El Municipio como primer nivel de gobierno tiene la obligación de cumplir de manera efectiva con sus atribuciones y el compromiso de lograr el bienestar de los vecinos, aunar esfuerzos y recursos para mejorar objetivamente la calidad de vida de sus habitantes, así como la modernización de sus programas y proyectos, destinados a llevar a cabo las acciones y las obras bajo su responsabilidad.
Si bien en este año y meses que llevamos transcurridos de la nueva administración bonaerense esta tendencia comienza a revertirse en materia de envío de recursos que sirvan al fortalecimiento de las gestiones locales, aún resta tiempo para que esto que hoy vemos como novedoso se convierta en un sistema virtuoso, que genere un cambio profundo y sostenido en el tiempo.
Durante las últimas gestiones los gobiernos locales han tenido que afrontar con recursos propios las cada vez más marcadas falencias de la administración provincial. Así es como han tenido que hacerse cargo de la seguridad, de la salud y de sostener los establecimientos educativos, los comedores y el transporte escolar.
Dentro de los principales reclamos de los vecinos de la provincia se encuentra el de mayor seguridad y en esta materia el anterior gobierno bonaerense claramente dejó de invertir en infraestructura y logística y sólo se dedicó a pagar sueldos.
Lo mismo ocurrió en materia educativa, con la inexistente inversión provincial en infraestructura, con obras demoradas o paralizadas en muchos casos en las escuelas, que eran concluidas o proyectadas con el aporte municipal, sumado al estado calamitoso de los hospitales, la desinversión en insumos, y el rol que debieron cumplir las unidades sanitarias municipales en los distritos.
Hace un tiempo dije que un tema pendiente que puede ser parte de la agenda de trabajo legislativa para este 2017 es la necesidad de actualizar y corregir el cálculo del Coeficiente Único de Distribución (CUD), que determina el porcentaje de coparticipación que recibe cada uno de los 135 municipios de la Provincia.
Desde mi banca en el senado he presentado más de una vez proyectos de ley que atienden esta problemática ya que los datos que se relevan para calcularlo son retrógrados, como por ejemplo el que tiene en cuenta la capacidad contributiva de los distritos ya que, a mayor recaudación, menos coparticipación, algo que, debería darse a la inversa.
Lo ideal y necesario para los cambios que ha evidenciado la Provincia en todos estos años es sentarse a estudiar minuciosamente un nuevo CUD más equitativo.
Ese es un trabajo científico que se tiene que dar en la Provincia de mucha prueba, estudio y análisis, pero que va a redundar en una gestión que pueda modernizar procesos administrativos, tener mayor autonomía y acelerar tiempos de respuesta para estar más cerca del vecino.
