No se trata de creer o reventar. Más bien de abrir los ojos, observar y preguntar. Entonces sí, se podrá constatar que en la Laguna de Gómez, en tiempos de pandemia y crisis económica, se ha desatado una renovada fiebre del oro.
Desde distintas localidades de la región han comenzado a llegar los cazadores de tesoros, a quienes se puede ver en acción temprano en la mañana o tarde en la noche. Se aprovecha que el agua está baja, se activan los detectores de metales y… ¡Sorpresa!
Son alrededor de ocho las personas que han comenzado a realizar estas tareas. Uno de ellos es de Carlos Tejedor y Junín24 pudo saber que ya se ha hecho de alrededor de un kilo y medio de oro, entre el hallazgo de anillos, cadenas y alianzas.
Evidentemente se trata de pérdidas de otras personas, que podrían ser de larguísima data. La actividad se da mayoritariamente en la zona del Espigón, que era utilizada por bañeros mucho más que ahora que los visitantes eligen preferentemente el Camino Costero.
Precisamente el Espigón fue cerrado a la circulación de los turistas por peligro de derrumbe, lo que evidentemente no han impedido la actividad de estos cazadores de tesoros, quienes aseguran que allí tienen lugar la gran mayoría de sus hallazgos.
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