Dos jóvenes fueron liberados por cometer destrozos en el santuario incaico, aunque se complica la situación del tercero, y único detenido, ya que está señalado por «extracción ilegal de bienes culturales», un delito con una pena de entre tres y ocho años de prisión.
Cinco de los seis turistas detenidos por atentar contra el patrimonio arqueológico de Machu Picchu prestaron declaración y ya fueron liberados, mientras que el único retenido es un argentino de 28 años que será indagado como presunto autor de «extracción ilegal de bienes culturales», un delito con una pena de entre tres y ocho años de prisión, informó la policía y fuentes de la Embajada argentina en Perú.
Los dos argentinos liberados son Magdalena Abril Retamal (20) y Leandro Sactiva (32), mientras que sigue detenido Nahuel Gómez (28), cuya situación se agravó por haber sido identificado como el «autor principal», según un parte de prensa de la Policía Nacional del Perú (PNP).
Junto a un brasileño, un chileno y una francesa, los tres argentinos habían sido detenidos en la madrugada del pasado domingo por haber ingresado irregularmente y causado daños en el santuario arqueológico, de unos 600 años de antigüedad.
Al momento de ser apresados estaban en la zona del mirador del «Templo del Sol» y los agentes les atribuyeron haber provocado la caída de una piedra desde seis metros de altura que produjo un hundimiento del suelo y haber defecado en una zona adyacente.
«El consulado sugirió un abogado para que asista a los tres ciudadanos argentinos y mientras Retamal y Sactiva quedaron en libertad, no se les levantaron cargos y es probable que no se les aplique una sanción migratoria; Nahuel Gómez tiene que comparecer ante la Fiscalía de Machu Picchu y ahí se verá qué sanción se le aplica», dijo un vocero de la Embajada argentina en Perú.
En cuanto a la posibilidad de que Gómez sea expulsado del país, la fuente aseguró que «es una decisión que corre por cuenta de las autoridades migratorias» porque el joven afronta una «causa penal por daño al patrimonio arqueológico» en «abierta violación a la legislación local».
«Estamos verificando que se respete el debido proceso y que estén cuidados, pero este tipo de actitudes son indefendibles. Vemos muchas veces que, con tal de no pagar o para experimentar una aventura, hay argentinos que vulneran un circuito fuertemente protegido por las autoridades peruanas», dijo.
El vocero hizo un llamado a respetar la legislación local porque «este tipo de conductas nos hacen quedar muy mal y generan una ola de rechazo muy fuerte a los turistas argentinos», como ya ocurrió en 2017 cuando un grupo de 11 connacionales fueron detenidos por pintar un graffitti en un muro incaico de la ciudad de Cusco.
En un comunicado de prensa emitido esta mañana, la PNP informó que «se logró identificar a Nahuel Gómez como autor del delito contra los bienes culturales, en la modalidad de extracción ilegal», un ilícito penal tipificado en el artículo 228 del Código Procesal Penal que prevé una pena de entre tres y de ocho años de prisión, más una multa de ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa.
Y mientras Gómez permanece «bajo custodia» en Machu Picchu para ser indagado esta tarde, los otros cinco jóvenes a los que se acusa de «contravenir la norma del reglamento de uso sostenible y visita turística», fueron trasladados anoche a la ciudad del Cusco «a fin de que se verifique su situación migratoria y se proceda conforme a Ley».
Machu Picchu es el principal destino turístico del país y cada día es visitado por miles de viajeros, que acceden al lugar por tren desde la ciudad del Cusco, situada a 1.165 kilómetros al sureste de Lima.
Fuente: Crónica