¡Pará! Ponete a pensar un cachito. Pensá en Argentino de Quilmes, el dolor de panza y esa goleada que también era digna de ser vista por una multitud. Pensá también cuando fuiste a Atlanta y nadie más que vos sabía qué carajo estaba pasando por allá, hasta que terminó el partido y llegaron los primeros mensajitos, escuetos como telegrama. ¿Te acordás que Lucía Inglese se puso los guantes en el Eva Perón, ante la mirada atenta de Magnin? ¿Te acordás de Magnin? Con qué bronca te quedaste volviendo en bondi después del partido que se escapó en los últimos minutos en la casa de Maradona. Encima después Ferro y la lesión de Melina ¡que no volvía nunca! Hasta pareció en un momento que la cosa se ponía negra.
¡Pará un poco, loca! ¿Te acordás cuando Popi estaba como a siete goles de Jimena Romeo? Ni pienso en ser la goleadora tiró la caradura. Pensá en la noche que de regreso al estadio Mari Costa volvió a confiar en los benditos viejos botines amarillos y se sacó la mufa contra Morón. Pasaron tantas cosas que hasta la Bebu fue y volvió de Disney, La Mona y Bambi se fundieron en un solo corazón de chocolate, y Flor Gamarra entendió que hay cábalas que mejor soltar, pero también otras a las que aferrarse para siempre. Pensá que ese al que La Negra mandó a callar hoy debe tener las palmas rojas de aplaudir.
¡Pará, maestra! Pensá que un día te planteaste quedar entre las diez y después tímidamente te le animaste a una Copa Argentina que andá a saber dónde quedó. Acordate que Lolo se lamentaba cada vez que le caía un gol aunque ganara y que ahora le dejó puesta al arco la faja de clausura. Que Julieta y Alma un día dijeron fue lindo mientras duró sin imaginar que se iba a poner todavía mejor el día que decidieron volver. Que papá Jancich empezó reclamando que le devuelvan el roquefort en un partido de liga local y que ahora tira manteca al techo con Viki afianzadísima en la saga. Acordate que si no hay sangre no es La Chula y que no estar en cancha duele un poquito menos cada vez que el palillo golpea el bombo.
Solitas, casi sin darse cuenta porque estaban demasiado entretenidas jugando a la pelota, hicieron el milagro que multiplicó hinchas, fotógrafos, periodistas, entrevistas, posteos y arrobados. Son las primeras en saber cuánto que falta todavía, pero este domingo de transmisión en vivo y goleada 6-0 a Puerto Nuevo fue todo ganancia. Tan loco se volvió el mundo que se llenó la calle en tiempos de puertas cerradas. Ahora las trompetas tocan para ustedes. Va a ser difícil de encontrar más hermosa melodía.