Maia Leiva: «Siento la necesidad de dar mensajes para interpelar»

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Si Maia Leiva se tapa la boca, será solo por los protocolos sanitarios que toca cumplir. Porque entiende que lo que no se dice no existe y porque durante cada uno de sus días, que por momentos parecen eternos por la suma de los trabajos que cobra y de los que no, lleva adelante la lucha para visibilizar lo que viejos mandatos sociales y culturales todavía quieren mantener oculto. Lo dice cuando se le prende fuego la voz del entusiasmo, pero lo sigue diciendo cuando entiende que a veces también vale callar y dejar que el que hable sea el cuerpo. El mismo que escuda las ideas y que ahora también se pone las remeras que revolucionan la sobriedad del Concejo Deliberante.

Eso que llaman amor, es trabajo no pago, rezaba como leyenda la última con la que plantó bandera, a la vez que enumera la lista interminable de actividades de cuidado y tareas domésticas que todavía parecerían recaer casi con exclusividad sobre las mujeres. «En mi casa somos seis hermanos y hermanas. Mis papás se separaron y mi mamá se quedó con nosotros seis. Salió a buscar trabajo porque era el sostén de la casa. Matriarca desde el ingreso económico, pero después, para adentro, se repetían un montón de pautas culturales que tienen que ver con cómo está designado el rol que te toca por el género que tenés. Había muchas cosas que me parecían recontra injustas, pero a las que no le terminaba de encontrar la vuelta. Hasta que el 2015, con el Ni Una Menos, ha sido definitivamente un antes y un después. Hubo un hartazgo que se pudo materializar, visibilizar y organizar. A partir de ahí, esta ola feminista se va consolidando», le dijo la concejala del Frente de Todos a Junín24.

Concejala, sí, porque cuando quede escrito y se replique una, dos, mil veces, ya habrá pasado a ser parte de lo que existe, guste o no. Porque el lenguaje, entiende, es uno de los aliados más revolucionarios que puede tener la lucha feminista. Y cualquier otra. Entonces por qué no aprovechar el cuerpo, su rol de servidora pública, para que el mensaje se expanda incluso en espacios donde todavía no se tomó nota. «Sigo muchas emprendedoras acá. Para las dos remeras que llevé al Concejo busqué el contendido y pedí en Fango Remeras, que está Vale Loguzzo que es lo más. La volví loca, porque soy media quisquillosa con algunas cuestiones. Quería que se viera el mensaje concreto. Porque lo personal es político y porque en la sesión aprovechamos que están los medios de comunicación y está bueno que se puedan mostrar esos mensajes. También porque permanentemente siento la necesidad de dar esa clase de mensajes para poder interpelar. Ya estoy pensando para las próximas sesiones y tiene que ver con seguir instalando en la agenda pública los temas que el feminismo pone. El lugar al que me llevaron las personas que a través del voto confiaron en mí y en el espacio político al que represento es el lugar para seguir visibilizando cuestiones que nos atraviesan, que nos preocupan y de las que nos ocupamos».

La presidenta de la Comisión de Niñez, Adolescencia, Género y Familia está convencida del valor del lenguaje en la construcción de realidades. Por eso entendió la importancia estratégica de sumar a todo lo que tiene para decir, aquellas consignas que serán transmitidas cuando se filme una sesión o gatille una cámara. «Respecto a todo lo que tiene que ver con las palabras que usamos, con el lenguaje que es tan resistido y es una de las cuestiones más revolucionarias, con el feminismo inevitablemente empezás a ver todo aquello en lo que fuiste avasallada y naturalizabas. En buena hora existe, para poder despojarse de un montón de culpas y de cargas asignadas exclusivamente al género femenino. Para mí es fundamental el acompañamiento del Estado. No solamente desde las leyes, sino a la hora de tomar las voces del feminismo que ponen en discusión ciertas cuestiones que ya no toleramos, que nos parecen sumamente injustas. Sin feminismo no hay justicia social«, aclaró.

Y es por todo ello que también destaca la importancia que tiene la Ley Micaela, para que no solo los poderes del Estado sino también otras instituciones y los medios de comunicación puedan capacitarse sobre el abordaje de cuestiones de género y de violencia ejercida contra la mujer. «El enfoque de género en las coberturas periodísticas es para trabajar, no solo para erradicar cuestiones sexistas y discriminatorias, sobre todo para promover una comunicación plural, diversa, haciendo anclaje en los derechos humanos. Y además para trabajar un abordaje periodístico de los femicidios. Es importante que tengamos mujeres en el ámbito del periodismo, es importante la capacitación de la Ley Micaela. Yo la estoy haciendo ahora. Nosotros adherimos el año pasado a la Ley Micaela Bonaerense, adaptada al Municipio. Queremos hacer ahí dos modificaciones, que las estamos trabajando con Olga Prieto, que está en el área de Mujeres de la Defensoría del Pueblo. Porque una cosa es que esté la ley escrita en letra fría y otra cómo motorizamos esa ley. Ahí está el desafío. Es importantísimo no solo articular con organizaciones vinculadas en el tema, sino también con las instituciones para pensar en una práctica real del cumplimento de esa ley».

«En buena hora existe el feminismo, para poder despojarse de un montón de culpas y de cargas asignadas exclusivamente al género femenino»

UN PROCESO HISTÓRICO Y UNA EXPERIENCIA PERSONAL

«Hay un razonamiento muy piola que dice nuestras abuelas nos dieron el voto, nuestras madres la Ley de Divorcio y a nosotras nos toca en este tiempo histórico dejarles la posibilidad de elegir, decidir sobre una cuestión que genera tanto debate como la Ley del Aborto», dice Maia Leiva y la voz se le enciende por el entusiasmo y la responsabilidad que le genera asumir el compromiso. Recuerda, entonces, que después que decidió separarse tuvo que esperar hasta la modificación del Código Civil y Comercial, en 2005, para poder divorciarse sin necesidad de iniciar un juicio, simplemente por su deseo y decisión. «Hay otras luchas que tenemos las mujeres que tienen que ver con la mantención, con esto de que los hijos necesariamente se queden con la mamá, porque ¡guay que la mujer no vaya a quedarse con los hijos! De acuerdo al contexto histórico que nos toca vivir como mujeres es la lucha que damos, entendiendo que caminamos hacia la igualdad. Ni más arriba y nunca más abajo. Siempre a la par«, remarcó.

UN MOVIMIENTO DIVERSO

Maia Leiva también considera que es de suma importancia que exista diversidad incluso hacia dentro del movimiento feminista y reconoce que ella misma está en un proceso constante de descontrucción y construcción. A su vez, advierte que pueden existir quienes de manera oportunista levanten algunas de las banderas de su lucha.

«Cada una va encontrando su espacio y su lugar dentro del feminismo. Oportunismo hay en todos los espacios. Lo que digo es que el feminismo es tan diverso como hablar de peronismo y radicalismo. Pero yo creo que todo se ve en las acciones. Estamos aquellas personas que sentimos una necesidad de ponerle el cuerpo para visibilizar lo que se buscó y se busca ocultar, pero también hay mujeres que encuentran otras formas. Puede ser escribiendo… Hay debates en el feminismo que son sumamente finitos. El tema del aborto, la cuestión del cupo femenino, poder poner en discusión cuestiones que tienen que ver con la paridad, con capacitación, con ampliación de derechos; con los que vos te podés disfrazar un tiempo, pero cuánto más. La militancia es una forma de vida y así es con cada bandera que levantamos«, expresó.

«El feminismo es tan diverso como hablar de peronismo y radicalismo. Pero yo creo que todo se ve en las acciones»

Y agregó: «Con Lucila (Laguzzi), por ejemplo, estamos militando fuerte y estamos haciendo una movida por el tema de la gestión menstrual, para que se puedan garantizar los elementos debido a que hay una desigualdad muy grande en el acceso a una toallita, un protector. Creemos que todas lo tenemos y hay mujeres que no. Y también hay que empezar a hablar naturalizando la cuestión de la menstruación, que a veces parece que fuera un horror o un tema tabú. Nos pasa y hay que poder hablarlo para poder avanzar con políticas claras. Se dio esa discusión y la respuesta del Concejo Deliberante fue que se dejaba en condición porque se va a esperar a ver qué hace la provincia… Siempre esperando a ver qué se puede sacar a la provincia o a la nación en término de recursos. No hubo del lado del oficialismo alguien que diga bueno, vamos a discutirlo. No sé si tiene que ver con seguir a rajatablas un libreto, desconocimiento o con ese respaldo al machismo que todavía traemos. Estamos hablando de una sociedad normada con un predominio masculino sobre todas las cuestiones. Y hay que ponerlas en discusión».

MAMÁ, PROFESORA Y ESTUDIANTE

Como se encargó de remarcar a los jóvenes que participaron del Concejo Deliberante Estudiantil, para la concejala del Frente de Todos la política está en todas partes. Por eso mismo, su rol de servidora pública es indivisible de su rol de mamá de un pre-adolescente, al igual que de el de flamante profesora de geografía y del de la estudiante que no quiere dejar de aprender e interrogar.

«Como docente que soy, hablando de cuestiones de género cada una va a implementar la estrategia didáctica o el disparador que mejor le cuadre. No es una cuestión de imponer, sino de empezar a interpelar. Ahora también estoy haciendo el profesorado de historia, por una cuestión de regocijo personal. Me encanta seguir cultivándome en términos de conocimiento. Estoy en una época fabulosa que es la edad media y el rol de la mujer, leyendo mucho. Tengo ganas de ver si el año que viene puedo arrancar la licenciatura en geografía. Me gusta estar en contacto con todas estas lecturas que suman. Todo el material que sirva para interpelar, bienvenido sea», dijo.

Y si a usted ya le empieza a dar la sensación de que el día de Maia Leiva tiene dos o tres horas más que el de cualquier simple mortal, súmele las actividades compartidas con un hijo pre-adolescente al que también intenta inculcarle el valor de la autonomía, del trabajo y de la capacitación constante.

«Mi hijo es lo más de la vida, pero también tengo mis encontronazos con él como mamá, porque es un nene que está mucho tiempo solo. En otro momento hubiese sentido mucha culpa. Hoy no la siento básicamente porque lo crío así. Independiente, con autonomía, con valores; pero también entendiendo que cuando yo no estoy es porque estoy trabajando, porque me estoy formando. Le estoy mostrando que a través de un bien común colectivo se pueden lograr cosas. Que hay que ser solidario, que hay que aprender, que saber. Porque todo eso implica poder hacer y porque a través de la política se modifica la realidad. También déjame decirte que no todo es color de rosas y reniego con el tema de las tareas. El tiene un papá que es sumamente presente, pero con todo este tema del Covid nos organizamos que de lunes a viernes está acá y del viernes a la tardecita hasta el domingo está con el papá. Y cuando está con el papá, entonces, más que nada son actividades de disfrute… Pero lo que es decir hay que estudiar, hacer la tarea, ordenar, hacer trabajos prácticos, me toca a mí», detalló la concejala.

«A mi hijo lo crío independiente, con autonomía, con valores; pero también entendiendo que cuando no estoy es porque estoy trabajando, porque me estoy formando»

Y agregó: «Tengo que decir que con mi niño mágico todo el tiempo estoy aprendiendo. No hay un libro. La maternidad realmente tiene que ser deseada o no tiene que ser y la realidad es que no hay un manual. Vas construyendo esa maternidad y aprendiendo también a ser hijo. Hasta el año pasado, que yo estaba mucho más en la calle, la tarea era el momento donde nos encontrábamos. Muchas veces era un desquicio porque el ya no tenía ganas, yo estaba explotada… Este año nos lo tomamos de otra manera, hasta incluso desde una cuestión compinche. Yo si es geografía, ciencias sociales, historia… vamos bien. Pero me llevo muy mal con las matemáticas, entonces está esa complicidad de decir mirá Benja, le estoy poniendo la mejor, porque no me gusta y a él tampoco… El año que viene arranca la secundaria y hay que ver qué nos depara».

TIEMPOS DE PANDEMIA, HORA DE EMPATIZAR

A la vez que iba recorriendo ese día a día de un hijo que acude a la escuela pública y que en los tiempos de pandemia y aislamiento que corren tiene encuentros por Zoom dos o tres veces por semana, surgió también la reflexión sobre un debate que ha ganado mucho terreno en la ciudad en los últimos días y que tiene que ver con la posibilidad de que en los últimos meses del año puedan volver las clases presenciales.

«Yo no desconozco cuando dicen que los chicos están angustiados, la están pasando mal, necesitan la revinculación. Me pareció muy acertado el lanzamiento de ATR de provincia (Acompañamiento a las Trayectorias y la Revinculación) que le va a dar una vuelta de rosca. Vos sabés que acá no todo el mundo tuvo acceso a los dispositivos, sumado a que durante la era Cambiemos se acortaron y achicaron recursos como los del Conectar Igualdad, que no era la solución total pero hubiera hecho que fueran menos los inconvenientes hoy día para afrontar esta nueva realidad que nos obliga a adaptarnos para no quedar fuera del sistema», señaló Maia Leiva.

Y agregó: «La política tiene que estar pensando permanentemente cómo se activan propuestas concretas para abordar esta cuestión. Hay una realidad: superamos los 50 contagios por día. Estamos teniendo un número que es altísimo, entonces recaer en la discusión de la vuelta a clases me parece que es un desquicio. Son los mismos que buscaban voluntarios para los docentes cuando hacían paro, los que pusieron cadenas a las escuelas y las cerraron. Hay mucha tela para cortar. Pero también me pongo en el lugar de esos estudiantes, porque fui adolescente y el último año de la secundaria era todo. Entiendo la importancia de la escuela. Hay que poder priorizar la salud. Tengo a una de mis hermanas que trabaja en el hospital. Por favor, alguien que se siente a escuchar a los enfermeros y a todo el personal del hospital que realmente no dan más. ¿Quién te va a cuidar, quién te va acompañar después? Muchachos, las campañas el año que viene háganlas, no ahora. Son tiempos de pandemia. ¿A qué punto tenemos que llegar? Hay muertos. Vecinos y vecinas de Junín que se murieron. . Son tiempos de solidaridad y de empatía«.

¿LA POLÍTICA TAPA A LAS PERSONAS?

Lo propusimos casi como un juego. Sugerimos que si Maia Leiva pudiera desprenderse por un instante de la política, no habría persona que al profundizar sobre su historia, sus convicciones, su compromiso como mujer, madre, trabajadora, profesora y estudiante pudiera no celebrarla. Sugerimos, también, que muchas de ellas no lo harán apenas la identifiquen con un partido político con el que no comulgan.

Cómo se iba a achicar la concejala de jugarlo, si tiene clarísimo que ella y la política son indivisibles: «La política es si tenés un plato de comida en la mesa, si tus viejos tienen laburo, si tenés o no acceso a la salud, si podés estudiar o no y en qué condiciones. Está bueno que conozcan de dónde venís. Yo soy una mujer común y corriente como cualquier vecina. Está bien, soy política, tengo una responsabilidad como servidora pública, pero ando en un Golcito, alquilo y pateo la calle. Me parece fundamental, también, porque sabés qué pasa y qué pasó a lo largo de la historia, que hubo tipos y tipas que disfrazándose de un espacio político, abrazando ciertas banderas, han hecho mucho mal», empezó planteando.

«Soy política, tengo una responsabilidad como servidora pública. Pero ando en un Golcito, alquilo y pateo la calle».

Y concluyó: «También hay una cuestión de discurso. No hay que demonizar a la política. La política es buena. Lo que no es bueno es la gente que hace mal uso de la política. Yo me reivindico en el kirchnerismo, como modelo político, como modelo de país… Me hizo pasar de sentir que era un número más en la sociedad, me sentó y me dijo no piba, sabés qué: vos te llamás Maia Leiva, sos hija de trabajadores, sos hija de un barrio, querés laburar, querés trabajar, querés progresar. Soñás como todo laburante con el día de mañana tener tu casa y con sumarte a un proyecto político que le cambie la vida a alguien como vos o que esté en condiciones de injusticia. El kirchnerismo conmigo hizo eso y eso es lo que yo trato de hacer. Y digo bueno, si me van a insultar igual, prefiero que lo que vayan a ver en mí es que soy hija del kirchnerismo, respiro peronismo. Y Soy eso porque tengo mucha conciencia de clase y me niego rotundamente a que se demonice y se desprestigie la política que a mí, en mis años de militancia y ahora como servidora pública, me ha permitido ayudar a tantísima gente. No desde el asistencialismo, sino de empoderarla en pos de sus derechos y de aprender a desenvolverse».

Por Juani Portiglia

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