Los delincuentes ya no perdonan nada, ni a las instituciones en las que trabajan tendiendo una mano a las personas más vulnerables. La ONG “Mamá Luz de Esperanza”, viene siendo víctima de personas desagradecidas o delincuentes que buscando seguramente objetos de valor, terminan llevándose los alimentos que tenían como destino el de sumar a la dieta de los más necesitados.
En la mañana de ayer, cuando Betty Palacios concurrió al edificio ubicado en calle Payán 519, se llevó una desagradable sorpresa. Una puerta forzada, los cables de la alarma, cortados, el interior literalmente dado vuelta, el faltante de alimentos no perecederos –es posible que algunos paquetes de arroz y fideos-, y la carne guardada en un freezer.
El robo generó preocupación en el barrio y algunas mujeres se acercaron a contarle a Betty que el lunes por la noche habían pasado por el lugar cuando se dirigían al corso y advirtieron que había una ventana abierta aunque no sospecharon lo que se descubriría después.
En este caso, la denuncia fue radicada en sede de Comisaría Segunda y personal de Policía Científica trabajó en el lugar levantando rastros tendientes a sumar pruebas a la investigación iniciada por robo y que recayó en la fiscalía de turno del departamento Judicial Junín.
ESTAFADAS EN SU BUENA FE
Buscando conocer detalles del delito cometido, Betty daba cuenta que hace unos meses, también fueron víctimas aunque no sólo de un robo sino además, por verse estafadas en su buena fe. Allá por el mes de noviembre del año próximo pasado, brindaron su ayuda a una ´pareja oriunda de la localidad de Lobos que pasaba por un mal momento económico.
Y allí Mamá Luz de Esperanza, sin dudarlo, les abrió las puertas para que tuvieran un lugar donde acomodarse, descansar y hasta intentar generar algo de dinero para movilizarse. Durante poco más de una semana, la pareja trabajó, preparó comida ayudados por quienes concurren a diario a la ONG, vendían ensaladas de fruta.
El desarrollo fue normal hasta que de manera imprevista y sin previo aviso, desaparecieron. Pero no se fueron con las manos vacías. También robaron cuanto pudieron para luego desaparecer. En ese momento, la denuncia no se había radicado. Estaban más frente a una estafa moral y la decepción propia de quienes creen en las buenas intenciones del otro.
Hoy, Mamá Luz de Esperanza necesita una mano. Hay que volver a poner en condiciones los daños ocasionados, tales como la puerta, el cambio de un candado que brinda más seguridad al edificio, la reparación de la alarma.
Porque a pesar de todo, en esta ONG nadie baja los brazos. Saben de la vulnerabilidad de muchas familias que no tienen por qué pagar los platos rotos de otros de los desaprensivos que no entiende que nada es posible si no se trabaja con esfuerzo y buena fe, como lo fue la pareja de Lobos.