Días pasados se conoció la noticia de la muerte del ex comisario Abel Oscar Bracken (foto) condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad en 2015.
La muerte de Bracken se suma a la del ex coronel Angel Gomez Pola condenado a cadena perpetua y los ex policías Aldo Chiachieta -a 25 años y Edgardo Mastrandrea -a 15 años. Los cuatro guardaron silencio, hasta sus muertes, sobre el destino de los tres juninenses secuestrados y asesinados, en el marco de un plan sistemático de persecución y exterminio de personas por su identidad política.
En 2016 los ex policías Abel Bracken, Angel Almirón y Silvio Manzanares fueron beneficiados con prisión domiciliaria por el Tribunal Oral Federal en lo Criminal N° 1, con la disidencias, del cuerpo de Fiscales Federales que intervinieron el juicio.
De los seis ex policías y el militar condenados en Junín, sólo Julio Esterlich se encuentra en la cárcel. El cambio de época imperante a partir de 2016, beneficio con prisión domiciliaria a un número importante de genocidas.
«Mientras tanto la ciudadanía sigue sin saber cuáles fueron las circunstancias de la muerte de Hugo Ramón Torretta, Gilberto Mesa y Adrián Romié. Permanecemos expectantes para que una variación en las condiciones políticas nacionales nos permita avanzar en la búsqueda de la verdad», indicaron en un comunicado de prensa, integrantes de movimientos de derechos humanos de nuestra ciudad.
