Un reconocido comercio juninense fue objetivo de críticas y comentarios negativos tras realizar un agasajo al plantel de Boca durante su estadía en la ciudad para enfrentar a Sarmiento.
La inexplicable agresión a emprendedores de Junín contratados para agasajar a Boca
Durante unos 360 días del año, Junín se acepta a sí misma como una ciudad con mayoría de hinchas de Boca y River. Ninguna novedad. Es lo que sucede en casi todo el país. Se acepta que sus camisetas tomen las calles, se acepta el ida y vueltas de cargadas después de un Superclásico. Se recibe alrededor de la Fuente del Milenio a quienes se juntan a celebrar un título. Se entiende que la mayoría de jugadores que integran todos los clubes de la ciudad, en todas sus divisiones, tengan también ese sentimiento. Se naturaliza, porque de verdad es natural, esa herencia que se transmite de generación en generación por familias tan juninenses como las demás.
Sin embargo, en las cuatro o cinco ocasiones por año que a Sarmiento, el equipo que orgullosamente representa a la ciudad en la máxima categoría del fútbol argentino, le toca enfrentar a estos dos gigantes toma fuerza una suerte de idiotez colectiva que pretende negar la existencia de todos aquellos con los que conviven sin diferencias el resto del tiempo.
Ya no tiene que ver con aceptar o no que los denominados «hinchas neutrales» acudan al Estadio Eva Perón. Esa discusión necesita de un abordaje especial y en todo caso debería darse puertas hacia adentro del club, que es en definitiva quien decide vender entradas y hacer dinero con una pasión que le es ajena.
La idiotez va más allá y en este caso se descargó contra dos emprendedores de la ciudad que fueron contratados para agasajar al plantel de Boca, que arribó el sábado en la ciudad, durante su estadía en el Hotel Copahue. En la previa del partido del domingo, desde las redes sociales de Costumbres se había compartido un reel que mostraba cómo había sido el trabajo de preparar diferentes box, en colaboración con otra empresa juninense como La Magnolia, para que El Xeneize se llevara «el mejor de los recuerdos de nuestra ciudad».
Pero en el post partido, porque es ingenuo pensar que el resultado negativo no influyó en esa necesidad de descargar la bronca contra quien sea, sus dueños se encontraron con una catarata de comentarios negativos, agresivos, despectivos, que incluso los hicieron sentir la necesidad de dar explicaciones a quienes no las merecían.
«Espero que les sigan comprando todos los de Boca y los porteños. Yo nunca, a partir de este momento. Son de Junín», fue uno de los comentarios que tomó por sorpresa a los dueños de Costumbres. «Mariela, qué pena leer eso. Boca no nos compró, pero sí los juninenses a cargo de su estadía confiaron en nuestro trabajo y nos convocaron para que fuéramos parte de mostrar algo de lo que es nuestra ciudad y la hospitalidad con quienes nos visitan y nos sentimos halagados por eso. Qué pena que para vos sea motivo para entender que nunca nos comprarías. Un abrazo», fue la respuesta del comercio y a la vez una explicación sobre el motivo de su agasajo al equipo visitante.
Después que varias agresiones coparan las redes del negocio local, hubo también muchos otros vecinos de la ciudad que alentaron a los emprendedores, felicitándolos y dándoles ánimo para continuar con un trabajo que a nadie se le hubiese ocurrido desvalorizar durante 364 días del año.