Cuando se trata de ponerle el corazón a la pelota y a los sueños, no importa si hay que viajar de madrugada después de jugar para ir a laburar con una horita de sueño, que incluso puede ser menos de tanto repasar con los ojos cerrados las secuencias del último festejo.
Cuando se trata de ponerle el corazón a la pelota y a los sueños, no importa si hay que mandar a callar a algún gil que habló de más al otro lado del alambrado, porque mucho más importa el grito de gol que a Lucía Mansilla le sale visceral, desde lo más profundo, igual que el abrazo con el que siempre está dispuesta a premiar a la compañera que le toque.
Cuando se trata de ponerle el corazón a la pelota y a los sueños, mires a donde mires, la vas a ver corriendo, incansable, a La Negra que lleva en la espalda el 11 de Sarmiento de Junín.
–¿Fue un año cansador entre el trabajo y el torneo?
-Me agotó. Trabajo en un semillero y casi no paramos ni siquiera en cuarentena. El último partido que jugamos contra Banfield yo llegué a Pergamino 5 y 10 de la mañana. A las 6 y 20 me tenía que levantar. Es heavy. Son esfuerzos que una hace porque le gusta, pero se complica bastante. Sobre todo por no poder entrenar con las chicas. Imaginate que habían arrancado jugadoras nuevas y yo no había compartido entrenamientos con ellas antes del partido. No sabía de qué jugaban, cómo jugaban.
–¿Cómo manejás la ansiedad ahora que se frenó todo? ¿Les da miedo lo que pueda llegar a pasar con el campeonato?
-A la noche a veces me acuesto y me pongo a mirar videos de partidos. Estoy muy manija. Un poco de miedo nos da. Es mucho esfuerzo el que venimos haciendo desde el año pasado, todos los equipos. Sería un bajón que se definiera de otra manera que no sea en la cancha. Mucho tratamos de no hablar. Porque no hay nada dicho y hablar te puede jugar en contra en la cabeza. No dejamos de entrenar. Fede (Coronel), el profe, nos habla mucho para que no aflojemos en eso.
-¿Cuesta más cuando no hay fecha cierta de regreso?
-Al principio estábamos súperenganchadas con esto de entrenar desde casa. Le metíamos todos los días, hasta los domingos. Y ahora es como que cuesta un poco. Hablamos con Fede y se lo decimos. Las rutinas las hacemos bien, pero no es lo mismo. Tenemos miedo de perder el estado. Además, no todas contamos con los mismos espacios.
-¿Da más bronca que haya tocado parar después de un inicio de Zona Campeonato como el que tuvieron contra Banfield?
-Y sí. Para mi Banfield es uno de los grandes equipos del torneo, candidato a ascender. Las chicas juegan muy bien, tienen muy buen estado físico. El partido fue muy duro. El segundo tiempo fue casi todo de ellas. Así que haber ganado nos enchufó un montón. Habíamos arrancado con el pie derecho y después pasó todo esto. Teníamos All Boys entre semana, que a mí se me complicaba con el tema del laburo, y después a Puerto Nuevo.
«Haberle ganado a Banfield nos enchufó un montón»
-¿Si a la vuelta se juegan muchos partidos entre semana se te va a complicar?
-Puede que ya no, porque mi trabajo es por temporada. Son siete u ocho meses de trabajo y después corto cuatro o cinco. Si se vuelve después de julio, yo ya no estaría trabajando. Cuando nos tocó jugar entre semana casi siempre pude pedirme el día en el trabajo.
-¿Las jugadoras que llegaron como refuerzo potenciaron el equipo?
-Sí. Ahora somos más candidatas. A Lu Castro ya la había visto jugar. Me acuerdo un partido que jugó en cancha de Independiente con Rivadavia. Yo todavía estaba jugando con UNNOBA. Una vez hablando con Sergio le había dicho, porque él estaba buscando. A Camila (Torres) no la conocía y me sorprendió un montón, es muy firme. A Pini (Tamburrini) ya la conocía, de la Selección, pero jugando en la mitad de la cancha. Nunca la había visto jugar de cuatro y lo hizo bien. Metimos refuerzos importantes. Nos veo peleando por el ascenso. Ojalá se nos de.
-¿Y cuáles crees que son los equipos con los que tendrían que pelear?
-Vi muy bien a Ferro, en el partido contra Argentinos. Meten mucho, físicamente están muy bien. Cuando nosotras jugamos contra ellas nos jugó en contra que viajamos de madrugada. Jugamos once y media de la mañana. Fue la lesión de Meli (Garialdi), la salida de Valentina Berenguel. Todo eso nos mató.
-¿Tienen esa sed de revancha en relación a los partidos que perdieron?
-Sí. Yo el partido contra Ferro lo volví a ver completo. Llegamos muchas veces y no la pudimos meter. Estábamos para dar un poco más y creo que en otras circunstancias hasta lo hubiésemos ganado. Ese partido lo estoy esperando, tengo muchas ganas de tener una revancha. Después, con Argentinos habíamos arrancando perdiendo dos a cero, después se lo empatamos y se nos escapó a lo último. Fue un partidazo. Todavía teníamos mucho desorden, sobre todo en la pelota parada que es algo que tenemos que seguir trabajando. Con Comunicaciones yo no viajé. No pude ver ni siquiera un resumen del equipo. No tengo ni idea de cómo juegan.
-De tu juego, ¿tenés algo que querés mantener y algo que querés mejorar en relación a la primera fase?
-Desde lo físico creo que estoy en uno de mis mejores momentos. Estoy rápida y eso es lo que tengo que mantener. A mejorar, algo que ya habíamos hablado, es el tema de encarar un poco más al arco y patear un poco más desde afuera.
«Desde lo físico, creo que estoy en mis mejores momentos. Estoy rápida y es lo que tengo que mantener»
-Dicen que la tabla de goleadoras podría haber cerrado en la primera fase. En ese caso quedó Sofi D’Ambrosio como goleadora. Si arranca de cero en la Zona Campeonato, ¿te animás a pelear? Porque ahora vos vas uno y Popi cero…
-Jaja, va a estar complicado. Sobre todo por Sofi que es una bestia. Creo que ella hizo 35 y yo creo que hice 12. Imaginate. Tendría que contarlos, porque hasta capaz que hice un poquito menos. Yo no sé si Sofi se da cuenta de lo que hace.
-A veces pareciera que no… Y está bueno eso
-Y sí. Yo me pongo a hablar después de los partidos y le digo ¿vos te das cuenta de lo que hiciste? Ella se caga de risa. No le importa nada.
-Ojo que vos aportaste mucho a sus goles. Esa sociedad es muy UNNOBA, ¿o cómo nace?
-A mí me tocó jugar un partido contra Trenque Lauquen con la Selección y me acuerdo que Sergio (Barbagelata) me puso de volante, porque Mari (Costa) no había podido ir. El gol viene de una jugada mía por afuera y le termino dando el pase a La Popi. En UNNOBA hicimos muchos goles igual. Nos entendimos en la cancha. Ni sé cómo fue. Fueron muy pocas las veces que entrenamos juntas. Salió en la cancha. Ahora entrenando con Sarmiento sí hacemos todo juntas. Es fácil jugar con Sofi.
-En relación a tus goles, si aquel primero de Mari Costa el árbitro lo dio en contra de la arquera tendrías el primer gol de Sarmiento en la B y el primero de la Zona Campeonato. ¿Negociará Mari?
-Jaja, imposible que ceda. Además hay que darle todo el mérito por lo bien que le pegó. Los dos de cabeza hice (el del debut oficial y el de la primera fecha de la Zona Campeonato). Impensado. El primer gol que hice con Sarmiento lo grité tanto que me caí al piso, se me tiró Meli arriba. Fue tremendo.
-Es que sos una muy buena festejadora de goles…
-Me lo han dicho. Los siento mucho, los grito un montón.
-¿Tu inicio en el fútbol cuándo se dio?
-Arranqué a los 21, casi 22. Venía de jugar cinco años al vóley. Después empecé básquet y dejé al mes. Cuando empecé a estudiar diseño gráfico, con la facu no me quedaba libre ningún horario. Justo vi una publicación en Facebook de un profe, Manuel González, que daba fútbol en unas canchas de sintético: Las Rompe Redes se llama el equipo, que todavía está. Empecé y no dejé hasta ahora.
-¿Sos Team Dell’Oso, que se fue a anotar a UNNOBA pura y exclusivamente para jugar a la pelota?
-No, se dieron las dos cosas. Yo estaba en el segundo año de diseño y cuando arranqué a jugar al fútbol, a mitad de año vi la publicación de los JUR (Juegos Universitarios Regionales) en el Face de la UNNOBA. Acá en Pergamino el de la universidad era fútbol ocho. Entonces el profe nos llevó a Junín a hacer una especia de prueba. Justo Las Guerreras necesitaban incorporar. Hablé con El Pela (Diego Carpinella), le gustó cómo jugué, me llamó y ahí arranqué.
-¿En la llegada a Sarmiento tuvo mucho que ver la Selección de Junín?
-Sí. Te voy a ser sincera. El año pasado, cuando arrancamos con la Selección, era el último Provincial que iba a jugar y ya me iba a venir para Pergamino. Lo venía pensando. Por el tema de los viajes, de los gastos.
-¿La idea era seguir jugando, pero en Pergamino?
-Claro. Yo venía hablando con Manu, el profe, que siempre me abrió las puertas para entrenar. Entrenaba acá y jugaba en Junín. Pero ya se me estaba haciendo complicado. Me había puesto como última instancia ese torneo de selecciones porque me había quedado la espina de un penal que me erré con Chivilcoy. Y después se dio todo esto de Sarmiento. Sergio un día me llamó, después de un amistoso contra Chacabuco. Me contó que iban a entrar en la B, me preguntó si estaba interesada. Y me enchufé de nuevo. No quería saber nada con dejar Junín.
-Ahí ni la pensaste…
-Ni lo pensé. Estuvimos hablando de que el club nos iba a dar una parte de los viáticos, del esfuerzo que íbamos a tener que hacer nosotras también. Es lo que me gusta. Ni lo dudé. Arrancamos a entrenar justo después de la fase de grupos del Provincial.
-¿Pensás el fútbol como una carrera, con la posibilidad de ser profesional?
-Una vez nos habíamos sentado a hablar con Gio Dell’Oso, que ahora está en Estudiantes, y jodíamos con esto de irnos a probar afuera. Yo no hacía tanto que jugaba. Quizás ahora sí me lo pongo a pensar con un poco más de seriedad. Pienso en la edad que tengo, 26 años… Gio una vez me tiró de irme a probar a Estudiantes. No arranqué porque era muy lejos. Yo estaba trabajando y no me animé a dejar todo para irme.
-Pero ojo que en el femenino 26 años es una gran edad, sobre todo por la falta de divisiones inferiores que había años atrás.
-Puede ser. Quizás ahora con todo esto de Sarmiento, con la posibilidad de jugar en canchas como la de Argentinos Juniors, que fue una locura. O en la de Ferro. Una va jugando y se pone a pensar que si a Sarmiento le va bien a vos también. Y que te vean… Siempre está la idea. En Sarmiento hay muchas chicas con buen pie. Mari Costa, Meli (Garialdi)… Popi (Sofía D’Ambrosio) ni hablar.
-¿Mirás y comparás con el nivel de equipos de Primera División?
-No mucho. Hace poco vi un partido de Racing. Tambien el de Estudiantes y Gimnasia. Quizás no estamos tan lejos. Tampoco vi tanto. Después están Boca, River, UAI que sí marcan la diferencia de entrada, porque vienen haciendo las cosas bien desde hace mucho. Hay otros equipos con más complicaciones y eso tiene que ver con que a la B no se le da todavía la importancia que se debería. Imaginate que si la B fuera también profesional los equipos que suben podrían tener mayores aspiraciones y no comerse ocho goles cuando juegan contra Boca.
«A la B todavía no se le da la importancia que debería. Si fuera también profesional, los equipos que suben podrían tener mayores aspiraciones»
-Lo bueno es que en Junín hay cosas que se están haciendo bien, porque han venido muchos equipos a jugar contra ustedes que no saben lo que es una formativa de femenino…
-Sí, Junín creció muchísimo. Yo lo comparo con Pergamino y se nota la diferencia.
-¿Qué pasa hoy en Pergamino?
-Está muy parado el femenino. Hay un solo torneo en el año, que puede arrancar en junio como puede arrancar en octubre. Después hasta el otro año no tenés nada más que Relámpagos. La liga tendría que apostar un poquito más, porque hay muy buenas jugadoras, muy buenos planteles, y es una lástima que eso se desaproveche.
Por Juani Portiglia
