Crónica de un final anunciado. Ya la semana pasada, concretamente el jueves, a los más de 60 trabajadores de IMEC, les cerraron la puerta de la clínica previo pedirles que se retiren. Hoy por la mañana, se concentraron en calle Alsina y salieron a reclamar junto a dirigentes de ATSA.
Salvo algunas personas que se detenían en las veredas para mirar con curiosidad el paso de la columna, pocos se acercaron a los trabajadores hoy desocupados.
Lo increíble de esta historia, más allá de lo que ha sido el manejo económico-financiero de empleadores, los pagos atrasados de las obras sociales, la intervención de la justicia o del Ministerio de trabajo, es la actitud de la gente.
Hace no tanto tiempo, poco más de dos años, aquellos camilleros, enfermeras, técnicos, médicos, personal de cocina o mantenimiento, administrativos, eran aplaudidos todos los días a las 21:00 horas.
Eran los únicos rostros que veían los pacientes con COVID aunque estuvieran cubiertos con mascarillas. Muchos de estos trabajadores fueron los que tendieron la última mano a un amigo, vecino, conocido, familiar de los juninenses que no lograba superar la pandemia.
Pero parece que tenemos memoria frágil. Son sesenta personas que en muchos casos trabajaron durante décadas en una clínica que dejó de pagarles el sueldo hace ya varios meses. Y a pesar de todo, con o sin retención de tareas, se aferraron hasta el último minuto. Ese minuto llegó el jueves pasado cuando los invitaran a retirarse. Después vendría –ayer- el corte en el suministro de energía eléctrica y pasadas las 9 de la mañana, la manifestación.
LA MARCHA
Sin ambos o guardapolvos blancos, caminaron por el área céntrica, llegaron al edificio en el que se encuentra el juzgado que tramita la causa.
Allí se detuvieron batiendo palmas y acompañados por el secretario general de ATSA, Héctor Azil, que hablo entonces con Junin24.
IMEC, tal vez “no pueda recuperar la función. Ojalá nos equivoquemos y en este ínterin que transcurrirá entre el cierre y hasta la quiebra, o no, aparezca alguien antes con serias intenciones de recuperar la clínica. Pero hoy por hoy estamos en la peor situación. En la calle y más de 60 trabajadores sin cobrar”.
Y aunque la situación “es pésima”, el personal “siempre tuvo la esperanza que se recuperara. Les han prometido la llegada de inversores, que arreglaran la clínica y la pusieran productiva”.
Muchos han sido los motivos que condujeron al cierre de IMEC.
Hoy por hoy, Azil entiende que habrá muchas explicaciones que dar. Como por ejemplo, “el convenio firmado con PAMI. Será el Instituto el que “tendrá que reclamar por vía judicial para que se investigue qué se hizo con el dinero que ingresó en los últimos años. Fueron cientos de millones de pesos que no fueron destinados aloo que debían, que era a la prestación de jubilados pero también para salvaguardar la fuente de los trabajadores”. Más aún, “no tenemos certeza, pero no tenemos dudas que hay vaciamiento de empresa. Pero la plata desapareció”.
Por eso es que “estamos acá, frente a la justicia, que tendrá que investigar y que paguen los responsables de esta situación”. Para eso, “con el equipo jurídico diseñamos la arquitectura jurídica para preservar los bienes de la clínica, lo que tendrán los trabajadores a futuro para cobrar sus acreencias”. Que la sociedad “sepa, no sólo lo que pasa en IMEC sino quiénes son los responsables que la llevaron a esta situación”.