Vecinos del Barrio 8 de Agosto ya no saben qué hacer ante los reiterados delitos que se cometen en el lugar y que por lo general son protagonizados por menores de edad, “manejados por mayores”.
Uno de los últimos ilícitos –dos noches atrás- actuó como disparador para que se unan y exijan respuestas.
LE TIRARON HASTA LAS CENIZAS DE SU HIJO
Fue hace apenas unos días cuando algunos de los sindicados entraron en una casa, ataron con precintos a una de las moradoras y no sólo robaron cuanto encontraron a su paso, también intentaron vaciar la urna en la que se encuentran las cenizas de su hijo fallecido semanas atrás.
En diálogo con algunas de las familias que sostienen que “no sabemos qué más hacer”, refieren que el sector más complicado es el comprendido por calles como Camino del Resero Norte, Noir e Iberlucea.
“Antenoche, le entraron a una señora –por la noche- cuando el marido estaba trabajando. La ataron con precintos. Le robaron teléfono, televisor, garrafa, lavarropas, secarropas, una play station y hasta le tiraron parte de las cenizas de su hijo que murió hace un mes y también le sacaron toda su ropa”.
La mujer quedó atada e inmovilizada y la encontró así su esposo cuando volvió del trabajo a las 6 de la mañana. Los vecinos se enteraron y la noticia actuó como disparador. “Salimos todos menos una familia que apoya a los delincuentes”. Y en medio del reclamo de “la gran mayoría”, explicaron que en ese sector hay “una casilla rodante que es donde se juntan todos los pibes. Estamos cansados”. Insisten en señalar que “este es un barrio olvidado. Camino del resero de noche es una boca de lobo. No hay luz y eso lo aprovechan los delincuentes”.
El objetivo que persiguen es que “instalen una casilla” con presencia policial porque las fuerzas de seguridad pasan de día, pero nunca de noche que es cuando ese sector es tierra de nadie. Como están las cosas “algún vecino va a terminar saliendo lastimado” mientras que la misma policía “nos dice que están cansados de venir y que no pase nada”.
UNA TARDE COMPLICADA
En medio de la historia que describen, les toca soportar en el día a día, ayer hubo un incidente cuando por casualidad, una de las personas que vive en el lugar ve a uno de los sindicados como autor de algunos de los robos, cuando sale “de la casa de la esquina “cargando un lavarropas, se mete en el campo del frigorífico. Era el que le habían robado a la mujer.
Aun corriendo riesgos, llamaron a un familiar y “nos metimos en el terreno baldío. Y también le encontramos el secarropa. Ahí tiran todo lo que roban”. Luego del hallazgo llamaron a la policía y por momentos la situación se salió de control “porque nos patotean, nos amenazan. Ayer nos decían que a la noche nos iban a reventar todo”.
“Hoy estamos sin dormir porque tampoco vimos pasar a la Policía. El último fue a las 23:30. Nada más”.
Los vecinos sostienen que son mayores de edad los que “mandan a robar a los menores, que tienen entre 12 y 15 o 16 años” mientras que “nosotros estamos cansados. Esto va a terminar mal porque nos vamos a terminar armando para defender lo nuestro. Hoy te roban una garrafa y te cortan las piernas”.
