja casi profesionalmente. En las ligas locales, por ejemplo en la de Tandil, los más fuertes son dos o tres que siempre llegan a las finales. Yo veo que acá cualquiera nos puede hacer partido. Nosotros no pudimos sacar mayor diferencia, otros equipos sí la sacaron. Vimos resultados muy abultados y sabemos que hay equipos que pueden darnos mucha pelea. En esa competitividad veo las mayores diferencias.

-La adaptación al grupo pareciera no haberte costado…

-Lejos de haber sido un problema, todo lo contrario. En los momentos de altibajos están ellas ahí. Nos apoyamos entre todas y es un ambiente súper lindo. Hay competencia, muchísima, pero sana.

-¿Se pensó mucho en Talleres desde que pasó el partido con San Miguel?

-Agustín está muy pendiente de todo, pero principalmente del trabajo que tenemos que hacer nosotras mismas. Después sí se atiende al rival, pero lo fundamental es hacer el análisis y las correcciones de nuestro propio juego. Yo tuve la curiosidad de buscar el partido de Talleres, pero no está grabado. Inconsicentemente estamos pensando en diferentes circunstancias que puede plantear el partido. Sabemos que Talleres es un equipo muy fuerte. Hay chicas que yo conozco. Vienen de ascender, mantuvo plantel y trajo refuerzos también. Pero para mí sigue siendo todo una incógnita.

-¿Tu partido lo viste?

-Sí. Lo vi y repetía todas las jugadas en las que participé. Esa noche me quedé haciendo eso.

-¿Sentís que son un equipo que va a pelear por el ascenso?

-Yo creo que sí. Por la calidad de personas, por la calidad de jugadoras y por todo lo que trabajamos y le metemos en el entrenamiento. También por el cuerpo técnico, que deja un montón de cosas de lado por esto. Lo veo en Agustín y lo veo como pasión más que como laburo, pero le dedica mucho tiempo. Y cuando vos ves ganas, todo fluye muchísimo mejor.

-Dijiste que conocés jugadoras de Talleres. Imagino que por la Selección. ¿Se mantienen mucho esos lazos?

-Sí, queda el contacto. Sabés que tarde o temprano te podés llegar a cruzar, como pasa ahora. Yo me las he cruzado hasta estando en Tandil, ni siquiera estando en competencia. Siempre podés volver a encontrarte con una jugadora que como vos apunta a crecer futbolísticamente.

-Tu primera convocatoria a una Selección Argentina fue en futsal. ¿Cómo fue? ¿Lo jugabas?

-Yo de chiquita jugué siempre baby con los varones, hasta los 12 que me fui a un equipo de mujeres porque no podía seguir con ellos. Se hacían torneos reducidos, pero en sintético. De futsal en Tandil nada. En ese entonces un DT dijo que tenían referencias mías, nunca supe de dónde, y me llevaron a hacer la prueba. Sabían de mí y de un par más. Quedamos y estuvimos compartiendo una semanita con la Selección. Pero nunca me llamó el futsal como el once. Lo veo como otro deporte en realidad.

-¿A qué edad empezaste a jugar?

-Yo hacía danza, pero el fútbol siempre me encantó. En el barrio, era una pulguita y jugaba, con mis primos, todos mayores que yo, también jugaba. Creo que a los cinco años arranqué danza porque lo hacían mis compañeritas de jardín, no porque me llame. Una vez fui a un entrenamiento de fútbol, en el que estaban mis hermanos, mis primos. Y me encantó. El DT, que también era vecino, me tiró la pelota y me dijo vení. Ahí empecé, pero me hice en el barrio con mis amigos, mis hermanos y mis primos.

-¿Recordás tu primera competencia oficial de fútbol femenino?

-Con Aldosivi, a los 13 años. Ya había pasado lo del futsal. En Tandil se armó once, que antes no había para juveniles, y se hizo justo un amistoso contra Aldosivi. Ahí me vieron y me llevaron a un torneo en Salta. Ya estaba Marcelo Rodríguez (actual DT del equipo que tendrá su estreno en Primera C). Ahora me puso muy contenta que pudieron llegar a AFA por una lucha que fue toda de ellos y las chicas. Me saco el sobrero. Siempre lo aprecié mucho a Marce, que me dio esa oportunidad de compartir un torneo con ellos. De hecho con Juventud Unida, que es el equipo del que vengo, empezamos jugando la liga en Mar del Plata, con Mauricio Sequeira de DT, porque no había en Tandil.

-¿Las convocatorias a selecciones ya en fútbol 11 cómo se dieron?

-También llegué por pruebas. Se hizo una justo el día que cumplía los 15. Carlos Borrello fue a Santa Teresita, en una prueba a la que fueron muchísimas jugadoras y estuve elegida para ir a la convocatoria de Sub-17 y Sub-20. La prelista fue para un Sudamericano Sub-20 que se jugaba en Ecuador en 2018. Nadie lo cubría en ese momento. Por suerte tengo alguna foto que sacaban las propias compañeras. En ese momento me exigieron, o me pidieron,  que para seguir tenía que jugar en algún equipo de Buenos Aires, pero yo era muy chiquita para dejar todo como hice ahora viniendo a Sarmiento.

-¿Compartiste esas selecciones con alguna jugadora a la que ahora la ves romperla?

-Con Yamila Rodríguez, la Sub-20. Fue un placer. Muy buena persona, te hacía morir de risa. Nunca le he mandado nada, ni soy de mandar. Pero me hubiera gustado volver a compartir fútbol con ella y con ese grupo que se había armado.

-También integraste la Selección de Tandil…

-La de 2019. Ganamos el Provincial y nos fuimos a jugar el Nacional en La Rioja. Fue el único momento en que Tandil llegó a una instancia así. Este año no se nos dio y perdimos contra Bahía por penales (en semifinales). Yo estaba lesionada. De hecho llegué a Junín lesionada, con una fractura de tobillo. Estuve cinco meses parada y me vine directo, sin entrenamiento ni nada. Por suerte pude entrenar bien y jugar.

-Soñando en grande, ¿qué aspiraciones tenés con el fútbol?

-Me gustaría poder jugar afuera del país alguna vez, poder vivir de esto. Pero a la vez me gusta ir paso a paso. Tener la mayor experiencia posible acá, aprender todo lo que pueda, porque el aprendizaje nunca termina y ahí sí poder jugar en España por ejemplo, que es un país y una liga que me gusta. Una sabe que acá, además de jugar, tiene que estudiar o trabajar. Es lo que hacemos todas nosotras. Agustín, además, está muy pendiente de remarcarnos la importancia de todo eso. Si Dios quiere, voy a arrancar a laburar en la Escuelita de Sarmiento.

-Ya noté que tu familia te sigue mucho. ¿Hay más futbolistas?

-Mis hermanos y mis primos son futboleros, siempre jugaron. Pero a mí siempre me preguntan, cuando digo que soy Varales, si soy algo de Aldo Varales (jugó en Primera División con Loma Negra e Instituto). Yo la verdad no tenía ni idea. Pero me lo han preguntado también fuera de Tandil, así que si hay alguna herencia capaz viene por ahí. Yo nunca lo vi jugar, no lo conozco, pero puede ser. Creo que es tío de mi papá, pero yo nunca lo conocí. En mi familia les encanta el fútbol y siempre me acompañaron que es lo importante.

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