Hasta hace unos meses, a Jorge Cortés (53) se lo podría cruzar por la calle 9 de julio de la ciudad de Henderson, camino a su despacho de la intendencia de Hipólito Yrigoyen. Era habitual que recorriera caminando esas tres cuadras desde su casa al municipio. No era raro que se demorara en los obradores de empleados municipales, al mediodía, cuando humeaban los choripanes. Cortes murió este miércoles a la noche en un accidente cuando manejaba su vehículo en la ruta 6, de regreso a su pueblo.
Había viajado para un encuentro político con el candidato a gobernador por el Frente de Todos, Axel Kicillof. El mitin fue en Avellaneda, pero el «Flaco» Cortés quiso aprovechar su paso por la zona sur del GBA para visitar a dos de sus hijos que estudian en La Plata. Después de los mates y la charla familiar, el jefe comunal decidió el retorno.
Media hora después el BMW modelo 2003 que manejaba se despistó cerca de la rotonda de ingreso a San Vicente, en el kilómetro 68 de ese camino de doble vía que rodea el Conurbano. La ruta 6 es un anillo de 182 kilómetros que siempre está en etapa de reparación. Y aún así tiene serias falencias de infraestructura. El cruce no tenía iluminación, según el testimonio de otros conductores que vieron el accidente y que recogieron en la Policía Bonaerense.
Cortés fue al encuentro partidario en un coche particular y sin chofer. «No era un acto oficial, era un encuentro con dirigentes de toda la provincia y no quiso mezclar lo partidario con la gestión», comentó a Clarín un funcionario del municipio de Hipólito Yrigoyen. El distrito tiene poco más de 10 mil habitantes y Henderson es la ciudad cabecera.
Un pueblo típico de la región pampeana, al centro oeste de la Provincia, y a 420 kilómetros de La Plata. Cientos de veces recorrió Cortés ese camino. En los primeros años de los 80 llegó a la capital bonaerense para estudiar Medicina. Como tantos jóvenes del interior. Compartió con otros chicos de la localidad, las habitaciones y cuchetas del Centro de Estudiantes Universitarios de Hipólito Yrigoyen, una casona de pasillos e historias largas, con anécdotas y recuerdos pueblerinos.
De la ciudad capital se llevó un diploma y una compañera. Conoció a Sonia Gallinotti, que nació en Junín y con ella tuvo sus cuatro hijos: Estefanía (psicóloga, trabaja en el municipio); Macarena (médica, está en un hospital porteño); Micaela y Matías. Los más chicos aún estudian en la universidad platense.
Hijo de comerciantes, siempre vivió en Henderson, el lugar que tiene entre sus pobladores ilustres al futbolista Claudio Paul Caniggia. «Carpincho» Cortés (como lo apodaron sus amigos platenses) decidió regresar con el título y puso un consultorio. Hacía clínica médica y de ahí pasó a la gestión sanitaria. Fue director del hospital Municipal, también tuvo ese cargo en la vecina ciudad de 9 de Julio y llegó a ser director de la Región Sanitaria con sede en Junín.
«Activo y acelerado». Así lo describen en el entorno de la gestión. Le gustaba comprar y vender autos usados. Y no le pesaba pasar varias horas en la ruta.
Su ascenso político fue en 2015, cuando desplazó al ex intendente Enrique Tkacik, después de 20 años al frente de la comuna. Tuvo que atravesar un extenso camino: concejal a fines de los 90 y dos veces salió segundo -en 2007 y 2011- atrás del dirigente que empezó como radical, después representó al GEN y terminó en Cambiemos.
Cuatro años de gestión no erosionaron su respaldo. El domingo 11 sacó el 56% de los votos: iba derecho a un segundo mandato.
Hoy el pueblo está paralizado. Se dispuso jornada de luto en todo el distrito y después del mediodía habrá una ceremonia para despedir los restos del intendente. La noticia golpeó fuerte a la comunidad. En ese punto, no hay grieta. Todos están de acuerdo.
