AFACatalina VilaFútbol FemeninoPrimera BSarmientoSelección ArgentinaSelección de Junín

La Cata de Sarmiento, de Junín y de Argentina

DeportesLocalesNacionalesSociedad

En un inicio de 2023 soñado, Catalina Vila comenzó a tener rodaje con Sarmiento en Primera B, fue finalista del Torneo Provincial de Selecciones con el equipo mayor de Liga Deportiva del Oeste y participó de sus primeros entrenamientos con la Selección Argentina Sub-17.

Hace poco menos de dos años, Jonatan Villarreal recomendó a Poli Reichenshammer convocarla para la Selección de Junín Sub-14 que iba a participar de los Torneos Bonaerenses que no habían podido realizarse el año anterior a causa de la pandemia de coronavirus. No había mucho más que hacer que confiar en la palabra del entrenador de las categorías formativas de Sarmiento, porque hacía tiempo Catita había decidido cambiar el fútbol por el baile. Ya desde los primeros entrenamientos, la que salió a bailar fue la pelota entre sus pies y no tardó en convertirse en la jugadora destacada del equipo en aquella competencia.

Cuando se reanudó el fútbol de Liga Deportiva del Oeste, todo empezó a desencadenarse demasiado rápido. Jugó y fue campeona con Sub-15 y Sub-17, pero también empezó a participar de la Primera local que por aquel entonces dirigía Marisa Martínez. Más de una vez se puso ahí también el equipo al hombro, al punto de cerrar el año entrenando con AFA. En 2022, se dio el gusto de ganar los Bonaerenses en Ezeiza, ya jugando para la Sub-16, y su crecimiento fue tan grande que Agustín Lavagnino terminó lamentando no haberla inscripto en la lista de buena fe para jugar en Primera B. El que terminó aprovechando que la mediocampista no figurara en los registros de AFA fue Diego Carpinella, que la convocó a la Selección mayor de Liga Deportiva del Oeste para jugar el Torneo Provincial.

En el tramo final de dicha competencia, que se desarrolló ya iniciado el nuevo año, Catita se convirtió en Señora Cata. Con participaciones determinantes, dejó de ser recambio y se ganó un lugar en la alineación titular de un equipo repleto de figuras que terminó obteniendo el subcampeonato. A la par, continuaba entrenándose en AFA ahora sí sabiendo que iba a participar de la nueva temporada de Primera B y recibió también el llamado para ser parte de la Selección Argentina Sub-17, con la que ya completó dos microciclos de entrenamientos. Entre tanto vértigo, Catalina Vila luce siempre en calma. Ni se asusta, ni se la cree. Juega a la pelota, igual en el Predio de Ezeiza, en el Eva Perón o en la placita.

-¿Qué te pasa a vos con tanto que te pasó en estos primeros meses del año?

-Es lindo por todas las experiencias que estoy sumando. Trato de tomar todo con tranquilidad porque donde te ponés nerviosa o te hacés mucho la cabeza, después las cosas no salen.

-Se notó que disfrutaste mucho del Provincial con la Selección de Junín, un equipo al que llegaste sola y del que te fuiste con mucho apoyo…

-Para mí fue una experiencia re linda, más que nada para poder acercarme a muchas otras chicas que juegan en la Primera de Liga, con quienes casi no tenía trato. Por ahí en Liga empecé a jugar más el año pasado y no tenía trato con ninguna. Fue para sumar experiencia y después terminamos re bien, haciendo un grupo re lindo.

-¿Te dio bronca haber llegado justo a la final en Junín disminuida desde lo físico?

-Yo quería seguir jugando. Fue re frustrante cuando me habían dicho que tenía una contractura, que casi era desgarro. Unos me decían que juegue, otros que me cuide. Yo quería jugar por todo lo que habíamos hecho con las chicas, porque no quería dejar en banda al equipo. Y porque además, partido que haya partido que quiero jugar. No importa si es un amistoso. Mientras que sea jugar a la pelota, yo quiero.

-¿Pensás que fue justo el desenlace de la final en relación al trámite de los dos partidos?

-Cuando fuimos allá me parece que en el primer tiempo tuvimos bastante suerte de que ellas no hicieran goles, porque estábamos desacomodadas en defensa y ellas nos entraban por todos lados. En el segundo tiempo nos acomodamos un poco, llegamos un par de veces. Pero fue muy parejo. Acá en Junín, el que tenía suerte embocaba. Yo me acuerdo de haberme errado un gol abajo del arco que me lo sigo reprochando hasta el día de hoy. Tuvimos un montón de situaciones, pero ellas también llegaron. Para mí estuvo parejo las dos veces.

-Algo muy bueno de tu paso por La Sele, ahora que también formás parte de Sarmiento en AFA, es que quedaron muchas jugadoras de otros clubes que te siguen, que por vos quieren que al equipo le vaya bien. ¿Notás ese apoyo?

-Sí, lo noto. No sé por qué existe eso de que a Sarmiento no lo quiere nadie, pero es así. Y las chicas conmigo re bien. En la primera fecha, cuando debuté y estuve como titular, había varias que fueron a vernos. Después hay otras chicas de Liga que siempre siguen a Sarmiento en Primera B. Obvio no nos van a seguir en Liga que somos rivales. Pero en la Primera B te apoyan y eso está bueno.

-De todos modos todavía falta gente en la cancha, ¿no?

-¡Sí! Los partidos son una tristeza. El otro día comparaba la hinchada que tenía Talleres, aunque obvio Córdoba es una ciudad muy grande, pero de un lado había familia y del otro era toda hinchada. Había humo, bomo, cantaban… Y siento que en Junín por ahí no hay ese apoyo. Sería muy lindo tener en la cancha gente como fue a ver la final de la Selección de Junín. También hay que ver la situación económica de cada uno, porque tal vez no todos puedan pagar una entrada que ni sé cuánto está.

-La convocatoria a la Selección Argentina te llegó cuando estabas en plena disputa del Provincial. ¿Qué te generó?

-La verdad que estaba re contenta. Tampoco quería subirme los humos ni nada de eso, pero sí que estaba re contenta por poder seguir sumando experiencia y seguir aprendiendo. Allá tienen más elementos para trabajar, hay mayor conocimiento. Entonces estuvo buenísimo para seguir aprendiendo. Por otro lado, el apoyo y las felicitaciones que recibí de la gente de Junín fue muy lindo. Me impactó bastante saber que hay toda ese gente que te felicita. Pero lo que más me impactó fue la reacción de mi viejo, jaja. Te juro. Se le caían las lágrimas, parecía un nene. Lo sintió como un premio, como algo que también era para él. Y siento que es así, por todo lo que me banca día a día. Él también jugó a la pelota, sabe de esto. Entonces siempre que tengo una duda, que necesito saber algo o que estoy nerviosa, él me aconseja porque también lo ha vivido.

-De todo el Mundo Predio, ¿qué cosas son muy diferentes a las que vivís acá?

-Son muchas cosas re locas. Allá te dan una atención bárbara. Todos los días cuando volvíamos de entrenar teníamos las camas armadas, toda la pieza ordenada. Teníamos horarios para almorzar, para cenar y había de todo lo que te puedas imaginar para comer. Te dan la misma ropa todos los días, te la lavan. Es como que te atienden un montón y es algo que en el fútbol femenino no estamos tan acostumbradas, porque no le dan tanta pelota. Fue re loco. Yo no esperaba tanto. Y encima, la primera vez que fuimos, con el grupo de chicas que me tocó nos dieron las habitaciones de la Selección Mayor. Ahí también, la sala de juegos, era una locura todo. Teníamos libre hasta las 11 de la noche después de cenar, entonces nos íbamos a jugar ahí. Más que nada para que se te pase el día, porque después de entrenar no tenés nada que hacer.

-¿La diferencia entre las jugadoras de los equipos de Capital y los del interior es tan grande como reflejan las convocatorias? ¿O no es tanta?

-Yo creo que estamos cerca. El tema de las chicas de Capital es que por ahí tienen más oportunidades, más elementos en sus clubes. No hay una diferencia abismal, pero por ahí a nosotras nos falta un poco. También están más acostumbradas a ir a la Selección. Para muchas es natural que las llamen, van cada 15 días y es re normal. Acá hay que hacer lo que se puede, jaja. Y dar lo mejor de uno.

-¿Hay algún tipo de devolución individual después de cada microciclo?

-Por ahí algunos consejos que te da Meloni. En mi caso, que juego en el medio, relacionados a cómo recibir la pelota, mirar a dónde pasás, mirar antes de recibir un pase si te viene la marca o no. Y el tema de la posición antes de recibir la pelota. No mucho más de eso. Creo que fueron cosas que me ayudaron, porque en la Selección el roce es mucho más fuerte y es importante aprender a poner el cuerpo. Por ahí parecen boludeces, pero al final te terminan sirviendo.

-¿En Primera B esperabas tener tantas oportunidades tan rápido? ¿Es algo que podías notar desde la pretemporada?

-Yo pensé que Agustín (Lavagnino) me iba a tener más en cuenta para el banco o que me iba a citar de vez en cuando. No pensaba tener tanta participación. En el primer partido contra San Miguel por ahí no sentí que había jugado como para ganarme ese lugar, pero después sí, con algunas asistencias y cosas así sentí que le aporté al equipo. Pero también es difícil porque yo por ahí era nueva y en los primeros partidos también me tenía que ganar la confianza de mis compañeras. Creo que me fui haciendo parte, ganando confianza yo y mis compañeras en mí. Ahora me la tocan, jaja.

-En el partido contra Talleres, incluso cuando fueron superadas durante gran parte del desarrollo, sentí que no salías más…

-Lo que sentí contra Talleres es que nos ganaron mucho en el tema del físico, la velocidad, el cuerpo. Es algo que por ahí no tuvimos mucho en la pretemporada. También nos costó poner la pelota al pie, porque jugaban muy rápido ellas. Y a nosotros nos duraba muy poco la posesión. Se nos hizo complicado. Ellas se erraron como quince mano a mano. Sacamos un puntazo, jaja.

-Siendo Talleres esa medida fuerte que ya tuvieron, ¿dónde sentís que están paradas como equipo?

-Creo que todavía nos falta un poco si pensamos en el ascenso. Sería una alegría bárbara, pero creo que todavía tenemos que mejorar. Pero yo estoy esperando jugar esos partidos más complicados. Son los más lindos, salgamos como salgamos.

Seguir Leyendo:
Deportes‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Locales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Nacionales‎ ‎ |‎ ‎‎ ‎Sociedad
LO MÁS DESTACADO
keyboard_arrow_up