La infancia abandonada constituye uno de los problemas sociales más graves y manifiestos de la actualidad; infancias llenas de carencias, que no siempre son materiales.
La UNICEF diferencia dos grupos:
-Niños en la calle: son aquellos que pasan la mayor parte del tiempo en la calle, pero tienen algún tipo de sostén familiar y/o emocional (o no) y, tienen donde regresar por la noche.
-Niños de la calle: pasan el día y la noche en la calle y están a la deriva, emocionalmente y sin ningún tipo de sostén.
Si bien las políticas, económicas actuales, no serían favorables a la mayoría de los estratos sociales, no es precisamente la economía única responsable de la infancia abandonada, sin negar que ante el mercado perverso, la infancia se desvanece en medio de innumerables “ofertas” de los medios masivos de comunicación dirigidas directamente a la ingenuidad del mundo infantil, impactando negativamente en aquellos que no logran acceder, sino solo, al horizonte de exclusión social que no registra diferencias por edad.
El diccionario de la Real Academia Española define abandono, en su primera acepción, como acto que implica “dejar, desamparar a alguien o algo”, cuando un niño esta desamparado emocionalmente, es más que ausencia de un juguete, es abandono aun, con presencia, es dolor inconmensurable en ese ser construyéndose, las consecuencias que puede crearle, en casos extremos, un gran déficit a nivel psicológico y, en consecuencia, a nivel de salud física.
Existen ocasiones que el abandono emocional puede venir por ejemplo por la falta de tiempo de los padres, quienes están obligados a trabajar en unos horarios que, irremediablemente, no les permiten tiempo con su hijo como lo desearían: la imposibilidad de fortalecer vínculos emocionales lleva a veces a actuar de modo condescendiente y permisivo.
Sin embargo, el afecto y la falta de atención son vitales para el crecimiento sensible de un niño para su autoestima, su felicidad y su integridad como Se Humano. De lo contrario, el daño emocional que se genera en el niño puede ser definitivo
La infancia abandonada emocionalmente, suele traer como consecuencia adicciones, adolescentes a la deriva, delincuencia juvenil, flagelos de nuestra sociedad actual donde no se tiene en cuenta los “juguetes perdidos”, y, como jueces implacables tomamos una actitud de negligencia emotiva, acusando, empujando a mas y mas victimas de abandono a la nada misma.
Muñoz Marcos Isabel – Con Razón y Corazón
