Me gusta la actitud de la gente sencilla…Esa que camina por la calle mirando todo con optimismo, aun en medio del deterioro social en el que vivimos, en medio de la caducidad de valores que sostienen la importancia de lo simple, esa gente, sabe hallarla, aun en medio del caos
Me gusta la gente que celebra la vida por sí misma, no por buena, ni por mala, no por ostentosa, por pobre, por logros o frustraciones, la celebra por VIDA misma, por abrir los ojos y sentirla, nada más…
Séneca dijo: “Mientras estés vivo sigue aprendiendo a vivir”.
La gente sencilla se conoce lo suficiente como para no pretender ir mas allá de sus propias limitaciones experimenta emociones genuinas y las canaliza de forma constructiva
Me gusta la actitud de esa gente sencilla, porque es la que te mira a los ojos, sin mirar que traes puesto, ni de qué color son los zapatos: no le importa
Amo la actitud de esa gente que esta enriquecida con energía positiva todo el día, aún en momentos tormentosos.
Que no va por la vida criticando a todo cuanto lo rodea, si no aprehendiendo todo lo bueno de cada “malo” de las cosas; de las tormentas rescatan la magia de la ceremonia…
No se esfuerzan por ver el” lado bueno” porque lo ven con naturalidad no les “cuesta”, es su “modo” de ver la vida, y no solo eso, infunden positividad donde llegan, transforman la óptica existencial, sin proponérselo
La gente sencilla no opone resistencia a la adversidad, la enfrenta, la sufre, la llora, pero, sin acumular resentimiento, eligen aceptar el pasado, como parte de la vida y seguir adelante, tomando como enseñanza cada malestar, cada trauma emocional, cada crisis vital
La gente sencilla no entra en laberintos, embolsa los malos recuerdos y los tira en el río del olvido, poniendo fe en el futuro sin estancarse en situaciones que “parecen” sin salida.
Su capacidad de reparación emocional no es magia, es a través de su conexión con la naturaleza, con su familia, sus amigos, su yo interior hallando respuestas honesta para sí, y para el mundo exterior dándole, sentido a la vida, creando y recreando propósitos transcendentes sin proponérselo, porque van dejan su huella por donde pasan.
Me gusta la actitud de la gente sencilla, esa que no dramatiza, que resuelve y no complica, que abraza y sostiene, que escurre sus propias lágrimas y enjuga llanto de otros, que son conscientes de sus limitaciones y sus defectos, que asumen que nada es absoluto; nada es completamente positivo ni negativo, saben que en el mundo no hay gente totalmente buena, ni totalmente mala y sobre todo; como gente sencilla su actitud no es la de juzgar ni solo intentar pegar el jarrón roto, a sabiendas que, ya nunca a volverá a ser el mismo, esa gente bonita, hará un mosaico con los pedazos, y convertirá su experiencia dolorosa en algo bello o útil.
“La mayoría de los diamantes naturales se han formado en condiciones de presión y temperaturas extraordinarias“
*Muñoz Marcos Isabel_
