Escribe Cristian Mémoli, para Junín24
El caso del Sr. Di Marco fue el primero en sorprender a la sociedad juninense, hechos de tales características eran conocidos solo por acontecer en grandes urbes y con propósitos de robo, sin embargo ni siquiera eso pudo probarse en este caso particular, dado que no se pudo determinar faltante alguno en el domicilio de la víctima. Tenía 73 años y vivía solo en su casa cuando fue atacado y golpeado por un desconocido el 13 de Septiembre del año 1988.
Di Marco fue encontrado agonizando, dentro de su domicilio en pleno centro, por su hija en medio de un charco de sangre, intercambió con ella un par de ininteligibles frases para luego de inmediato ser derivado al Sanatorio Junín, donde quedó en terapia intensiva para, horas después, morir producto de los contundentes golpes recibidos en el cráneo.
Los investigadores llegaron a barajar hipótesis que iban desde el intento de robo como móvil del crimen hasta una venganza, sin embargo, como ya se dijo nada quedó en claro desde aquel momento. Lo más llamativo es la forma en que fue contaminada la escena del crimen, algo de fundamental importancia a la hora de la recolección de pruebas para posterior investigación. Sin embargo hay que tener en cuenta el siguiente factor: Di Marco no se encontraba aún muerto cuando fue encontrado por su hija, de manera que antes de trabajar los investigadores, a su domicilio ingresaron al menos media docenas de personas ajenas a la investigación, entre ellas su hija y el personal de salud que lo auscultó y trasladó de urgencia al Sanatorio.
Lo que es de cierta forma imperdonable y altamente contaminante de la escena del crimen es el indiscriminado libre acceso que tuvo la prensa al domicilio del occiso apenas horas después de acontecido el hecho.La recolección de pruebas tras estos hechos se hizo imposible: huellas, pisadas y elementos de vital importancia fueron seguramente borrados, de manera que rápidamente el caso quedó estancado. Dentro de las crónicas negras de la ciudad hoy se lo conoce como el que tristemente lleva el título de “Primer Homicidio impune de Junín”. El caso del Sr. Edgardo Di Marco, a pesar del estupor que causó por su brutalidad, no fue resuelto. No hubo imputados por el homicidio. No existieron pruebas certeras. Ni siquiera pudo conocerse el móvil real del hecho. Nadie retomó la investigación con el pasar de los años. Prescribió en el año 2004, sin que su familia pudiese obtener respuesta alguna de parte de la Justicia.
