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La historia grande se escribe en Ciudad

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Con goles de Sofía Berenguel y Lucía Mansilla, Sarmiento le dio vuelta el partido a San Luis, derrotándolo 2-1 y cortándole un invicto de 50 partidos para mantenerse segundo y a la vez descontar a cinco puntos la diferencia que los separa.

Para entender cómo un triunfo que se consiguió cuando falta más de la mitad de la Fase Ascenso por disputarse y que no cambió posiciones ni para el vencedor ni para el vencido es en realidad el más importante de Sarmiento en sus casi cuatro años de historia en el fútbol femenino de AFA, necesariamente hay que tomar distancia del partido y enfocarse en el contexto.

San Luis FC, que llegó a Junín con 50 partidos sin perder y siendo el único que había cosechado puntaje perfecto a lo largo de la temporada, es un equipo que la propia gobernación de la provincia fundó el año pasado exclusivamente para ingresar al fútbol femenino nacional, destinando una serie de recursos económicos, humanos, logísticos y mediáticos a un plantel que si bien tiene representación local se formó luego de un profundo scouting a lo largo y a lo ancho del país e incluso con futbolistas extranjeras.

Sarmiento es un equipo que ingresó hace cuatro temporadas al fútbol de AFA, en aquel entonces con un plantel conformado sólo con futbolistas de Junín y la zona, muchas de las cuales continúan al día de hoy, que la primera vez que pelearon un ascenso lo hicieron conviviendo en la pensión del club, sin más recursos que los brindados por sus propias familias. Los buenos resultados hicieron que año a año se fuera ganando a la par un mayor involucramiento dirigencial, que llegaran futbolistas desde puntos más lejanos del país y que al menos las necesidades básicas de un plantel de alto rendimiento comiencen a ser cubiertas. Así y todo, el equipo de fútbol femenino que por segunda temporada conduce Agustín Lavagnino no solo no tiene detrás la banca de una gobernación, aunque fuera municipal, sino que ni siquiera es destinatario prioritario de los recursos del propio club, siendo determinante en este sentido la participación, ahora organizada en comisión, de decenas de familias que no solo ayudan a compensar esas faltas sino que además brindan contención afectiva. En este punto es importante que nadie se confunda, porque la excepción a la realidad del fútbol femenino en Argentina no es Sarmiento, sino San Luis.

Mucho antes que Luciana Petrella lo diera por iniciado, Las Maestras ya habían comenzado a jugar el encuentro que se perfilaba para tener lugar en el Estadio Eva Perón, pero que con mucho acierto solicitaron se desarrollara en Ciudad Deportiva, donde el calor de aquellos que las siguen se siente mucho más cercano para ellas y donde cada palabra de aliento llegó a destino siendo un pequeño aporte más a la suma de elementos que debían conjugarse en el momento justo, en el lugar correcto, para hacer frente al líder invicto del torneo.

Ya en el plano meramente futbolístico, sin poder contar con la capitana y goledora Sofía D’Ambrosio por tercera ocasión consecutiva, la alineación que pensó Agustín Lavagnino cerró por todas partes, especialmente por la novedosa inclusión de Lourdes Palavecino como punta de lanza en su regreso y la presencia de Florencia Gamarra para fortalecer la maquinaria de la recuperación de pelota en mitad de cancha, que iba a necesitarse y mucho ante un equipo que fluye como ningún otro. En San Luis también faltarían futbolistas importantes, porque ni su goleadora Laura Romero, recientemente lesionada de ligamentos, ni su líder futbolística Daiana Alaniz, con una distención, fueron parte del encuentro. No faltaba nada para que todo comenzara a salir según el plan.

Lejos de excederse en el respeto a un equipo que no había demostrado fisuras, Sarmiento inició el partido jugando de manera agresiva y apenas pasado el primer minuto tuvo una clara ocasión de gol tras un buen desborde y centro de Serena Pedersen desde la derecha que Lucía Mansilla, encargada de portar la cinta de capitana, no llegó a conectar bien de primera, ingresando por el segundo palo. A los 12, Constanza Díaz se hizo cargo de un tiro libre por una infracción que le habían cometido a ella misma, con un gran remate que se metía abajo, contra el palo, pero que la mexicana Mariana Zárraga, ex Cruz Azul y Rayadas de Monterrey, voló para despejar al córner.

Pasados los 20 minutos de juego, San Luis comenzó a fluir y a tener con mayor continuidad la pelota en campo de Las Maestras. Janet Leyes, uno de sus puntos más altos en la tarde, filtró un pase profundo a espaldas de Tete Varela que recibió Melina Salinas para quedar mano a mano con Sol Ponce y sacar un zurdazo antes que Danna Acevedo llegara al cruce que afortunadamente salió desviado. A los 28 fue la uruguaya Nicol Laurnaga, ex Nacional de Montevideo, la que probó con un remate desde la medialuna que salió por arriba del travesaño y a los 35 Florencia Cordero hizo que la que volara esta vez fuera Sol Ponce para sacarle un buen remate que pedía red. Inmediatamente después de esa jugada, Serena Pedersen tuvo que abandonar la cancha con una molestia física y la que tomó su lugar fue Victoria Illanes.

El juego apenas se reanudaba cuando Sarmiento recibió un golpe que las puntanas bien podían merecer por su búsqueda, pero que al final de cuentas sería producto de una importante omisión arbitral. Con la defensa en plena salida, Sol Camargo devolvió una pelota hacia adelante que encontró a Melina Salinas volviendo de la posición fuera de juego. La 9 fue a buscar y terminó definiendo con la rodilla para hacer pasar la pelota por encima de Sol Ponce y decretar el 1-0.

Lejos de enroscarse en los reclamos, Las Maestras acusaron el sacudón para reaccionar después de largos minutos en que las únicas opciones en ofensiva habían sido producto de las arremetidas de Constanza Díaz y Lucía Mansilla más que de encontrarse juntando pases. Pero así, con el corazón adelante, buscaron cerrar esa primera mitad en campo celeste. La actitud pagó enseguida y el agua bendita la salpicó el botín derecho de Sofía Berenguel. Lucía Mansilla hizo el esfuerzo para robarle de los pies una pelota sucia que Sol Camargo se prestaba a rechazar y esta cayó a los pies de la número 5, que de primera sacó un remate perfecto que en el trayecto fue alejándose de la volada de Zárraga para hacerlo todavía más espectacular y se clavó pegado al palo, decretando el 1-1 que llevaría aires de nuevos comienzos a la tarde en Ciudad.

En el inicio del complemento, la propia Berenguel zafó de una jugada que injustamente, como es el fútbol, podría haber empañado su maravilla anterior. Dejó corta una pelota en la salida que fue interceptada por Maite Perazzo, para con toda la defensa de Sarmiento desacomodada encontrar el solitario ingreso por el centro del área de Florencia Cordero, quien extrañamente definió por arriba del travesaño cuando Sol Ponce ya esperaba arrodillada que se decidiera su suerte.

Otra vez, el escenario avisó que Sarmiento debería luchar. Y Luchó. Crecieron las figuras de Brunella Gutiérrez y Teté Varela. Florencia Gamarra fue tiempista para cortar incluso cuando tuvo que colgarse para ganar en las alturas ante jugadoras que le sacaban buenos centímetros de ventaja. Victoria Illanes le metió el cuerpo a cada disputa con una gigante como Lezcano y Constanza Díaz empezó a jugar uno de esos partidos que emocionan por su irrenunciable disposición a entregarse plenamente por el bien colectivo.

San Luis, de todos modos, se las ingeniaba para golpearle la ventana a Sol Ponce y a los 5 minutos Janet Leyes le probó la resistencia con un remate desde afuera del área, tras una buena maniobra individual, que contuvo bien la de Villegas. Por banda derecha, Lola Bermúdez tuvo un muy difícil duelo con Florencia Cordero, una de las grandes figuras de las puntanas a lo largo del torneo. Pero La Patroncita le empezó a tomar el pulso a cada amague de la 10, ganándole en varios de los duelos personales y ganándose la propia confianza necesaria para disputar un partido de tanto peso emocional.

A los 8 minutos, Tete Varela robó y despejó la pelota larga para que fuera a buscar Lourdes Palavecino, quien si bien en el primer tiempo había dado la sensación de correr con alguna dificultad, no cesó en su marcha y apuró a Lezcano primero y a la arquera Zárraga después que esta le cediera atrás. La acumulación de esfuerzos se completó con la avivada de Lucía Mansilla, que leyó las intenciones de la mexicana y durmió a Camargo, robándole la pelota antes que pudiera recibir y punteando sobre la salida de la 1 para desatar festejo loco como Licha que anunciaba la remontada en el marcador.

Para aguantar, era demasiado tiempo. Para sufrir, iba a tocar el doble porque ahora era el doble lo que había para perder. Cabeza fría. Corazón ardiente. Aliento pegadito al alambrado, porque para hacer historia no hay como Ciudad. Luciana Petrella, árbitra del partido, no colaboró con la causa y con cada decisión comenzó a favorecer a la visita. De todos modos, Sarmiento empezaba a romper los circuitos de San Luis, cuyas llegadas ya no eran sistemáticas sino forzadas, producto de la acumulación de futbolistas en ataque al que con el correr de los minutos fue dando lugar su entrenador.

A los 20 minutos, Lourdes Palavecino probó al arco con un remate que contuvo Zárraga y que fue su última intervención, extenuada, en un partido para el que apuró su regreso después de una lesión que la había tenido varias fechas al margen. En su lugar, Agustín Lavagnino mandó al campo a Giovana Varales, cambiando vértigo por mayor panorama en la gestación. A los 22, Sofía Berenguel realizó un gran anticipo ofensivo y cedió a la recién ingresada, que quiso buscar de primera a Lucía Mansilla viéndola sin marca, pero que vio su pase interceptado un poco con el pecho, un poquito con la mano, por la también ingresada Mariana Alarcón. A los 26, después de una gran jugada individual en la que Janet Leyes terminó cometiéndole infracción, Constanza Díaz le metió veneno a un tiro libre que cruzó el arco soplando peligro, que le cayó encima a Sofía Berenguel para improvisar una definición y que la ingresada Aste rechazó casi sobre la línea cuando por detrás suyo Zárraga parecía llegar de todos modos.

La carga ofensiva de San Luis puso a Andrea Salgado en posición inmejorable para igualar a los 28, cuando después de ganarle con el cuerpo a Tete Varela probó de mediavuelta exigiendo una gran respuesta de Sol Ponce para despejar. El encuentro transcurrió con más nerviosismo por la diferencia que había que cuidar que peligro real generado por la visita. La última variante de Agustín Lavagnino llegó a los 40, cuando Lucía Mansilla, otra que agotó el tanque de tanto esfuerzo, fue reemplazada por Agostina Zeller para nutrir la defensa. Entonces sí, llegó ese guiño del destino del que también dependen las jornadas históricas. Nicol Laurnaga entró libre para meterle el frentazo a un centro que llegó desde la derecha y el travesaño devolvió la pelota cuando ya había superado el manotazo de Sol Ponce, quien en el rebote se quedó con ella, abrazándola como si fuese la última que va a tocar en su carrera.

Sarmiento lo estaba sabiendo ganar, pero San Luis no quiso aprender a perder. Entonces Florencia Cordero, frustrada por todo lo que no había podido, recorrió varios metros para empujar a Danna Acevedo queriendo sacarle le pelota de las manos previo a una reposición. Agostina Zeller intervino sacándola del medio con otro empujón y la árbitra del partido se desentendió mostrando la tarjeta roja tanto a quien incitó la provocación como a quien le recriminó la actitud. Como último favor a las puntanas, la jueza le concedió 8 minutos de adición para que siguieran intentando mantener su invicto, pero en casa de Las Maestras el único récord que vale es el propio. Sarmiento le enseñó a San Luis lo que es perder. Que no hayan sabido, ya es cosa suya.

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