A diario se refleja la situación que se vive respecto de la inseguridad, pero cuando el lugar “elegido” por un delincuente es un establecimiento educativo produce indignación que se incrementa cuando las víctimas terminan siendo chicos con capacidades diferentes. La música adquiere especial importancia cuando además, la actividad en la escuela está centrada en el acto que se realizará el miércoles, en conmemoración de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.
EL ROBO
La tarde del sábado, una vecina de la Escuela Especial 502 “Mercedes de San Martín” ubicada sobre calle Castelli, ve a un hombre joven saliendo del establecimiento, trasladando, colgada sobre su espalda, una torre de sonido. Extrañada la testigo del hecho, se comunicó con una auxiliar que vive en las inmediaciones y ésta, a su vez, llamó a la directora.
Más allá de la tristeza por el robo, al acercarse a la escuela se encontraron con que no había aberturas forzadas. Una vez en el establecimiento, detectaron que el único elemento faltante era una torre de sonido que le habían donado hace un tiempo y que iba a ser utilizada durante el acto por el 25 de Mayo, el miércoles. Denuncia mediante, en la mañana de hoy, un cerrajero trabajó para cambiar la cerradura de la puerta reja de entrada, que, con las copias de llaves, tiene un costo de $ 20.000, monto del que se hace cargo el Consejo Escolar.
Mientras tanto, los chicos se quedaron sin la música, gracias a un delincuente que no mide siquiera el daño ya no material exclusivamente, que ocasiona. Tal vez el mensaje que reza en una de las paredes de la escuela adquiere mayor significación “Nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo, pero cualquiera puede comenzar ahora y hacer un nuevo final”. Ojalá lo leas, “joven delgado que la tarde del sábado solo pensaste en robar sin medir consecuencias”.