Con nada más que 16 años, Danna Acevedo ya guarda en el botinero un puñado de esas experiencias que marcan para siempre la carrera de una futbolista. Más allá de los títulos que conquistó con Atlético en Tucumán, tuvo también la oportunidad de disputar con Las Decanas la primera Copa Federal en la historia del fútbol femenino argentino, enfrentando a San Lorenzo. También fue convocada por Christian Meloni y Florencia Quiñones a la Selección Argentina Sub-17, aunque se quedó sin poder disputar el Sudamericano de Uruguay que se desarrolló a inicios de mes por una inoportuna lesión.
Cuando todavía estaba rehabilitándose, La Tucu llegó a Sarmiento de Junín para cumplir otro de sus objetivos: tener la posibilidad de jugar en AFA. Ya recuperada, pudo hacer su debut absoluto el último domingo en Ciudad Deportiva, siendo titular en el partido que terminó con goleada 10-1 sobre Liniers, correspondiente a la tercera jornada de la Primera B. Dos días después, tuvo su primer día de clases juninense en la Escuela Comercial, teniendo claro que en la búsqueda de seguir tachando sueños no puede permitirse descuidar los estudios.
-¿Cómo llegaste a Sarmiento?
-Llegué porque Agustín (Lavagnino) estaba buscando defensoras centrales y habló con la directiva de Atlético Tucumán, que en ese tiempo era Daiana Valle. Ella me lo comentó a mí, porque estaba muy bien considerada, y yo tenía ganas de jugar en AFA. Así que me vine para acá a probar.
-¿Fue una prueba, entonces? Porque vos ya eras una jugadora bien considerada, con presencia en Selección.
-En realidad ya sabían de mí y les habían dado una buena referencia. De todos modos hice una prueba jugando el amistoso en San Luis.
-¿Fue la Copa Federal o la convocatoria a Selección la mejor experiencia que tuviste como jugadora de fútbol?
-Para mí lo más groso fue que me convoquen a la Selección Argentina, porque no cualquiera puede llegar. Igual jugar la Copa Federal me encantó y me generó mucha ilusión. Fueron las dos cosas más importantes que me pasaron con el fútbol.
–Cuando viajaste con Atlético a jugar la Copa, ¿ya existía esa pregunta de Sarmiento?
-Todavía no. De todos modos fuimos con la ilusión de que nos vean. Cuando fui a la Copa Federal di todo lo mejor de mí para que algún club de AFA me vea. Nos tocó jugar en cancha de Sportivo Italiano. Hubiera sido lindo que nos tocara en el predio de AFA porque ya lo conocía.
-A tu llegada a Junín estabas recuperándote de una lesión. ¿El Sudamericano Sub-17 te lo perdiste por eso?
-Sí. Fue un bajón en el momento. Pero se que pueden venir muchas más oportunidades, porque tengo 16 años.
-¿Hubo alguien de esa Selección que te haga decir es una locura lo que juega?
–Camila Duarte (River), una central que juega muy bien. Soy de mirar mucho a jugadoras que ocupan mi misma posición, para aprender y ver en qué puedo mejorar. Miro mucho a mis compañeras. Me pasó en Tucumán y ahora acá en Sarmiento. Yo antes jugaba de 9, en mis tiempos de antes.
-Tus tiempos de antes, como si te estuvieras por retirar…
-Jaja. No fue hace tanto, tendría 14 años. Yo agradezco mucho a Marcelo Tarifa, que había estado ya en Atlético Tucumán, ganó copas, ganó todo. Y volvió, así de la nada. En ese momento me vio como central, me probó y le gustó. Me enseñó todo lo que se y me llevó a convertir en la mejor central de Atlético.
–Cuando te lo dijo, ¿no querías saber nada con dejar de ser delantera?
-La verdad que no quería saber nada, jaja. Me pareció todo muy raro, porque yo jugaba adelante, metía goles. Pero con el tiempo me fui acostumbrando y viendo que era una mejor posición para mí, por características y por la parte física. También Melisa Tolaba, que jugaba de 6, fue alguien que me motivó para intentarlo, que me decía siempre que le metiera para adelante.
–¿Atlético es el equipo más ganador de Tucumán en el femenino?
-Sí, es el mejor de la liga. Ya buscó y sigue buscando la posibilidad de entrar en AFA, pero todavía no se pudo. Es algo que depende mucho de los dirigentes. Tal vez si entraban en AFA me hubiese quedado un año más, aunque tenía muchas ganas de venirme a jugar a Buenos Aires.
–Si tuvieras que recomendar a una compañera de Tucumán, ¿a quién elegís?
–Sin duda alguna a Brenda Albornoz, que juega de interno. Hace magia, no te puedo decir otra cosa. Cuando me iban a dar la noticia de que iba a estar en Selección Argentina, lo primero que pensé fue que la iban a convocar a ella también, porque para mí es la mejor. Tiene la misma edad que yo y juega una banda. Me tomó por sorpresa que no la convoquen. Estuvo conmigo en el seleccionado tucumano. Es mi amiga, como mi hermana. Es alguien a quien extraño mucho. Somos amigas desde que jugábamos con los varones, hace una banda. Pero el fútbol siempre te trae algo nuevo y seguramente encuentre acá nuevas amigas.
-Y justo hay varias jugadoras de tu edad en Sarmiento…
-Sí, la verdad que sí. Justo ahora estoy con Coti (Díaz) que tiene la misma edad que yo. También vivo con Jenni (Trillo).
-Otra cosa que ya pude notar es que tu familia te sigue mucho a la distancia…
-Sí, toda mi familia. Estuvieron viendo el partido, subieron estados alentándome. Tengo familia en muchas provincias y todos estuvieron alentándome. Mi mamá es fan número uno, obviamente. Y está todo el tiempo diciéndome que puedo, que tengo un futuro muy grande y que voy a llegar lejos.
-¿Estabas ansiosa por poder debutar?
-Tenía muchísima ansiedad. Cuando vine para acá Agustín enseguida se ocupó una banda. Me mandó a kinesiología hasta que pude recuperarme bien. Yo ya de antes le venía diciendo que quería jugar, porque no me molestaba para entrenar. Aunque sí me dolía después. Tenía tantas ansias que igual le decía que quería jugar. Por suerte después del partido no dolió, jaja.
–No fue un partido en el que las hayan exigido demasiado a nivel defensivo, ¿pero cómo te sentiste cada vez que te tocó intervenir?
-Por ser la primera vez, estaba bastante nerviosa la verdad. Era mi primer partido en AFA. Desde el principio intenté calmar esos nervios y pude empezar a soltarme y a jugar con más seguridad. Me sentí bien. Además, tener a Noelia Varela como central también me dio mucha seguridad. Me habló bastante y me dijo muchas cosas positivas. Es una referente para mí porque siempre te anima a más.
-¿Sos consciente de que con un par de semanas de entrenamiento ya habías logrado que varias de tus compañeras hablaran muy bien de vos y de lo que le podés dar a Sarmiento?
-La verdad que me hicieron sentir rápido la confianza. En el grupo recibí muchos comentarios positivos que me dan mucha seguridad. Eso es algo muy bueno para mí, porque esa confianza que escucharlo te da a vos misma es algo muy bueno.
-Segundas de cara a la cuarta fecha, que toca Luján. ¿Con qué cosas te ilusionás?
-Es un poquito raro no conocer a los rivales con los que te vas a enfrentar. Allá en Tucumán ya sabía previo a cada partido con qué me iba a encontrar. Eso lo hace diferente. Me ilusiono con el equipo que tenemos, con las ganas de ganar, de llegar lejos. Me ilusiono con poder ascender, porque todas mis compañeras sueñan con eso. Hay equipo para conseguirlo.
-¿Qué fue lo que más te gustó del equipo en tu primer partido oficial?
-La manera en la que nos entendimos. El compañerismo que hubo a la hora de jugar. Eso es lo que más sentí adentro de la cancha.
–En las tres fechas que se llevan disputadas, pese a estar en la otra zona, Belgrano de Córdoba aparece como el gran candidato al ascenso. Ya te había tocado enfrentarlo, ¿no?
-Sí. Viajamos con Atlético Tucumán a jugar contra ellas. Pero yo en ese entonces todavía estaba en la Reserva y jugué contra la Reserva de ellas. Creo que es un gran equipo, pero tal vez seamos nosotros ese equipo. Trato de mirar cómo le va a los otros equipos y obviamente llama mucho la atención Belgrano de Córdoba. También Argentinos Juniors. Son rivales que me gustaría enfrentar. También Deportivo Merlo, porque se que ahí también hay dos tucumanas.
–Hablando de tucumanas, Micaela González es otra que juega en tu misma posición y fue muy importante para lograr el ascenso con Español. ¿A ella también la mirás?
-Sí, me fijo banda en ella. La conozco y tengo trato con ella. Muy buena compañera y muy buena persona. Juega una banda. La admiro mucho. Tiene una forma de jugar increíble. Ahora se fue a jugar a Chile.
-¿Cuáles fueron tus primeros contactos con una pelota de fútbol y cómo se fue desarrollando tu gusto por tomarlo como actividad?
-Me empezó a gustar de nenita, de muy chiquita que iba con mi papá a los partidos de veteranos. La verdad que era muy consentida de los amigos de él y me dejaban jugar. Después empecé en un club muy chiquitito, jugando con los cebollitas. Yo era muy chiquita. Eran todos nenes y yo. De ahí siempre jugué. El primer equipo femenino que integré fue San Martín de Tucumán, con 12 años. En mi casa todos somos de Atlético Tucumán. A los 12 me fui porque no podía jugar por la edad. No había divisiones inferiores y había que tener 16 para jugar en Primera. Ahí terminé en ATSA y conocí a Brenda Albornoz. De ahí nos fuimos juntas a Atlético. Cuando yo era 9, ella era mi dupla. También hemos jugado varios torneos con la Selección de Tucumán.
-Ya hay sobradas pruebas del gran nivel de fútbol que hay en el norte del país…
-Yo creo que sí y creo que habría que buscar muchas más jugadoras en el interior del país. Vale la pena. Ojalá vayan a hacerse más pruebas de AFA a Tucumán, porque hay mucho futuro. Conozco a muchas que juegan una bocha y no se por qué no salen de Tucumán. Eso es una lástima.
-Cuando ascienda Sarmiento las traés a todas…
-Jaja. ¡Ojalá! Sería un sueño para mí ascender. Es un objetivo que me había puesto y vine a cumplirlo.
-¿Qué cosas querés que te sigan pasando en el fútbol, por las que decís me voy a matar para conseguirlo?
-Yo espero volver a la Selección Argentina, porque necesito tener una revancha por esa lesión. Creo que me lo merecía. Otra cosa es poder jugar en Primera División. También me habían hablado para jugar en otro país, pero tenía que ser mayor de edad. Así que espero que algún día me pase.
-Mientras tanto te disfrutamos nosotrxs…
-La verdad que sí. Ojalá disfruten, jaja.