El último domingo no recibió la 11. Tampoco la 8, toda una novedad en la presente temporada en que más de una vez se le requirió el juego interno. La Negra camina rumbo al banco de suplentes. Se sienta y sonríe. No hay motivos para estar molesta si está en una cancha de fútbol, si de la línea para adentro hay compañeras en las que confía plenamente. Enfrente Banfield, un equipo que la amargó en el pasado y al que ella también supo amargar. Sabe que es complicado. Empieza el partido y lo sufre, le ganan los nervios por no poder estar ahí para resolver. Pasan los minutos y se da cuenta que sí puede. Detecta, entonces, debilidades del rival que sus compañeras pueden aprovechar. Pide permiso para comunicarlas en el entretiempo, aunque enseguida le toca a ella misma entrar en acción. No todo sale según el plan, pero Lucía Mansilla es también experta en el arte de la improvisación. Los dos goles que gritó como hay que gritar valieron un triunfazo para Sarmiento ante un equipo que no había perdido puntos en el inicio de la Fase de Ascenso. Y a ella la confirmaron como una jugadora que trasciende la individualidad, porque juega para todas.
-¿Crees o sabés si fuiste al banco por estrategia o por no poder estar en todos los entrenamientos como tus compañeras?
-No lo hablé con Agustín (Lavagnino). No estoy entrenando a la par de las chicas y quizás ellas están entrenando cosas que él ve que salen bien en la semana y que hace que una jugadora sea merecedora de la titularidad. También puede ser estrategia como decís, pero no sabría qué contestarte. More (Iraola) lo demostró. Jugó muy bien. En el primer tiempo le jugaron en contra los nervios, pero tuvo un gran segundo tiempo. Incluso el segundo gol viene de una muy buena jugada de ella.
-Te sentás en el banco de suplentes contra Banfield, que no es lo mismo que sentarse contra otro equipo… ¿Cómo sos? ¿Te permitís ir analizando el partido para ver qué ventajas podés sacar si te toca entrar o te ganan los nervios?
-Soy una persona muy nerviosa. Al principio lo viví con esos nervios. Pero después me puse a charlar con Agustín sobre cosas que veía en el partido. Nosotros tenemos jugadoras muy rápidas como (Lourdes) Palavecino, Popi (Sofía D’Ambrosio), Coti (Díaz). Y yo veía que en el retroceso, cuando sacábamos un contraataque, ellas quedaban muy mal paradas. En el primer tiempo tuvimos chances muy claras así. En el entretiempo le pedí permiso a Agustín para hablar y les dije que atacaran rápido, que no se frenen porque estábamos haciendo daño. Por suerte después me tocó entrar a mí.
-¿Cómo entraste? ¿Sentías que podías tener una llave para abrir el partido?
-Al final del primer tiempo iba a entrar de interno por Mili Moreno, porque había quedado sentida del tobillo en una jugada. Mili pudo seguir bien y cuando me llamó Agustín recién estaba haciendo los primeros movimientos de la entrada en calor, porque Coti estaba con un calambre. En ese momento no pensé en nada. Sí cuando estaba en la cancha sabía que la capitana, la 3 (Nicole Marianovich) estaba cansada. También que es muy zurda. Entonces pensé que cuando me llegara la pelota tenía que enganchar para adentro, para quedar siempre perfilada para su pierna derecha. Después no me quedó ninguna así, sino directamente en el área.
-Claro, porque al final casi todas tus jugadas fueron de finalización más que de sacar provecho al desborde…
-Sí. Creo que tuve una sola que la llevé contra el córner y la hice rebotar. Después fueron todas jugadas de finalización. De hecho antes del gol me había quedado una que More anticipa y echa el centro. Yo la paro con el pecho y cuando le pego la 2 (Rocío Arrieta) me cierra. Me quería morir y pensé para qué la paré. La siguiente que me quedó le pegué de primera, nada de acomodarme, y fue el primer gol.
-En el segundo otra vez la paraste y casi me muero…
-Jaja. ¡Sí! Es que soy muy derecha. ¡Muy! Lo único que pensaba era no le erres al arco. La paré y me tomé un segundo porque vi que la arquera se iba a tirar, entonces le pegué para que no vaya al ras del piso. La paré porque con zurda soy horrible, jaja. Pero cuando entré nunca imaginé que iba a hacer los dos goles yo.
-Insisto que sos la jugadora que mejor grita los goles…
-Jaja, lo siento mucho. En la semana había dicho si llego a hacer un gol lo voy a festejar a lo Licha. Al loco lo amo, es un sacado. Pero se me dio y me salió de adentro.
-¿Y el segundo con quién lo fuiste a gritar?
-Con Gustavo Casanovas. En el primer gol lo había visto que había saltado. En el segundo lo volví a ver gritando el gol y lo fui a gritar con él. Me salió del alma. La gente que nos acompaña de Sarmiento en su mayoría son familiares de las chicas. Es más, este domingo por ser día del padre y por el horario había ido muy poca gente. Y él estaba paradito ahí, se gritó los goles como loco y me contagió. Así que se lo fui a gritar.
-Fuiste una de las últimas en reincorporarse al equipo, que se renovó mucho. ¿Qué pensaste cuando llegaste y qué pensás ahora?
-A comparación de los años anteriores, me encontré con un equipo muy joven. Pero la verdad es que cuando las vi en la cancha, en los entrenamientos en los que pude estar, me sorprendieron. Si tienen que meter la pata, la van a meter. No importa que tengan 15 o 16 años. Danna (Acevedo) mete la pata como si tuviera 30, es terrible. Así que en ese sentido me sorprendieron mucho. A la vez, al tener esa edad tienen mucha intensidad a la hora de jugar, de presionar. Eso está bueno.
-¿Por qué crees que han logrado mantener el protagonismo en la categoría pese a no haber podido mantener equipo?
-Creo que Agustín planteó una idea de juego que estamos pudiendo llevar a cabo. Él quiere un equipo muy agresivo a la hora de atacar, pero también a la hora de recuperar. Quiere mucha presión, mucho compromiso con esa recuperación. Si bien le pide a las delanteras que traten de ser lo más ofensivas posible, al momento de recuperar también nos exige ese compromiso. Entonces es un equipo súper intenso. Al tener jugadoras jóvenes, lo podemos hacer. También tenemos referentes en varios sectores de la cancha que son importantes. Tete (Varela) tiene mucha experiencia y eso hace que la defensa también esté acomodada. Y la vuelta de Sofi (D’Ambrosio) fue fundamental. El rol que tiene como capitana, la experiencia que tuvo en Primera División, la vuelve una referente. Está buenísimo que muchas de las chicas la sigan. Creo que todo eso hace que como equipo hayamos podido mantener el protagonismo.
-Remarcás la importancia de ser un equipo intenso y creo que el inicio de la Fase de Ascenso marcó un antes y un después, capaz porque en la previa hubo equipos que no se lo exigieron para igual poder sacar un partido adelante…
-Yo veo algo de eso. No es una presión desordenada, es una presión muy estudiada. Este año se incorporó mucho el videoanálisis, que antes hacíamos poco, y está buenísimo para conocer cómo juegan los otros rivales, porque con muchos no nos tocó enfrentarnos. A Belgrano mismo no lo conocíamos, aunque sabíamos que era un equipo súper duro. Eso nos permite estudiar al rival y ensayar esa presión para tratar de plasmarla en la cancha. La verdad que sale muy bien. Como te digo, el hecho de tener tantas jugadoras jóvenes, que están muy bien físicamente, nos da un plus. En experiencia por momentos puede jugarnos en contra, pero en lo físico nos da esa ventaja contra muchos equipos que tienen más cantidad de jugadoras grandes, que trabajan, que les pesa el entrenamiento.
-¿Cómo fue para vos ir ganando lugar en este torneo?
-Fue difícil, porque yo no lo conocía a él como entrenador, como persona. Con el tema del trabajo no podía hacerme ese tiempo de ir a entrenar y que me vea, si bien él mismo me había dicho que tenía buenas recomendaciones sobre mí. Pero yo sentía que no era lo mismo, porque las chicas estaban yendo a entrenar y tenían un ritmo que yo no tenía. Yo entreno acá (en Pergamino), pero no es lo mismo. Cuando no me tocó estar en las primeras citaciones, obviamente lo entendí. Pero me pasaron un montón de cosas en la cabeza, porque no se si voy a jugar otro año más, si este es mi último año en AFA. Y decía la puta madre, no puedo hacer que me vea. Por suerte pude hacerme algunos días para ir a entrenar, me pudo ver y pudimos acordar que me pasen los entrenamientos con los que tengo que cumplir a rajatabla para estar al nivel de las chicas, que entrenan juntas todos los días.
-Popi también lo dijo en su momento… ¿Qué las hace pensar que este torneo puede ser el último? Porque no las imagino sin jugar al fútbol y tampoco se si una liga local las va a llenar en su deseo de competencia…
-Obvio, puede ser. Lo veo por el lado de la edad, del sacrificio que hay que hacer. Una deja muchas cosas para viajar o para irse a vivir allá. Si este año se nos llega a dar el ascenso lo pensaría, pero estar jugando de nuevo la misma categoría, más allá que lo voy a extrañar, es mucho. Si estuviera viviendo en Junín quizás me tiro unos años más. Pero teniendo la responsabilidad del trabajo y una edad en la que no puedo decir este año me dedico al fútbol, es complicado.
-Tocó un inicio de fixture muy duro en la Fase de Ascenso, del que salen muy enteras…
-Sí, porque más allá de la derrota con Belgrano nos fuimos bien, sintiendo que habíamos podido hacer un buen primer tiempo, con ocasiones de gol. No nos quedamos con la derrota sino con el buen primer tiempo que habíamos hecho. Creo que esa fue la clave para el partido que siguió, que lo pudimos ganar contra Argentinos Juniors y jugando muy bien. Tratamos de ir partido a partido. Ahora viene San Miguel y nos enfocamos ahí, sin pensar que después nos toca en Ciudad Deportiva contra tal.. Siempre buscamos ganar y jugando de la mejor manera que podamos. Estamos bien anímica y futbolísticamente. Ojalá lleguemos así hasta el final.
-¿Te ves titular contra San Miguel?
-No sé. Mientras me lleve, jaja. Creo que va a entrar la que mejor esté. Las chicas vienen entrenando muy bien, así que si me toca estar en el banco acompañaré como siempre. Creo que estoy entrando mejor del banco que de titular. Contra Argentinos Juniors entré del banco y también me sentí muy bien. Quizás no me veo físicamente como en otros torneos. Tal vez porque empezó antes y yo en torneos anteriores podía ya estar entrenando en Junín y tener otro ritmo. Pero estoy tratando que eso no se me ponga en la cabeza. Ahora que Agustín me prueba de interno, que otras veces me da la posibilidad de jugar de extremo, le doy mucha importancia a ir aprendiendo de cada posición, porque es algo que te queda para el futuro.
-¿Cuánto bien les hizo la vuelta de Popi?
-Mucho. Ayudó al cambio que necesitábamos, porque es una persona muy positiva. Que hoy sea la capitana, que las chicas le den tanta bolilla siendo tan jóvenes, que le pidan consejos, la vuelve una referente muy positiva. Lo transmite en el vestuario y lo transmite en la cancha. Eso se contagia. Que esté de nuevo acá, da lugar al cambio. El torneo pasado creo que teníamos uno de los mejores planteles en los que estuve, pero fue raro. Capaz que si hubiese estado ella no era tan raro y hubiese contagiado lo mismo que ahora. Que hoy la tengamos como capitana suma muchísimo para el equipo. Esa cinta la estaba esperando, olvídate.