Llegan las fiestas y los estruendos conmocionan a los animales y a las personas que sufren esa enfermedad porque son sensibles a los ruidos y «se sienten en peligro», afirman los especialistas. ¿Qué hacer para ayudarlos?
Aislarlas lo más posible del ruido exterior, no retarlas ni castigarlas y poner música de fondo, son algunas de las recomendaciones para cuidar a las mascotas de los fuegos artificiales que suelen usarse para celebrar las fiestas de fin de año, época en que los animales suelen «sufrir miedo o sentirse en peligro», advirtieron especialistas.
«Uno de los problemas más frecuentes en nuestros animales de compañía es el miedo excesivo a los estruendos que se producen en las fiestas de fin de año. El miedo es una respuesta emocional normal, en situaciones que puedan significar un peligro para el animal, pero en algunos casos esa conducta puede transformarse en fobia y repetirse, aunque no haya un verdadero riesgo e incluso en forma exagerada ante pequeños estímulos», explicó la docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, Nélida Gómez.
La especialista señaló que algunos de los síntomas a los que se debe prestar atención son: jadeos constantes, caminar de un lado a otro sin un objetivo, esconderse, temblar, salivar abundantemente, tener las pupilas dilatadas, no querer comer, buscar la protección del dueño o querer huir.
«En los gatos los signos pasan más inadvertidos, en general tratan de ocultarse o escapar. Pero en general todas esas señales indican la falta de bienestar del animal, lo que significa que nuestras mascotas están sufriendo», alertó Gómez.
La veterinaria agregó que «el manejo adecuado de los dueños puede mejorar la situación» y dio algunos consejos para aplicar durante los eventos de fin de año.
«Hay que tratar de que los animales estén en lugares cerrados, lo más aislados posibles del ruido exterior, y si es posible cerrar ventanas y persianas. Si el animal está habituado, colocarle tapones de algodón o de silicona en los oídos», recomendó.
Aconsejó, además, generar un sonido de fondo como música, radio o televisión, «con el objeto de disipar los ruidos de los estruendos», así como «no intentar sacar al animal del lugar donde se haya refugiado, porque puede responder de manera agresiva».
«No hay que retarlo ni castigarlo cuando tiene miedo, porque eso aumenta su estado de ansiedad, pero tampoco es bueno calmarlo o acariciarlo en exceso, ya que el animal puede interpretarlo como una recompensa a su conducta. El dueño simplemente debería acompañarlo y transmitirle calma», señaló.
También afectan a los niños autistas
“Una de las características de este trastorno son los déficit sensoriales. La sensibilidad auditiva es una de las que se ve más alteradas”, asegura Diego Tarkowski, psicólogo que trabaja con chicos con esta capacidad diferente. Claro, es que los autistas, al contrario de lo que muchos suponen, perciben todo. Y la pirotecnia los asusta muchísimo, debido a esa híper sensibilidad que tienen en los oídos.
«Sus oídos son muy sensibles. Por eso, generalmente se tapan muy fuerte, tienen crisis de llanto, berrinches o hasta llegan a autolesionarse. Toman una posición agresiva para comunicar que los ruidos les molestan”, aporta la presidenta de la fundación ANIA (Ayudada para Niños con Autismo) Myriam Molina. Es más, muchas familias con niños autistas optan por refugiarse en el campo para celebrar las Fiestas. Es más, describen la época como «la peor del año».